Alberto Aristi Vegas

Tender puentes

Hay un dicho que aconseja no quedarse en medio de un conflicto, porque al final, recibes de todos los lados. Tal vez, lo más prudente sea, mirar para otro lado, quedarse al margen…, pero son demasiados sentimientos contrapuestos que me revuelven las entrañas y necesito compartirlos.

Los sucesos de Iruña, del pasado sábado, tras la desproporcionada carga policial contra una manifestación, son graves. Pero aún son más graves los daños colaterales que han dejado. En primer lugar, los detenidos, tres de ellos van a ser acusados de «terrorismo».

No me gustan los comunicados, que penalizan a quiénes son agredidos, pone en el punto de mira de los jueces a los detenidos y al legítimo movimiento antirrepresivo. Poco se diferencia de lo que hemos oído durante demasiadas décadas.

Por otro lado, me preocupa, que sea Iruñea, la que se vea salpicada, una vez más con incidentes. Escaso margen de maniobra queda al gobierno municipal del cambio, en una ciudad donde las correlación de fuerzas son tan ajustadas. Con un ayuntamiento que ha generado ilusión avanzando hacia otro modelo y otra manera de hacer política, en los barrios…

Se acusa a quienes se manifestaron, de gestar una confabulación para atacar al cambio, yo no me lo creo. Y se acusa a las fuerzas abertzales del ayuntamiento de aplaudir, apoyar ó legitimar la intervención policial, tampoco es así.

Tal vez sea un ingenuo o tal vez sea, demasiado tarde, pero si no hacemos algo pronto, la distancia, será insalvable para tender puentes, que nos haga trabajar junt@s, como siempre.

Por cierto, algunos que en Euskal Herria ó el estado están disfrutando del momento, que no se las prometan tan felices. El boicot, mas que inmovilismo, del estado, con la política penitenciaria y la falta visión por cerrar el conflicto, está cansando a demasiada gente.

Ojalá que en un futuro las nuevas generaciones vean el conflicto solucionado y no tengamos que oír... «de aquellos barros, estos lodos».

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