Javier Orcajada Del Castillo

Ventajas de la globalización: Arcelor

Los apóstoles de la globalización la han popularizado como un avance definitivo encaminado a solucionar los problemas del mundo, no solo en la economía, sino incluso para lograr la felicidad, la paz y la solidaridad… Se trata de liberar el intercambio de productos y fondos en todo el planeta Los banqueros, las multinacionales, los imperios…, todos proclaman la libertad y niegan el derecho a los países pobres a defenderse con los instrumentos tradicionales del tipo de cambio o las barreras aduaneras para protegerse de la invasión descontrolada de productos de consumo superfluo o de ingentes masas de fondos acumulados en sus reservas de divisas que no obtienen rentabilidad suficiente en las metrópolis. Los bancos de negocios de los países desarrollados han creado una maquinaria infernal que arruina las economías de los países en vías de desarrollo e invaden con fuerza arrolladora los mercados financieros e industriales de las colonias. Penetran con un marketing agresivo que subyuga a sus élites y populariza entre los ejecutivos del país una visión idílica, pues, además, van a ser quienes ejecuten las instrucciones para implantar la globalización.

A partir de ahí, los gobiernos locales pasan a depender de organismos financieros mundiales que les obligan a plegarse a sus mandatos. Exigirán una legislación laboral permisiva, se servirán de fondos locales para obtener ventajas en la gestión inmobiliaria y lograr plusvalías a base de corromper a los políticos locales. Potenciarán una mentalidad favorable al riesgo entre los «ejecutivos» locales, popularizando las reestructuraciones empresariales y los despidos masivos dándoles un tono de modernismo, ridiculizando al empresariado tradicional creador de puestos de trabajo y la filosofía del esfuerzo como única vía para mantener el desarrollo equilibrado del país. Cuando estos tiburones ya no tienen los beneficios esperados buscan otros destinos más «tolerantes» para sus empresas, creando el caos social, cuando los gobiernos locales son incapaces de imponer las leyes que ingenuamente confiaron que acatarían… Ahora se desesperan tratando de que los organismos mundiales controlen su rapaz actividad: piden medidas antidumping, renegociar deudas ilegítimas.

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