El acuerdo alcanzado por PNV y EH Bildu para actualizar y modernizar la Asociación de Municipios Vascos, Eudel, supone un paso hacia el necesario fortalecimiento del municipalismo. Un paso al que deberían seguir otros pero que merece ser valorado como un claro avance en el reconocimiento de la importancia del ayuntamiento como institución más cercana a la ciudadanía, la más inmediata en la prestación de servicios. Próximamente, la asamblea de Eudel aprobará nuevos estatutos y renovará su dirección, en la que también estará representada proporcionalmente la coalición soberanista. Cuestiones como una mayor representatividad de los municipios pequeños, la utilización del euskara o la paridad serán prioritarias en el nuevo modelo de trabajo y relaciones entre los ayuntamientos, basado en la autonomía municipal y la participación de todos.

Esta nueva fase del municipalismo en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, en cualquier caso, no significa la existencia de acuerdo alguno en lo referente a otras cuestiones igualmente relacionadas con los ayuntamientos como la Ley Municipal, en torno a la que sigue habiendo notables diferencias, y tampoco acerca de la configuración de Udalbiltza, por la que EH Bildu dejó claro que sigue apostando. Sin embargo, el acuerdo dado a conocer ayer debería servir de acicate para acercar posturas respecto a asuntos como los mencionados, concretamente en torno a Udalbiltza, ya que la participación en Eudel no es incompatible con la integración en la institución municipal de ámbito nacional, más ligada a proyectos políticos que a la gestión diaria de las administraciones locales.

A partir de ahora todas las formaciones representadas en los Ayuntamientos de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa lo estarán también en los órganos de gobierno de Eudel, lo cual, además de una vertiente evidentemente práctica, tiene otra simbólica, porque deja de lado viejos esquemas, vigentes desde los tiempos del Pacto de Ajuria Enea.