Agustín GOIKOETXEA
BILBO
Entrevista
Asier GONZÁLEZ
Hermano de Yolanda

«Las explicaciones son una tomadura de pelo, estamos humillados»

Corren días convulsos para la familia González Martín después de que ‘El País’ publicase un reportaje en el que denunciaba que el ultraderechista que en 1980 mató a la mayor de los hermanos –Yolanda, de 19 años– prestó servicios de asesoría a la Guardia Civil y a la Policía española. El ministro de Interior trata de justificarlo sin sonrojo mientras los allegados de la militante del PST insisten en la cobertura que las FSE vienen dando desde 1980 a Emilio Hellín Moro.

Asier González sostiene una fotografía de su hermana Yolanda. (Marisol RAMIREZ/ARGAZKI PRESS)
Asier González sostiene una fotografía de su hermana Yolanda. (Marisol RAMIREZ/ARGAZKI PRESS)

Asier tenía seis años cuando un grupo de ultraderechistas liderados por el militante de Fuerza Nueva Emilio Hellín Moro mató a su hermana mayor en el barrio madrileño de Vallecas, después de secuestrarla. El único delito de la joven deustuarra fue ser militante de izquierda y vasca. Han pasado 33 años, pero la familia tiene claro que todo lo sucedido ha sido posible gracias a la cobertura otorgada desde las cloacas del Estado. Ahora se encarga de proclamar que la familia no se da por vencida.

¿Cómo han recibido la noticia de que el autor confeso de la muerte de Yolanda está libre y colabora con la Policía?
Como familiares de Yolanda, sinceramente con mucho estremecimiento por la gravedad de las informaciones reveladas. Además, como ciudadanos demócratas, estamos indignados y no podemos dejar de mostrar nuestra repulsa y vergüenza porque en el actual sistema democrático español esté ocurriendo algo tan grave.

¿Sabían de la «nueva vida» de Emilio Hellín?
No, la primera noticia que tuvimos fue por la llamada del autor del reportaje. Creo que han sido meses de investigación periodística para contrastar las informaciones que iba recabando.

Tres décadas después de aquellos hechos tan dolorosos para su familia, se reabren heridas...
Anímicamente nos sigue afectando a todos, a los familiares directos de Yolanda y a todos los que la conocieron. Aunque han pasado 33 años del asesinato de mi hermana, creo que la herida no se cerró correctamente. Tampoco mis padres, por ejemplo, recibieron tratamiento profesional por haber perdido a un ser querido en unas circunstancias tan trágicas. En cierta manera, nunca terminas de cerrar aquel capítulo tan trágico de nuestras vidas. El hecho de que seamos conocedores de este tipo de noticias desagradables, lógicamente no ayuda a cerrar heridas sino a reabrirlas, porque ves que no se termina de hacer justicia, o vuelves a constatar que verdaderamente nunca se ha hecho con todo lo que sucedió a partir de febrero de 1980.

¿Barajan emprender algún tipo de iniciativa?
Sí, estamos pensando en ello pero lo cierto es que la repercusión y la reacción social ha sido tan inmediata que, incluso antes de poder hacer nada, ya hemos mantenido un montón de contactos con personas interesadas en el esclarecimiento de este nuevo capítulo del caso. Es más, por su importancia a la hora de valorar la respuesta social, no hay que pasar por alto que hemos sido conocedores de acciones que se están tomando, no que se van a adoptar.

¿El respaldo social es su principal arma para luchar contra el olvido y la impunidad?
Me recuerda un poco a lo que sucedió en aquella época, aunque debo confesar que a mí, al tener seis años, mis padres me trataron de proteger contra aquella vorágine de hechos tan brutales. La familia, en aquella época, vivió en parte una situación similar a raíz del apoyo ciudadano. Mi padre y mi madre, en realidad, no tuvieron ni que tomar iniciativa alguna. Simplemente se tenían que dejar llevar, porque era tal la solidaridad, las movilizaciones, el respaldo tanto de los medios de comunicación como de los grupos de izquierda de aquella época, los compañeros de partido de Yolanda... que era dejarse llevar y ser un poco partícipes. Mis padres estaban totalmente abiertos a no encerrarse en la tragedia sino participar, apoyar en lo que pudiesen.

¿Acudirán ahora a los juzgados?
El abogado José Mariano Benítez de Lugo, que es un hombre muy cercano y simpático, ha mostrado su voluntad de retomar otra vez este asunto de una manera altruista. Asimismo, los excompañeros de Yolanda del PST han emprendido ya un montón de acciones. En medio de esta vorágine de iniciativas, como familia vamos a estar ahí.

¿Qué les parecen las declaraciones del ministro de Interior?
Simplemente, una tomadura de pelo. Una tomadura de pelo, insisto, como todo lo que en los últimos años se está escuchando acerca de los repetidos escándalos de corrupción. Nos parece que, en este caso como en todos los otros, nos toman a la sociedad civil como tontos, como si no tuviésemos capacidad para reconocer las mentiras.

¿Confían más en la iniciativa popular que en la depuración por parte del Gobierno?
Confíamos en la versión ofrecida en el reportaje por el periodista, que estimamos que es información contrastada. Esa información, lógicamente, nos ha caído como un jarro de agua fría, pero en cierta manera hay cosas que no te sorprenden. Te sorprende que hoy esté ocurriendo, pero también no puedes obviar el pasado oscuro, oculto, que en su día existía, y lo chocante es que tres décadas después aún sigue existiendo con el beneplácito de algunos.

Hay que remarcar que no es un hecho puntual. Cuando Emilio Hellín se fugó a Paraguay, también estuvo trabajando allí con estamentos gubernamentales de aquel país. Las conexiones entre Fuerza Nueva, del que era militante destacado, y la Policía siempre han existido. En realidad, no es que no dé crédito a la versión del Ministerio de Interior, simplemente que las primeras explicaciones que han dado son muy superficiales, una tomadura de pelo. Para dar esas explicaciones, hubiese sido mejor que no se hubiera dado ninguna.

¿La familia se siente humillada ante esa reacción del ministro?
Estamos humillados, aunque siempre está esa doble vertiente: la familiares y la de ciudadanos. Como ciudadanos estamos igualmente humillados porque realmente ¿qué tipo de democracia es esta?

Condenado a 43 años, dos intentos de evasión, se fuga a Paraguay, cumple 14 años de cárcel y enseña a la Policía...
En versiones oficiales se van soltando determinadas frases que pueden inducir a error, como que Hellín ha cumplido su condena. Tirando de hemeroteca, te das cuenta de que no es cierto. Quiero dejar claro que toda persona tiene derecho a una segunda oportunidad pero, bueno, no estamos hablando de cualquiera. Estamos hablando de una persona que no solamente es un asesino, sino que tiene el perfil de un auténtico criminal.

¿Qué ha ocurrido para que haya cumplido tan solo 14 de los 43 años por los que fue condenado?
Si se le ha permitido acceder a reducciones por buen comportamiento, es que estiman ejemplar que haya tratado de fugarse en varias ocasiones a mano armada. Se escapó realmente, lo que pasó es que lo cogieron y finalmente consumó una fuga de tres años a Paraguay con la connivencia de las FSE. Luego, una vez más, fue detectado por un periodista y tras una fuerte presión social al Gobierno del PSOE, que se vio obligado a tener que pedir la extradición.

Hellín ha cumplido 14 años de condena, jamás se ha arrepentido y no ha pedido perdón a la familia. Se le ha permitido cambiar de identidad porque solo es posible con el beneplácito de la Policía, ya que el Registro Civil está controlado por ella. Lo que resulta más grave es que esta persona, aun teniendo derecho a rehacer su vida, parece incompatible moralmente que pueda prestar servicios para asesorar e investigar a ciudadanos y formar a miembros de las FSE.