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París aclama a Nibali

 Vincenzo Nibali se ha convertido hoy en tres veces grande nada más atravesar la meta de París, ya que pasa a la historia como uno de los seis ciclistas ganadores de Tour, Giro y Vuelta, en una jornada festiva, de homenaje al italiano en la que ha repetido victoria en el esprint el alemán Marcel Kittel.

Nibali en el podio. (KENZO TRIBOUILLARD / AFP)
Nibali en el podio. (KENZO TRIBOUILLARD / AFP)

Kittel ha cerrado el Tour con la segunda victoria consecutiva en los Campos Elíseos y la cuarta en esta edición, lo que le hace empatar en triunfos parciales con Nibali.

El germano, que suma ya ocho victorias en la ronda gala, se ha impuesto en un cerrado esprint al noruego Alexander Kristoff, del Katusha, y al lituano Ramunas Navardauskas, del Garmin, vencedor hace dos días en Bergerac.

Con este triunfo, Kittel se consolida como el mejor esprinter de la edición, tras haber conseguido tres victorias en las cuatro primeras etapas.

A partir de ese momento, quedó oculto y no disputó el resto de las llegadas masivas, en las que ganaron su compatriota André Greipel y Kristoff en dos ocasiones.

Pero los focos estaban puestos en el maillot amarillo de Vincenzo Nibali, de 29 años, quien 16 años después toma el relevo del malogrado Marco Pantani, ganador en 1998.

El dominador del Tour ha sido aclamado en el podio acompañado por los dos franceses: el veterano Jean Christophe Peraud, de 37 años, y el mejor joven de la carrera, Thibaut Pinot, de 24.

El susto del día lo ha protagonizado Péraud, que ha sufrido una caída en el circuito de los Campos Elíseos, aunque finalmente no ha tenido graves consecuencias y ha entrado en el pelotón.

El campeón entre las caídas

Mientras los otros favoritos cayeron víctimas del Tour más accidentado de los últimos años, el italiano Vincenzo Nibali ha sobrevivido pese a pasar en varias ocasiones muy cerca de la desgracia.

Hasta en tres ocasiones, el "Tiburón de Messina" ha pasado cerca de las caídas, pero ha sobrevivido gracias a su pericia o a la famosa suerte de los campeones.

La 101 edición de la ronda gala comenzó marcada por la caída del esprinter británico Mark Cavendish, en la primera etapa, que acababa en su país.

Nibali ha visto cómo se marchaban, víctimas de las caídas, los dos principales favoritos del Tour. Primero fue el británico Chris Froome y, más tarde, el español Alberto Contador.

El defensor del título se fue al suelo en la cuarta etapa, cuando apenas se habían disputado 8 kilómetros del trayecto que llevaba desde Le Touquet a Lille.

El ciclista nacido en Kenia sufrió heridas en el costado izquierdo, en particular en la muñeca. Pudo volver a subir en la bicicleta y terminar la etapa.

Pero las secuelas se notaron al día siguiente, entre Ypres y Arenberg, una dura etapa marcada por los tramos de adoquines y que el clima lluvioso y frío se encargó de endurecer todavía más.

Froome apenas podía sujetar el manillar de su bicicleta y volvió a caerse dos veces. Tras la segunda decidió no continuar su calvario y abandonó la prueba.

Mientras Froome se retiraba antes de llegar a los «pavés», la etapa estuvo marcada por las múltiples caídas, pero Nibali se mostró glorioso entre los adoquines, quedó segundo y logró una importante renta con sus principales rivales.

Desprovisto del vencedor de la edición anterior, el Tour se convirtió en un cara a cara entre Nibali y Contador, con algo más de 2 minutos y medio de ventaja para el italiano.

En la décima etapa, la tercera del macizo de los Vosgos, bajando el Petit Ballon, a algo más de 70 kilómetros por hora, Contador soltó una mano del manillar para tomar una barrita energética de su maillot.

Un inesperado bache le hizo perder el control de la bicicleta y el corredor madrileño del equipo Tinkoff sufrió una aparatosa caída. Pese a que trató de continuar y rodó casi 20 kilómetros, el ciclista sufría una pequeña rotura de tibia que le hacía insoportable el esfuerzo. Al final, se vio obligado a renunciar.

Ese día, justo detrás de Contador, rodaba atento a su rueda Nibali, que no perdía de vista a su principal rival.

«Le he esquivado por poco», afirmaba el italiano en la meta, donde reconocía que en la caída que se llevó por delante las opciones de Contador también pudieron quedar las suyas.