Iratxe Fresneda
Donostia

62 años de emoción

¿Por qué no darle alguna oportunidad al factor sorpresa? Con ese método descubrí «Chaika», una joyita. Las propuestas del Velódromo o Savage Cinema...

La palabra latina emotio hace alusión al movimiento o impulso, a aquello que nos mueve. El cine es emoción, más allá de como lo describe Samuel Fuller en “Pierrot el loco”, de Jean Luc Godard. Es cierto, es un campo de batalla, pero también es el sol del membrillo, la isla de las tortugas, el último vuelo de un piloto o unas flores en la carretera. La película es un tránsito y no es buena ni mala hasta que es vista. «Lo emocionante» existe antes de ser filmado y después de haber llegado hasta la mirada del espectador. Él es, precisamente, el que a través de su experiencia hace que una película adquiera significado, le pertenezca y pueda juguetear a su antojo con ella. Lo siento, cineastas, es así. Sin espectadores, el cine sería un mar muerto, el cine los necesita, de todo tipo: náufragos, sirenas, piratas o, simplemente, gente de vidas sencillas y mentes complejas. Y Zinemaldia es su gente, la que hace colas, la que se ilusiona al conseguir una entrada, la que espera a las estrellas tras las vallas. No es ninguna primicia decir que buena parte de las entradas para asistir a las proyecciones del Festival Internacional de Cine de Donostia se agotan en un abrir y cerrar de ojos. Tampoco es ninguna novedad decir que el público, la prensa, las gentes del cine de por acá, de Donostia, se vuelcan con ilusión, cada edición, con un festival que compite con eventos como el de Toronto o Cannes. A pesar de las dificultades que entraña programar y gestionar un festival FIAPF, Zinemaldia sigue funcionando como muestra de proyectos interesantes y nos convoca cada año a un encuentro festivo con el cine en el que hay películas para todos los gustos. Además, como alguna vez aventuré a escribir en este mismo medio, ¿por qué no darle alguna oportunidad al factor sorpresa? Con ese método descubrí “Chaika”, una joyita. Las propuestas del Velódromo o Savage Cinema, Dorothy Arzner, Las promesas del este o los siempre estimulantes y sorprendentes filmes que llegan desde Horizontes Latinos. La oferta de Zinemaldia nos permite descubrir nuevos talentos, nuevas formas de hacer cine, Nuevos directores, Perlas, Cine en Construcción y ventanas, como la de Zinemira. Este año no están todos los que son pero están muchos de los que deben estar: Kawase, Hansen-Løve, Petzold, Ferrara, Seidl, Arregi, Goenaga y Garaño, Malo, Altuna… Ya está(n) aquí, a emocionarse.