El motín registrado en el penal de Topo Chico, en el noreste de México, ha acabado con la vida de 52 personas y ha dejado a 12 heridos, cinco de ellos de gravedad, según ha informado el gobernador del estado de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón.
En una comparecencia en la que no ha aceptado preguntas de la prensa, el gobernador ha dicho que el motín comenzó a las 23.30 horas de ayer con «un enfrentamiento entre dos presos». Rodríguez no ha facilitado las identidades de los fallecidos, a la espera de comunicar a los familiares la noticia, y ha subrayado que lo sucedido ha sido un enfrentamiento entre dos grupos de presos y no una fuga de reclusos. La cadena de televisión Milenio ha asegurado que el centro penitenciario, el más antiguo del estado de Nuevo León, tiene una «sobrepoblación carcelaria del 21%».
Las autoridades de Nuevo León tampoco han aclarado si los fallecidos son todos presos o si también hay celadores y personal penitenciario entre las víctimas mortales.
Por otro lado, según testigos consultados por diarios locales, en el interior del centro penitenciario se han registrado detonaciones e incendios, así como «una fuerte movilización policial» para poner fin a los altercados.
Varios vecinos han relatado que un grupo de presos se ha hecho con el control de uno de los pabellones de la prisión en torno a la medianoche del miércoles al jueves y lo ha incendiado para distraer la atención de las fuerzas de seguridad y lograr fugarse del penal. Testigos consultados por el diario 'El Universal' han contado que han escuchado disparos y que los altercados han comenzado cuando varios presos han intentado fugarse del penal. Los altercados en la prisión han provocado el despliegue en la zona del Ejército, además de agentes de la Fuerza Civil y de la Policía de Monterrey.
Los medios locales han informado de que cientos de familiares se han acercado al penal para averiguar si sus allegados están bien o han fallecido en los altercados.