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Stepanakert

Armenios y azerbaiyanos acuerdan un alto el fuego en Nagorno Karabakh

Armenios y azerbaiyanos han acordado en las últimas horas un alto el fuego en la frontera con Nagorno Karabakh tras cuatro días de intensos combates en ese enclave armenio, la zona más militarizada de Europa.

Integrantes de las fuerzas de Nagorno Karabakh. (Vahram BAGHDASARYAN/AFP)
Integrantes de las fuerzas de Nagorno Karabakh. (Vahram BAGHDASARYAN/AFP)

«El acuerdo de cese del fuego ha sido alcanzado a las 12.00 [10.00 en Euskal Herria], ya que se ha iniciado un proceso negociador», anunció Senor Asratián, portavoz del ministerio de Defensa del enclave de Nagorno Karabakh.

El Ejército karabají ha recibido la orden de cesar completamente las acciones militares, que han costado en el enclave la vida de una veintena de soldados armenios y de cuatro civiles desde que se reanudaran las hostilidades en la madrugada del sábado.

«En estos momentos se está preparando un documento de cese bilateral de las hostilidades en la zona del conflicto», ha agregado otra fuente oficial, y que después ha confirmado el Ministerio de Defensa armenio.

En la misma línea, un portavoz de la Presidencia karabají ha precisado que «la situación se ha estabilizado» en el frente después de que Azerbaiyán pusiera en alerta a su Ejército y amenazara con invadir el territorio si Armenia no dejaba de bombardear las áreas pobladas.

Poco antes de hacerse público el acuerdo, el presidente de Azerbaiyán, Ilham Alíev, ha asegurado que su país aboga por continuar el proceso negociador, aunque ha vuelto a acusar a Armenia de bombardear a civiles.

«Azerbaiyán combate en su territorio, defiende su propia tierra. Hemos puesto al enemigo en su lugar y a día de hoy contamos con una clara superioridad», ha dicho.

El presidente armenio, Serge Sargsián, propuso ayer el cese de las hostilidades por el control del enclave, aunque condicionado a que todos los bandos regresen a sus posiciones iniciales anteriores al 1 de abril.

De lo contrario, advirtió, «una mayor escalada de las acciones militares puede acarrear consecuencias imprevisibles e irreversibles, incluido una guerra a gran escala», en cuyo caso reconocerá la independencia del Karabakh, territorio habitado mayoritariamente por armenios.

En respuesta, la Cancillería azerbaiyana aseguró que está dispuesta a aceptar un alto el fuego, pero antes las tropas armenias deben abandonar el Karabakh y la integridad territorial del país debe ser restablecida en virtud de las resoluciones de la ONU.

Azerbaiyán, que suspendió unilateralmente las acciones militares el domingo, aunque esto no le ha impedido seguir combatiendo, se niega a ceder los puntos estratégicos de Karabakh que retomó el sábado.

La retórica belicista, sumado al recrudecimiento de los combates en varios lugares de este auténtico polvorín caucásico, ha levantado todas las alarmas en Rusia, Estados Unidos y Estado frnacés, los encargados de supervisar el alto el fuego en vigor desde 1994.

El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, y el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, han conminado a ambos bandos «al cese inmediato de las acciones militares», llamamiento al que se ha sumado la OTAN.

El Grupo de Minsk de la OSCE, que coordina las negociaciones de paz entre armenios y azerbaiyanos desde el fin del conflicto que dejó más de 25.000 muertos (1992-94), se reúne este martes en Viena.