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La parlamentaria Fátima Andreo dimite por discrepancias con la dirección de Podemos

La parlamentaria de Podemos-Ahal Dugu Fátima Andreo ha anunciado la renuncia a su escaño en la Cámara navarra por el «continuo cuestionamiento» de su trabajo desde su propio grupo y por discrepancias con la dirección «caótica y desorganizada» del partido en el herrialde.

Fátima Andreo, hablando con el consejero Aranburu durante un pleno del Parlamento. (Iñigo URIZ/ARGAZKI PRESS)
Fátima Andreo, hablando con el consejero Aranburu durante un pleno del Parlamento. (Iñigo URIZ/ARGAZKI PRESS)

Así lo ha hecho público en una nota, en la que revela su interés en «no perjudicar» con esta decisión ni a Podemos ni al Gobierno «del cambio» que la formación sostiene junto a Geroa Bai, EH Bildu e I-E, y señala como «básicamente responsable» de sus motivos para renunciar al acta de parlamentaria a la dirección de Podemos en Nafarroa, cuya secretaria general, Laura Pérez, lidera el grupo parlamentario.

Se trata de una dirección «caótica y desorganizada, que en vez de apoyar exige; sin una dirección política clara sino más bien errática; con propuestas descabelladas en algunos casos; sin unas habilidades comunicativas adecuadas para el puesto».

Sin nombrar en ningún momento a Laura Pérez, Fátima Andreo incide en que a la dirección del partido en Nafarroa «le sobra desconfianza hacia las y los suyos, autoritarismo, difamación, improvisación; y a la que le faltan dosis de realidad, responsabilidad, transparencia y trabajo serio».

Se trata, a su juicio, de «una dirección que quiere controlarlo todo, pero sin dedicarle el tiempo que ello requeriría y que quiere incidir en todas las decisiones sin contar con los conocimientos necesarios para ello, en muchos casos basándose en su gran intuición».

En cuanto al grupo parlamentario, donde Andreo dice haber intentado realizar aportaciones pero el «continuo cuestionamiento» dificulta continuar con su trabajo, señala que «intenta funcionar en medio del desorden, la falta de continuidad y de eficacia del trabajo», a lo que se suma un «mal ambiente», «confusión de funciones, la sobrecarga del equipo técnico y los mensajes contradictorios».

Consciente de que sus palabras son «muy duras», Andreo justifica que pasado año y medio en esta labor «hay que ser exigentes», por lo que anuncia su renuncia al cargo.

Agradece en cualquier caso la oportunidad vivida en el Parlamento foral y el «buen recuerdo» que se lleva del personal y de los compañeros de otros grupos, también del suyo, pese a reconocer haber «echado en falta su apoyo».