La petición de Naciones Unidas petición marca un nuevo récord y supone un claro aumento respecto al llamamiento de 2016, cuando la OCHA solicitó 19.330 millones de euros para ayudar a 92,8 millones de personas en 37 países.

«Esto es un reflejo de un estado de las necesidades humanitarias no visto desde la Segunda Guerra Mundial», ha afirmado en una comparecencia ante la prensa en Ginebra el director de la OCHA, Stephen O'Brien, según Reuters.

La petición de fondos realizada por Naciones Unidas para 2017 contrasta con los 2.500 millones de euros solicitados en los primeros seis llamamientos realizados desde el año 1992.

La OCHA ha advertido de que en el último cuarto de siglo se ha registrado un «cambio enorme en la frecuencia, la escala y la magnitud de las emergencias humanitarias».

En su escrito, la OCHA ha advertido de que hay muchos países que siguen estando en situación de conflicto, por lo que es necesario adoptar de manera urgente «una respuesta multidimensional». En Afganistán, ha asegurado que las necesidades «están aumentando» debido a los desplazamientos masivos y al prolongado conflicto.

En Burundi, la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU ha señalado que la crisis política continúa «aumentando» y el número de personas que necesitan «apoyo urgente» se ha «triplicado», hasta alcanzar los tres millones de personas.

En Sudán del Sur, ha recordado que «cerca de 1,2 millones de personas», el 80% de las cuales son mujeres y niños, han huido de sus hogares, lo que ha supuesto «el mayor movimiento de refugiados de Africa».

Siria

Tras señalar que en Siria las organizaciones humanitarias prevén que las necesidades «crezcan exponencialmente» si continúan las hostilidades, la OCHA ha alertado de que la violencia de Boko Haram sigue provocando «inestabilidad e inseguridad» y no hay perspectivas de una solución política.

En esta misma línea, ha advertido de que el acceso humanitario está «severamente restringido» y las dificultades han aumentado en complejidad en países como Irak, Sudán del Sur y en Yemen, lo que está impidiendo que las agencias humanitarias hagan su trabajo y dejando a las personas afectadas sin servicios básicos y sin protección.

La OCHA ha recordado que las minas, los restos explosivos de guerra y los artefactos improvisados están impidiendo el acceso de las organizaciones humanitarias a zonas necesitadas y están amenazando las vidas de poblaciones «vulnerables» en regiones de conflicto.

En este sentido, ha dicho que el desminado será «esencial» para un retorno seguro de los civiles a Mosul, en el norte de Irak, y para garantizar que las escuelas, los hospitales y las infraestructuras funcionan de forma satisfactoria.

Inseguridad alimentaria

La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU ha dejado claro que la inseguridad alimentaria y la malnutrición continuarán centrando las necesidades humanitarias. En la región del Sahel, ha asegurado que cientos de miles de hogares viven «en condiciones precarias».

«La inseguridad alimentaria, la malnutrición aguda, las enfermedades y los desastres son una realidad para millones de personas», ha afirmado la OCHA, antes de explicar que, en 2017, los Planes de Acción Humanitaria para Burkina Faso, Mauritania y Senegal se alinearán «estratégicamente» con los marcos de desarrollo y resiliencia.

Tras señalar que las agencias de Naciones Unidas y sus socios están trabajando con un esquema de apoyo multianual de donantes para asegurarse de que hay una respuesta adecuada en el tiempo, la OCHA ha advertido de que una financiación «baja, retrasada e impredecible» tendría «graves consecuencias».

Por último, ha indicado que en 2017 se requerirá ayuda humanitaria urgente en Etiopía, Somalia, Haití y en el sur de Africa debido a los fenómeno meteorológicos El Niño y La Niña.