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BILBO

CEAR alerta de que la CAV se ha convertido en centro distribución de trata de nigerianas

La Comisión de Ayuda al Refugiado de Euskadi (CEAR) ha denunciado hoy que la CAV se ha convertido en un centro de distribución para las mafias de trata de mujeres nigerianas con fines de explotación sexual.


Portada del informe de CEAR-Euskadi.
Portada del informe de CEAR-Euskadi.

Esta denuncia está incluida en la investigación titulada "Refugiadas: la trata con fines de explotación sexual en el contexto de militarización y cierre de fronteras" promovida por el equipo de Incidencia y Participación Social de CEAR-Euskadi, según informa esta organización no gubernamental en un comunicado. El informe se presentará el jueves en la sal Garate de la Universidad de Deusto, en Bilbo.

En el informe se destaca que en los últimos dos años se ha detectado en la CAV un aumento de la presencia de mujeres nigerianas con indicios de ser víctimas de trata para la explotación sexual y que en 2016, CEAR atendió a más de 40 de estas mujeres en el Araba, Bizkaia y Gipuzkoa.

Se resalta también la dificultad de establecer relaciones de confianza con estas personas ya que, habitualmente, están en situaciones de riesgo y padecen amenazas sobre sus familiares en el país de origen, por lo que no reclaman ayuda.

Se remarca, asimismo, que la trata es una de las más graves consecuencias del control y militarización de las fronteras, ya que para las mujeres que emigran desde el África subsahariana resulta «casi inviable» emprender este proceso sin sufrir violencia sexual o ser atrapadas por las redes de trata.

Según los datos de CEAR, entre 13.000 y 40.000 mujeres son explotadas sexualmente en el Estado español, y 140.000 en Europa.

Tras recordar que la ONU ha denominado a este fenómeno «la esclavitud del siglo XXI», CEAR indica que la mayoría son mujeres jóvenes, entre 23 y 27 años, aunque los casos de menores aumentan.

En la CAV, los principales países de procedencia son Nigeria, seguido de Rumanía, China, Paraguay, Brasil y la República Dominicana.

La citada organización alerta también del peligro que corren estas mujeres si se les devuelve a su país de origen ya que, después de lo padecido, allí les condenarán al ostracismo social y sufrirán violaciones de sus derechos fundamentales.