NAIZ
MADRID

Rajoy cierra la puerta a Puigdemont y le acusa de «amenazar la convivencia»

El jefe del Ejecutivo español, Mariano Rajoy, ha respondido al presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, que no cabe ninguna negociación sobre el referéndum a «espaldas de los verdaderos cauces democráticos y de la ley». Además, reitera que las propuestas del Govern son una «grave amenaza a la convivencia y al orden constitucional».

Mariano Rajoy y Carles Puigdemont coincidieron el pasado 12 de mayo en la inaguración del Salón del Automóvil de Barcelona. (Pau BARRENA/AFP)
Mariano Rajoy y Carles Puigdemont coincidieron el pasado 12 de mayo en la inaguración del Salón del Automóvil de Barcelona. (Pau BARRENA/AFP)

Puigdemont envió el miércoles una misiva a Rajoy solicitándole iniciar «negociaciones sobre los términos y las condiciones del referéndum» en Catalunya. En la misma expresa «la máxima voluntad de buscar una solución política pactada y acordada que dé respuesta a la demandas de la ciudadanía de Catalunya» de poder decidir sobre su futuro político.

Sin que hayan pasado ni 24 horas, el presidente del Gobierno español ha contestado a esa carta invitando de nuevo a Puigdemont a debatir sus propuestas en el Congreso porque, según subraya, «lo que no cabe es plantear una negociación a espaldas de los verdaderos cauces democráticos y de la ley».

Además, Rajoy anima a Puigdemont a recuperar los planteamientos que «lejos de generar desencuentro y frustración, se ajusten al común marco de convivencia y respondan a las necesidades reales de los catalanes», de forma que desde esa posición puedan encontrar «espacios de acuerdo en beneficio de todos».

Rajoy insiste en su voluntad «plena y sincera» de dialogar y de llegar a acuerdos con la Generalitat de Catalunya, como «con cualquier otro gobierno autonómico».

Una disposición al diálogo y a la cooperación entre administraciones que, según destaca, «ha quedado de manifiesto a lo largo de estos años» con numerosos acuerdos en varios ámbitos.

Precisa, sin embargo, que esa voluntad de entendimiento tiene «como único límite el respeto a la soberanía nacional y al Estado de Derecho».

«Ni usted ni yo tenemos capacidad para negociar sobre aquello de lo que no disponemos», insiste, antes de hacer hincapié en que eso supondría «hurtar de sus derechos al conjunto del pueblo español y, por ende, a los catalanes, y ningún legítimo gobernante puede proceder de esa manera».

Después de indicar que ha tenido ocasión, tanto en público como en privado, de reiterarle las obligaciones que comporta tanto su cargo como el del propio Puigdemont, Rajoy recalca: «La primera de ellas, ineludible para mí, es la defensa del orden constitucional».

«A nadie se le oculta que la propuesta política a la que se me invita consiste en pactar con el gobierno que usted preside la forma de vulnerar el núcleo esencial de la Constitución española», avisa.

Y le recuerda que el ordenamiento constitucional prevé mecanismos para plantear toda clase de aspiraciones políticas, «siempre y cuando se proceda por los cauces democráticamente previstos y conciten el apoyo parlamentario necesario».

«Grave amenaza a la convivencia»

«Considero inexcusable volverle a reiterar no sólo la imposibilidad de tomar parte en aquello que propone, sino también la imposibilidad de que su gobierno plantee tan grave amenaza a la convivencia y al orden constitucional», dice Rajoy.

Y menos aún, señala la carta de Rajoy, cuando la Generalitat catalana, al tiempo que reclama al Gobierno que acepte el referéndum, prepara «un conjunto de iniciativas legales que suponen la liquidación absoluta» del orden constitucional.

«Mal se compadece el diálogo que dice ofrecer con la amenaza de una declaración de independencia para el caso de no ser satisfechas sus pretensiones», opina.

En este sentido, repite su invitación a Puigdemont para que acuda al Congreso de los Diputados a debatir su propuesta. «Es ahí donde deben debatirse las aspiraciones que nuestro pluralismo político ampara», añade.

Rajoy considera que «lo que no cabe es plantear una negociación a espaldas de los verdaderos cauces democráticos y de la ley», que a todos «ampara» y «obliga», para apuntar después que la obligación de su Gobierno «es y será siempre la de actuar en defensa de la libertad, la convivencia pacífica y los derechos de todos los catalanes y del resto de ciudadanos españoles».

Como «gobernante y como representante del Estado», Rajoy invita a Puigdemont a «recuperar los planteamientos que, lejos de generar desencuentro y frustración, se ajusten al común marco de convivencia y respondan a las necesidades reales de los catalanes» y, desde esa posición, puedan encontrar «espacios de acuerdo en beneficio de todos».