Naiz
Donostia

El cuchillo que causó la muerte del niño Julen S. sólo tenía restos de sangre del padre

Los especialistas de la Ertzaintza que analizaron el cuchillo que causó la herida mortal a Julen S.L. sólo encontraron en el arma restos de la sangre del padre, mientras que únicamente había vestigios genéticos del niño en el interior del mango.

Imagen del juicio sobre la muerte de Julen S., en Donostia. (Jon URBE/ARGAZKI PRESS)
Imagen del juicio sobre la muerte de Julen S., en Donostia. (Jon URBE/ARGAZKI PRESS)

Esta es una de las principales conclusiones de la sesión del juicio con jurado por la muerte de este menor celebrada este miércoles en la Audiencia de Gipuzkoa, en la que han declarado cinco agentes de la Unidad de Genética de la Policía Científica de la Ertzaintza, que realizaron seis informes sobre distintos objetos que había en la habitación del piso familiar de Donostia en la que murió Julen.

En la segunda jornada de este juicio, celebrada el pasado 6 de junio, el acusado declaró que, tras escuchar un ruido en el dormitorio en el que estaba el pequeño, acudió a la habitación desde la sala y se encontró a Julen con un cuchillo clavado en el pecho que él mismo le extrajo y con el que, posteriormente, en estado de shock, se autolesionó en distintas partes del cuerpo.

Este arma fue analizada tras el suceso por la Unidad de Genética de la Ertzaintza, cuyos agentes han desvelado que la sangre hallada en el filo y la empuñadura del cuchillo correspondía exclusivamente al padre.

Estos policías han indicado asimismo que no encontraron sangre de la víctima en las muestras de la hoja ni en la parte exterior del mango del cuchillo que les fueron remitidas por sus compañeros de investigación, aunque sí localizaron perfil genético del niño, que podría corresponder a sudor o células epiteliales, en el interior de la empuñadura.

Estos agentes han comentado que también localizaron restos genéticos del niño, mezclados con los de su padre, en la manilla de la puerta de acceso a la vivienda, así como en el cinturón de un albornoz que se encontró colgado de la ducha del baño.

También detectaron sangre del imputado en su propia ropa, así como en unas prendas de la madre de Julen y, entre otros objetos, en una banqueta de la habitación a la que presuntamente podría haberse subido el niño para localizar unas huchas.

Desde el piso inferior

En otro momento del juicio ha comparecido un arquitecto que realizó un informe sobre la posibilidad de que unos ruidos provocados en el piso en el que murió Julen fueran escuchados por sus vecinos de la vivienda inferior.

Ha asegurado, en este sentido, que la caída de un cuerpo desplomado, de un peso de unos 85 kilos, como el de Julen, se habría escuchado «nítidamente» en el piso de abajo. También ha dicho que unos pasos en el piso superior hubieran sido audibles si la persona que los dio llevara zapatos con tacón o fuera corriendo, aunque no si calzara unas zapatillas.

En la última parte de la sesión se ha dado lectura a la sentencia que, previamente a que sucedieran los hechos, condenó al inculpadopor unas coacciones leves a su exmujer, en el marco del proceso de divorcio de la pareja, después de que se autolesionara en presencia de su esposa, Julen y una hermana de este.

La Fiscalía y la acusación particular, que ejerce la madre del menor, consideran a este hombre responsable del asesinato de su hijo y solicitan para él 18 y 20 años de cárcel respectivamente, mientras que la defensa opina que el fallecimiento se produjo accidentalmente cuando el menor se clavó en el pecho el cuchillo mientras intentaba abrir con él una hucha con forma de casco.