@gara_iiriondo

Erkoreka defiende la libertad de expresión de Unzalu, que la Comisión Ética condiciona

El consejero de Gobernanza, Josu Erkoreka, ha defendido en el Parlamento la libertad de expresión del director de Gabinete y Comunicación del Departamento de Turismo, Andoni Unzalu, que en una tertulia defendió la aplicación del 155 en Catalunya y justificó la detención del presidente de la Generalitat, temas que no forman parte del programa de coalición de PNV y PSE. Sin embargo, el propio Erkoreka ha dado la pista sobre un reciente acuerdo de la Comisión de Ética Pública, que condiciona muchísimo esa «libertad de expresión» y la propia participación en tertulias de cargos gubernamentales.

Josu Erkoreka e Iñigo Urkullu, en un pleno anterior. (Juanan RUIZ/ARGAZKI PRESS)
Josu Erkoreka e Iñigo Urkullu, en un pleno anterior. (Juanan RUIZ/ARGAZKI PRESS)

El pasado 10 de octubre el director de Gabinete y Comunicación del Departamento de Turismo, Comercio y Consumo, Andoni Unzalu, defendió en una tertulia de Euskadi Irratia la aplicación del Artículo 155 de la Constitución en Catalunya y calificó de inevitable la detención del presidente Carles Puigdemont «si sigue así». En la sesión de control al gobierno de esta mañana, EH Bildu ha pedido explicaciones sobre el posicionamiento de un alto cargo del Ejecutivo a favor de la intervención de la autonomía catalana, lo que considera inadmisible y por lo que ha pedido su cese.

En el turno de respuesta, el consejero de Gobernanza Pública y Autogobierno, Josu Erkoreka, ha defendido la libertad de expresión de Andoni Unzalu y ha recordado que el Gobierno está compuesto por dos partidos, PNV y PSE, unidos por un programa de gobierno, en el que se aclara que en materia de autogobierno tienen opiniones diferentes, a lo que ha añadido que, además, la cuestión catalana está fuera del pacto.

En su segunda intervención, el parlamentario de EH Bildu Josu Estarrona ha mencionado el Código Ético del Gobierno y ha afeado al consejero que se pueda mantener a un director que incluso se muestra favorable a la detención del president de la Generalitat o escribe contradiciendo la existencia de cientos de heridos en el referéndum del 1 de octubre.

En respuesta a esta intervención, además de hacer una chanza sobre las dificultades de EH Bildu de entender la libertad de expresión por el «pasado estalinista» de alguno de sus componentes, Josu Erkoreka ha hecho mención a la existencia de un reciente acuerdo de la Comisión de Ética Pública sobre esta materia.

Dicho acuerdo, el 10/2017, no recoge datos identificatorios del autor de la consulta, pero por su contenido es evidente que hace referencia al caso de Andoni Unzalu y que se presentó al día siguiente de que se hiciera pública su mención al 155. El director aduce que cuando le nombraron dejó otras tertulias pero siguió con la de euskara por su «relación especial». Aclara que sus intervenciones son «exclusivamente a título personal» y que la presentadora nunca hace mención a su cargo.

Respuesta contundente de la Comisión Ética

La respuesta de la Comisión de Ética Pública tras analizar el caso es contundente, aunque también recoge un paréntesis inicial algo preocupante, puesto que sostiene que cuando se hizo la consulta, el  director todavía no había firmado su adhesión individualizada al Código Ético de Conducta, por lo que no procede «un pronunciamiento expreso en torno a la licitud ética de su conducta». También le advierte que tiene un plazo para firmarlo (que es de 15 días) y que no hacerlo podría conllevar su cese. Andoni Unzalu fue nombrado el 20 de setiembre, la consulta se hizo el 11 de octubre y la resolución es del 16.

Además, la Comisión de Ética Pública le recuerda que debe pedir y obtener la autorización de un superior para seguir participando en tertulias.

A lo que añade que «la lealtad a la organización y la coherencia le obligan a modular todas sus intervenciones, en los estrictos términos» del Código Ético, por lo que «no podrá participar en el programa expresando sus opiniones personales, sino defendiendo en todo momento las posiciones propias del Gobierno»; de manera que nunca podrá «discrepar o criticar abiertamente» dichas posiciones y solo de manera excepcional y puntual podrá «distanciarse» de las mismas, en cuyo caso, deberá «abstenerse de intervenir o, en su defecto, manifestar que sus opiniones son estrictamente personales y ajenas, por tanto, a la política gubernamental».