«La decisión sobre Jerusalén nos libera de todo acuerdo que hayamos firmado. Por ejemplo los Acuerdos de Oslo. Los firmamos, pero ahora ya no son vinculantes para nosotros», ha declarado Mahmud Abbas durante la cumbre extraordinaria de la Organización para la Cooperación Islámica (OCI) en Estambul.

«Ya no estamos comprometidos con ningún acuerdo, desde el de Oslo hasta hoy», ha insistido el mandatario palestino en un discurso en la cumbre en el que ha anunciado el fin del papel de EEUU como mediador en el conflicto.

Los acuerdos de Oslo, firmados en 1993, establecieron el reconocimiento internacional de la Autoridad Palestina como cuerpo administrativo en Cisjordania y Gaza, y pusieron la base para la colaboración administrativa entre el Gobierno israelí y organismos palestinos en los territorios ocupados.

Abbas ha insinuado que podría abandonar asuntos administrativos civiles, como los servicios de salud, y devolver toda la responsabilidad a Israel.

«Nosotros no tenemos autoridad. ¿Por qué deberíamos responsabilizarnos? Ustedes son el Estado ocupante», ha afirmado.

«La decisión de transferir la embajada a Jerusalén es una clara violación de la ley internacional. Expresamos nuestro pleno rechazo de esta decisión, que ha llegado en un momento en el que pensamos que podríamos trabajar juntos para una paz amplia», ha manifestado.

«Trump ha hecho lo contrario. Ha provocado a todo el mundo. Estados Unidos ha elegido perder su capacidad de mediador y se ha descalificado para participar en el proceso de paz. Ha mostrado su parcialidad», ha lamentado el presidente de la Autoridad Palestina.

«Estados Unidos ya no es mediador. Ya no es aceptable. Ya no queremos la mediación estadounidense», ha remarcado.

Abbas ha pedido a todo el mundo emplear sanciones o presiones económicas contra Estados Unidos, ya que «todo el mundo mira por su interés y deben sentir que están pagando un precio».

«La decisión de Trump ofrece Jerusalén a Israel como regalo, algo unilateral, como si les regalara una ciudad estadounidense», ha considerado.

Abbas ha advertido de que «la decisión reforzará a grupos extremistas para transformar un conflicto político en uno religioso. Que así sea. El mundo sufrirá las consecuencias y debe asumir la responsabilidad».