Iñaki  Soto
Iñaki Soto
GARAko Zuzendaria / Director de GARA

Pesadilla en JEL Street

Hoy a la noche comienza la campaña electoral de cara al 26J y a la mañana se ha conocido el Sociómetro del Gobierno de Lakua sobre perspectivas de voto para estas elecciones y las siguientes al Parlamento de Gasteiz.

No sé si esas prospecciones coinciden con las que manejan los partidos, ni qué cocina tienen (en algunos casos me ha parecido ver más aritmética y en otros más demoscopia), pero es cierto que marcan unas tendencias, pautas y segmentaciones que pueden ser útiles para ver dónde se van a dar las batallas en los próximos 15 días, también en los próximos meses.

Sin ánimo exhaustivo, lo que más me ha llamado la atención es el escenario de las autonómicas en caso de que Podemos/Ahal Dugu e IU/Ezker Anitza repitan coalición. En esa hipótesis, y siempre teniendo en cuenta que es una encuesta, la suma de PNV y PSE quedaría por debajo de la de EH Bildu y Ahal Dugu-Ezker Batua. Los primeros sumarían 33 (24+9) y los segundos 34 (17+17). Es el primer sondeo que plantea esta opción.

Este es, sin duda, el escenario que más temen en Sabin Etxea. Una pesadilla dentro de su aparente sosiego. También es el que más juego político daría, el que rompería más esquemas y obligaría a todos a repensar alianzas, tácticas y a amoldar estrategias. Partiendo de la base de que el PNV seguiría siendo el partido más votado y, en buena lógica, el que debería intentar formar gobierno en un principio. En buena lógica también, debería buscar otros apoyos.

También está interesante quién sería segunda fuerza, dado el hipotético empate en escaños entre las fuerzas soberanistas de izquierda y el renovado unionismo de izquierda. Visto lo cual, más de cara a la legislatura, el eje izquierda-derecha estaría muy interesante. Todo ello sin saber qué escenario ha quedado en Madrid, lo que sin duda alterará tanto las tendencias como los debates y, probablemente, también los resultados. Eso y que aún faltan candidatos –tras el fiasco de la candidatura de Garbiñe Biurrun el reloj sigue corriendo para Podemos y el perfil no es sencillo–, que el «efecto Otegi» puede dejar en estas primeras elecciones su impronta –eso ya se ve en esta encuesta por ejemplo en Gipuzkoa, donde veo más cocina, y queda por ver qué pasa con su inhabilitación–, que de aquí a otoño hay mucho tiempo para unas cosas y poco para otras, que los territorios y sus estructuras partidarias contienen tensiones que pueden mitigarse o exacerbarse –en Madrid y aquí–…

Muchos dicen que las campañas no sirven para nada. Las electorales quizás para poco, o al menos para menos de lo que podría parecer. Ahora bien, retomando el término que acuñaron los zapatistas, «la otra campaña» puede cambiar las cosas, algunas profundamente. Lo estamos viendo en EEUU con la candidatura demócrata. Esa campaña se da en otros plazos, pero durante estos quince días ambas, la puramente electoral y la de más largo recorrido, la político-ideológica, serán simultáneas. También está el factor de la volatilidad, el voto estratégico, el contraste de agendas y otros temas que iremos viendo en el periódico estos días.

Es cierto que las elecciones que oficialmente se lanzan hoy, teniendo en cuenta que son estatales y algo así como una segunda vuelta, no suscitan demasiado interés entre bastante gente (ojo, cuidado con el paternalismo clasista, esto no quiere decir que no vayan a votar o que no tengan una opinión formada). No obstante, desde un punto de vista analítico, teniendo en cuenta que desde la perspectiva vasca son algo así como una primera vuelta de las de otoño-invierno, nadie puede negar que no estén interesantes.

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