BERTA GARCIA
CONSUMO

Carnaval, carnaval...

Con los Carnavales a la vuelta de la esquina –arrancan el próximo jueves–, llegan las fiestas del disfraz por excelencia. Es tiempo de preparar trajes, máscaras y caretas por lo que cabe recordar que algunos de los disfraces pueden incumplir las normas de seguridad y su uso podría resultar peligroso.

Entre los productos que se retiran de la venta, porque presentan riesgos para la salud sobre todo para niños y bebés, destacan los juguetes. Los disfraces para menores de catorce años también se consideran juguetes y, salvando a las habilidosas modistas caseras, no todo lo confeccionado cumple con los requisitos legales.

Por eso no está de más tener en cuenta algunas advertencias. Así, por ejemplo, en el etiquetado de las prendas y artilugios no pueden faltar los siguientes datos: nombre y marca del producto; datos de identificación del fabricante, importador o distribuidor; instrucciones y advertencias de uso; y el sello CE.

Los disfraces deben estar hechos con materiales no inflamables o de baja combustibilidad. Aún así, teniendo en cuenta que algunos de ellos son muy inflamables, hay que tomar precauciones, por lo que conviene mantenerse alejado de fuentes de calor: estufas, mecheros, cigarros, petardos, fuegos artificiales...

Además, los trajes destinados a los más pequeños no deben llevar cuerdas o cordones en la zona del cuello. Respecto a las pelucas, es importante mirar la etiqueta y comprobar que no tienen materiales fácilmente inflamables.

En el caso de las máscaras o caretas, sus orificios deben de ser adecuados y suficientes para que entren sin problemas los ojos, la nariz y la boca. Pero, ¿qué sería de un disfraz sin pinturas y similares transformadores de imagen? Para evitar posibles reacciones alérgicas por la utilización de maquillaje, se debe comprobar previamente la fecha de caducidad y los ingredientes contenidos en el cosmético en cuestión.

Como con cualquier otro producto de consumo, también en los elementos que intervienen en la construcción de un disfraz debemos pedir y conservar el tiquet de compra o la factura por si fuera necesario presentar una reclamación.