IKER FIDALGO ALDAY
PANORAMIKA

Jardín

A mediados del mes pasado reseñamos la primera parte de los resultados del proyecto de DSS2016 bautizado como Komisario Berriak, en el que una decena de comisarios elegidos mediante convocatoria pública, formaron parte de un laboratorio de formación que vinculaba al Centro Internacional de Cultura Contemporánea Tabakalera de Donostia, Azkuna Zentroa de Bilbo y al Museo Artium y Centro Cultural Montehermoso de Gasteiz. En este periodo de creación colectiva se fraguó un proyecto bajo el título “...al menos un modo provisional de asentarse en un lugar” que daba nombre a una propuesta expositiva dividida en dos momentos diferentes. Si el primer momento aglutinaba un compendio de tres piezas en el centro bilbaino (una videoinstalación, posters en el espacio público y una performance), en esta segunda parte el espacio del depósito de aguas del Centro Cultural Montehermoso alberga una concurrida exposición conformada por 15 artistas cuyos aportes derivan desde la videoinstalación, la escultura, el arte sonoro o el dibujo hasta la instalación site specific o el vídeo monocanal.

Inaugurada el pasado enero y hasta el 28 de este mes, la base conceptual del proyecto resultante del comisariado colectivo se sitúa en torno a la metáfora del jardín como espacio de tensión entre conceptos como cultura y naturaleza o domesticación y ruina, pero también como lugar de cuidados, de desaparición, de vida y de muerte. Cada una de las piezas es un punto de entrada al propio jardín, revelando un espacio propio en donde la identidad de cada proyecto se explaya en su totalidad para después relacionarse con el resto del contenido.

Este lugar de relaciones provisionales nos lleva por pequeños recodos en los que la sutil potencia del gesto poético es capaz de convivir con el más metódico de los trabajos matéricos. Ya dentro del espacio, la distribución y organización de las convivencias narrativas se resuelve con un uso de la iluminación que ayuda a domesticar un espacio de gran personalidad. Los trabajos respiran pero concatenan diferentes entradas y salidas a la propuesta conceptual. Una exposición con varias caras y aristas que puede ser leída desde diversas ópticas, creando múltiples caminos por los que deambular.

Si Emilio Arauxo, Pedro Barateiro, Zigor Barayazarra, Lúa Coderch, Irene Kopelman, Louisa Martin, Amaia Molinet, Eriz Moreno, Enrique Radigales, Rodríguez-Méndez, Eulalia Rovira, Adrian Schindler y Tina Vukasoviç habitan la capa más visible de esta convivencia, las propuestas de Josu Bilbao y Janice Kerbel se desarrollan en dos estratos diferentes. El primero, a través de una intervención escultórica desarrollada por la parte más baja de las cuatro paredes de la sala, que acata un riesgo de invisibilidad en pro de una delicadeza conceptual que aglutina lo valioso del gesto, el proceso y un diálogo orgánico. La segunda, a través de una pieza sonora que se activa cada día minutos antes del cierre del centro, en la que unas plantas conversan sobre sus formas de vida y que elevan la dimensión expositiva hacia una estimulante experiencia sensorial.

Por otro lado, la Galería Lumbreras de Bilbo presenta el segundo artista emergente de los cuatro que componen su programa “Joven llama a joven”. En esta ocasión, Mikel del Río (Arrasate, 1988) propone a través de “Mirar cerca” una obra pictórica que basa su fortaleza primordial en el trabajo sobre el retrato dividido en tres grupos principales. En ellos toma presencia el encuadre clásico, la ocultación o la invasión del flash fotográfico así como el rastro de la representación humana, todo recogido en una colección de obra reciente que podrá disfrutarse hasta el 17 de marzo.