joseba Eizagirre
MOTOR

La Travesía Don Bosco, una cita consolidada

El mal tiempo y la lluvia no fueron obstáculo para que el pasado 4 de febrero se celebrara con más éxito que nunca la séptima edición de la Travesía de Don Bosco, en la que participaron un total de 130 coches y una treintena de motocicletas, y cuyo recorrido de 110 kilómetros por carreteras de Gipuzkoa y Nafarroa fue seguido por más público que en ninguna otra ocasión. Este hecho convierte a esta travesía –que nació como una pequeña concentración de clásicos para celebrar el 50 aniversario del Instituto– en una cita destacada del calendario vasco de concentraciones de vehículos clásicos.

Los organizadores del evento, el Instituto Don Bosco de Errenteria y el Real Automóvil Club Vasco Navarro (RACVN), valoraron positivamente la respuesta obtenida y destacaron el hecho de que en las primeras 48 horas desde la apertura del plazo de inscripciones se hubiesen recibido más de 200 solicitudes. «Estamos satisfechos con la fidelidad de los participantes y seguidores de la Travesía y con su éxito creciente año tras año. Sin embargo, lamentamos no poder dar cabida a todas las personas que quieren participar, debido al aforo del restaurante, la infraestructura del evento y las plazas limitadas», comentaba José Luis Pérez, director de la Travesía Don Bosco y profesor del Instituto.

Además de los propios participantes en la travesía, este año han sido muchas más las personas que se han acercado a Don Bosco a ver los vehículos participantes y las distintas actividades que se han organizado de forma paralela, como la exposición de carteles de los alumnos de Ceinpro, el simulador de vuelco de Lagunak, la exposición de motocicletas o los vehículos de competición de los cursos que organiza el centro docente, Don Bosco Konpetizioa (DBK).

Asimismo, nunca antes había habido tanto público a lo largo del recorrido. «Tanto en Gipuzkoa como en Nafarroa, han sido muchas las personas que esperaban ver pasar los vehículos, sacaban fotografías y animaban a los participantes a su paso», destacó Nicolás Sagarzazu, exdirector del Instituto Don Bosco y director de formación de FP de Euskadi.

La jornada arrancaba a las 9 de la mañana con la llegada de los primeros participantes. Poco a poco, el centro fue llenándose de vehículos clásicos, de visitantes y, en definitiva, «de un ambiente muy bueno, no solo en Don Bosco sino también en los alrededores», tal y como comentaba Luis Carrasco, actual director del Instituto Don Bosco, ya que el goteo continuo de vehículos clásicos que iban llegando llamaba la atención de muchos paseantes y curiosos.

Entre los vehículos participantes se encontraban los habituales de este tipo de concentraciones, como los populares Seat 600, Citroën 2 CV, Mini o Renault 4L, así como los llamativos Ford Escort MKII, Ford Sierra Cosworth, Audi Quattro, Renault Alpine A110 o BMW M3, pero también ejemplares más antiguos como un Renault 4/4 del año 1954, un Fiat 1500 Cabriolet de 1961, un Citroën DS de 1970, un Porsche 911 de 1971 o varios BMW 2002 tii de 1972.

Los asistentes pudieron disfrutar también de la presencia de un imponente MAN 6x6, perteneciente al equipo de asistencia del equipo Porsche en el París Dakar de 1980. Entre la veintena de motos participantes, se encontraban una Ducati 175 TS Sidecar de 1962, una Moto Guzzi 850 de 1978 y varias Mobylette y Motovespa Vale.

Tráfico abierto. La Travesía propiamente dicha daba comienzo a las 11:30 horas con la salida de motocicletas y automóviles por orden de antigüedad bajo el arco hinchable del RACVN. Todos los participantes completaron un recorrido de 110 kilómetros, con un formato de rallye de regularidad, que les llevó a través del centro urbano de Errenteria, Oiartzun, Astigarraga y Hernani, para seguir por la carretera de Goizueta hasta Doneztebe y de allí a Bera e Irun.

La travesía discurrió por tráfico abierto, por lo que los participantes hubieron de respetar en todo momento los límites de velocidad y las señales, si bien se incluyó un tramo de regularidad con controles secretos de paso, que sirvió para premiar la destreza de los conductores.

Una vez terminada la ruta, los participantes hicieron una parada para comer en el restaurante de Iñigo Lavado en Ficoba, que tuvo que colgar el cartel de lleno para dar cabida a los 350 comensales de la Travesía. En la comida también se respiró un buen ambiente, ya que los participantes tuvieron la oportunidad de comentar cómo les había ido el recorrido y de hablar sobre sus vehículos y sobre otras anécdotas e historias relacionadas con el motor.

Después de comer, los participantes volvieron a Don Bosco, donde los vehículos permanecieron nuevamente expuestos y donde se llevó a cabo una jornada sobre el proyecto solidario Panda Raid. En el aula magna, se expuso un video sobre la experiencia de los alumnos y profesores del Instituto en el Panda Raid 2016, que les llevó a Marruecos a bordo de un Seat Panda para repartir material escolar de forma solidaria, y a continuación se abrió una charla coloquio en la que intervinieron los alumnos y profesores que participaron en la edición del pasado año y también quienes les han cogido el testigo en este año 2017 (el Panda Raid 2017 comenzará el próximo 4 de marzo).

La jornada finalizó con la entrega de premios y las palabras de agradecimiento de los organizadores tanto a asistentes como a participantes y patrocinadores, que han convertido a la Travesía «en un evento consolidado, en un buen exponente del Instituto Don Bosco, del RACVN y del automovilismo guipuzcoano y vasco».