KOLDO LANDALUZE
CINE

Lynch, el autor encerrado en su laberinto

Al igual que Federico Fellini, David Lynch figura en ese listado de autores muy personales que, por su voluntad y siendo coherentes con su discurso, han sido engullidos por su propio imaginario. Si en el caso de Fellini, el autor de “Amarcord” pasó a formar parte de la fisonomía fantasmal de Cinecitta, en el caso de Lynch su pesadillas se han concretado en un universo muy personal que en los últimos tiempos ha derivado en una serie de documentales y pinceladas sobre lienzos. Tanto Fellini como Lynch comparten su apego por lo onírico, pero en el caso del segundo todo ello se concreta en un encadenado de pesadillas recreadas mediante una estructura criptográfica.

El autor de obras tan referenciales como “Terciopelo azul” ha vuelto a acaparar titulares debido al inminente estreno de dos proyectos. Por un lado, se asomará a la gran pantalla ejerciendo labores de guía pictórico en el documental “David Lynch: The Art Life” y, por otro, retornará junto a su cómplice Mark Frost a la pequeña localidad de Twin Peaks en un reencuentro que ha sido descrito como uno de los grandes eventos seriéfilos del año.

En el caso de “David Lynch: The Art Life”, se trata de un documental filmado por Rick Barnes, Jon Nguyen y Olivia Neergaard-Holm que apuesta por adentrar al espectador en el microcosmo pictórico de un cineasta que ha encontrado en la fotografía y la pintura las herramientas oportunas que requiere para prolongar su bestiario de formas y penumbras. A través de secuencias que captan al artista ante el lienzo, el documental aborda el enigma constante que rodea a Lynch por medio de confesiones en torno a la mecánica que mueve a sus pesadillas y la constante necesidad de crear y buscar nuevas fronteras en las que nunca hay respuestas, tan solo pistas. Las pistas son un recurso muy habitual en la obra de Lynch, su concepto del juego le ha llevado a disfrazarlo de muy diversas formas y por ello el thriller figura como la excusa perfecta para plasmar esta vertiente que quedó de manifiesto en largometrajes como “Terciopelo azul”, “Corazón salvaje”, “Carretera perdida” o “Mulholland Drive”, pero que alcanzó su quinta esencia en una producción que cambió por completo los arquetipos del medio televisivo de los noventa: “Twin Peaks”.

El anuncio de la cadena Showtime de apostar por una nueva entrega de esta serie que volvería a contar con Lynch y Frost corrió como un auténtico reguero de pólvora y, lo que fue señalado por muchos como una simple conjetura, hoy ya se ha convertido en toda una certeza que verá la luz el próximo mes de abril. Rodeada de un total hermetismo, la nueva temporada de esta ficción volverá a contar con el protagonismo de Kyle MacLachlan, que encarna al agente del FBI Dale Cooper, David Duchovny, Alicia Witt, David Patrick Kelly y Harry Dean Stanton. Además de estos intérpretes que aparecieron en las dos primeras temporadas, el reparto incluye un impresionante elenco con Monica Bellucci, Jim Belushi, Jeremy Davies, Laura Dern, Balthazar Getty, Ashley Judd, Tim Roth, Tom Sizemore y Naomi Watts, además de los reconocidos músicos Trent Reznor, de Nine Inch Nails y Eddie Vedder, de Pearl Jam.

En total son más de 270 intérpretes los que aparecerán a lo largo de una nueva tanda de episodios que seguirán explorando la cara oculta de esta pequeña y en apariencia apacible localidad estadounidense, que fue sacudida por el asesinato de una joven llamada Laura Palmer. Tal y como recordó el guionista Robert Engels «’Twin Peaks’ era una serie sobre la culpa sin causa. Captaba algo a lo que la gente respondía emocionalmente. Además, los personajes eran muy reales. Algo que les falta a otros programas de la época. Nunca tuvimos fans en plan trekkies; la gente que veía ‘Twin Peaks’ eran más bien altos ejecutivos de General Motors».