El arte contemporáneo es fruto de la evolución de su propio tiempo. Las nuevas e instantáneas maneras de producción y difusión de imagen son la última etapa de un desarrollo social del que la práctica actual se ha hecho eco. La pureza de las disciplinas hace tiempo que dejó de tener un papel protagonista y es la multidisciplinariedad uno de los elementos básicos de la producción de hoy. Por eso, las dos exposiciones que reseñamos a continuación se caracterizan por un uso de diferentes elementos que se conjugan para dotar de sustento material a los planteamientos conceptuales que de ellas subyacen.

Los ganadores del certamen de fotografía y vídeo para jóvenes Gazte Klik Klak, organizado por el Servicio de Juventud del Ayuntamiento de Gasteiz, materializan el desarrollo de su trabajo en la exposición “Tetrapack 2017”. En esta segunda parte los cuatro ganadores trabajan durante varias semanas para crear un proyecto personal que en esta ocasión se articula bajo el título “Turista en mi ciudad”. Como novedad y como coherencia con la noción de recorrido que el propio título deja entrever, la muestra final ha descentralizado su sede para extenderse en cuatro espacios diferentes. El elenco formado por Andoni Elizondo Donado, Elisa Pérez Velasco, Idoia Ruiz Moraza y Amaia Ugarte Álvarez utiliza los espacios de Zas Kultur, Palacio de Villasuso, Centro Cultural Montehermoso y la librería Zuloa Irudia para la exhibición de sus propuestas.

El montaje fotográfico, el vídeo, la fotografía en blanco y negro, son solo algunos de los elementos con los que el cuarteto seleccionado se ha acercado a la propuesta de la edición de 2017. Hasta el 1 de mayo se mantiene la posibilidad de realizar este paseo, que une cuatro sedes y cuatro propuestas y, sin duda, representa el futuro próximo de la creación audiovisual en nuestro territorio.

Por su parte, la galería bilbaina Aldama Fabre acoge hasta el próximo 20 de mayo el proyecto “Tekné” de Julio Sarramián (Logroño, 1981). Iniciado en el año 2015, el trabajo incide en la relación entre lo natural y lo artificial a través de un acercamiento al estudio del paisaje y su representación. Con una mirada marcada por la tecnología y la medición científica nos enfrentamos al entorno natural desde una posición eminentemente cultural, capaz de catalogar, interpretar y definir el territorio para convertirlo en campo de observación y análisis. Las imágenes creadas se disponen en la galería como un trabajo de campo de gran magnitud, que casi por acumulación se acerca radicalmente a la poética de lo contemplativo. El paisaje como construcción cultural nos permite acercarnos a otra manera de entender el concepto de naturaleza, anhelando una mirada ingenua que quizás nunca llegamos a experimentar.