TERESA MOLERES
SORBURUA

Trepadoras luminosas

Para cubrir muros, fachadas y pérgolas, por no hablar de ocultar casetas, cañerías y otros elementos poco estéticos, nada como las trepadoras. Olvidaremos las trepadoras floridas clásicas de temporada como rosas, glicinias y clematies y evitaremos así los trabajos estacionales; en su lugar escogeremos las de hojas verdes luminosas de acuerdo al estilo del jardín. Primero hay que fijar al muro un enrejado de alambre galvanizado, separado de la pared entre 35 y 45 cms, para que la lluvia llegue a las raíces. Hay que cavar el agujero de plantación a 50 cms del muro y colocar la planta inclinada hacia la pared. Las trepadoras crecerán por sus propios medios con zarcillos o raíces aéreas. Atención a los colores, en una pared rosada desentona una trepadora amarillenta; en una pared blanca destacan las hojas rosas, nunca blanquecinas. Los colores otoñales de las viñas son los más apropiados en muros de piedra gris.

Las clásicas hiedras de color verde oscuro tipo sombrío castillo inglés, mejor sustituirlas por la Buttercup, de follaje siempre dorado. Le gusta la sombra porque el sol quema su color brillante. La tierra debe ser rica y fresca. Otra hiedra bicolor es Goldchild, algo más rústica, aunque en una situación protegida forma dibujos sobre una pared a semi sombra. Crecen hasta 2,50 metros. Dos viñas a tener en cuenta son: Pharthenocissus henryyana y Pharthenocissus quinquefolia. La primera es una trepadora vigorosa con hojas caducas de tono verde bronce y nervios transparentes, que en otoño se vuelven rojas. En esa estación, la quinquefolia pasa del amarillo crema al rosa. Les va bien tanto la sombra como una posición soleada y alcanzan hasta 10 m.

Otra viña menos conocida, la Vitis davidii, se caracteriza por sus tallos y peciolos espinosos y por sus hojas grandes acorazonadas verdes. En otoño proporciona frutos azulados que son comestibles. Su pariente V. coignetae es muy fuerte y en otoño luce espectaculares hojas de color rojo. Alcanza 12 metros. Para el final dejamos el lúpulo dorado, Humulus lupulus, que proporciona pantallas de crecimiento rápido de un amarillo vivo en primavera y verdoso en verano. Sus preciosos conos salen raramente. Alcanza 5 metros. La distancia entre las trepadoras debe de ser proporcional a su vigor, guardando 1 metro de distancia entre el alto de la planta y el borde del tejado.