BERTA GARCIA
CONSUMO

Miscelánea navideña

Tilín talán, llega la Navidad. Nada nuevo bajo el sol, pues, ya se sabe, cada año en diciembre toca el aperitivo con Santo Tomás, después el sorteo de la Lotería y cierra la fiesta la visita de Olentzero. Pero cada fecha tiene su intríngulis, porque si con la feria más apetitosa del calendario abrimos boca, con la Lotería la cerramos. Y es que no cambiaremos nunca, somos unos ingenuos dispuestos a creer hasta en novias galácticas. Así, vuelta a darle un sustancioso aguinaldo al Estado, nada menos que treinta eurazos por cada cien de los jugados, amén del impuesto de los afortunados que ganen por encima de los 2.500 euros. ¡Vaya morro el de papá Estado!

Otro cantar es el del barbudo carbonero y de este hay que fiarse pues, aunque el regalo sea modestito, lo hace de todo corazón y no se cobra el 20% de impuestos, sabiendo como está de cara la vida.

Son fechas para hacer balances, sobre todo cara a la próxima declaración de la Renta, así que apúrense a tramitar ventas, transmisiones patrimoniales o entregas generosas de donaciones. Eso sí, con más cabeza que emociones, y atinen bien al bolsillo al que han de caer, porque los paraísos fiscales no están hechos para la plebe. Ya que, paradojas de la vida, es bien sabido que el impuesto solidario y el resto de la familia tributaria los soportamos los pastorcillos del belén, porque los reyes magos saben que el dinero no tiene patria.

Por otra parte, aunque digan que en la mesa «más vale que sobre, pero que no falte», ese villancico ya está demodé, debido a que, además de acabar mucha comida en la basura, no se nos debe olvidar que hemos pagado el astronómico IVA sobre el consumo. Bueno, aunque siempre se puede remediar con aquello de que donde comen cinco comen siete u ocho, y todos ellos lo agradecen profundamente.

Y si bebes, no conduzcas. ¡Recordad a Steve Wonder y agradeced con vuestra presencia a los trabajadores y trabajadoras del transporte público que van a meter horas muy especiales sin aguinaldos. Ondo pasa!