Pablo CABEZA
BILBO
Entrevista
FERNANDO «APOA»
VOCAL DE ESTRICALLA

«No podemos volver la vista ante la injusticia y la impunidad»

Estricalla es una de las escasas formaciones que se mantiene fiel al jarkore de los setenta desde el presente. Con esa base y su personal intuición y clase para dominar el estilo, el quinteto es novedad con un demoledor single ep titulado «Hutsartea«, con la peculiaridad de que todos sus títulos responden al nombre de un deporte de invierno, aunque en sus textos prima la alerta ante el sistema.

Bati, Pano, Hodei, Erik y Fer son las fuerzas naturales que musculan Estricalla, una de las escasas formaciones peninsulares que afronta la vida del jarkore con la inquietud crítica del movimiento y la dinámica rítmica del género. “Ice speed”, “Skeleton”, “Kirling”, “Bobsleigh” y “Gauerdiko saguzaharren dantza” son los títulos deportivos de invierno, salvo el último, por seguir con el “juego” deportivo que mantiene el grupo.

Salvo el último corte, el resto del vinilo arrecia con canciones aceleradas donde la velocidad se funde con la rabia melódica de Fer, la pegada rítmica las aceleradas guitarras, con fraseos solistas de cortar el pulmón. En invierno canciones de invierno; no obstante, los textos apuntan hacia la vida, sus relaciones, la libertad, el sistema, la lucha, el empeño e incluso la poética de la rabia y el puño en alto. El vinilo ep cuenta con la colaboración del vocalista Mr. Chi Pig, singular miembro de los canadienses SNFU, veteranos y trazadores de un camino inequívoco tras décadas que sigue la senda alternativa.

El resultado global es un trabajo de inspiración, fuerza, descaro y energía. La palabra actitud es posible que sea un término gastado, pero Estricalla lo recauchutan con virtiuosismo emocional y vigor.

“Hutsartea” se edita bajo su propio sello Stop Control y se distribuye por medios alternativos al asequible precio de 8 euros. En todo caso, desde su bandcamp es posible acceder a la discografía de Estricalla y realizar cualquier pedido.

¿Continúan siendo referentes bandas veteranas como Black Flag, Dead Kennedys o SNFU; es decir, el primitivo sonido jarkore norteamericano. En los tres casos, además, los vocalistas han tenido un papel muy destacado.

Sí, gente como Jello Biafra de Dead Kennedys o Mr. Chi Pig de SNFU, Yvonne de Jingo de Lunch [sus primeros conciertos en Euskal Herria dejaron perplejos a los seguidores del jarkore] o HR de Bad Brains, han sido referentes para nosotros. No tenemos ídolos, pero ellos son parte de mucha de la gente a la que admiramos dentro del mundo del rock. Hemos seguido todos estos años lo que han hecho y sus letras y su actitud ha sido una influencia grande que nos ha ayudado a entender la música y la vida de otra manera..

En el disco pasado consiguieron que Jello Biafra colaborase en la canción «The real terrorist and his 1001 weaponts of mass Oppression». Ahora le ha tocado a Mr. Chi Pig, de SNFU, pionera banda canadiense con quienes tocaron el 27 de julio del año pasado en Putzuzulo, ¿partió de ahí el contacto?

Contactamos con Mr. Chi Pig antes de nuestro concierto de Putzuzulo en Zarautz, le lanzamos la propuesta de grabar un tema con nosotros y se animó enseguida, así unos días antes del concierto, nos acercamos hasta Aragón para ver su actuación en Zaragoza, pasarle la canción y dejar todo atado para ese día. El día del concierto de Putzuzulo estaba todo preparado, y cuando SNFU llegó a media tarde a Zarautz y se hubieron entonado un poco, nos llevamos a Mr. Chi hasta Fidelenea Estudios (Zarautz) donde hemos grabado todos nuestros discos , y allí con Mikel Kazalis a los mandos Mr. Chi Pig grabó el tema “Kurling”. Cuando llegamos al Fidelenea Mr. Chi pidió un cigarrillo y una cerveza, se sentó frente al micro, pidió papel y boli, se puso a pensar y a escribir la letra para la canción, nos vaciló unas cuantas veces a toda la numerosa tropa que le acompañamos a grabar , pidió otro cigarrillo y otra cerveza, y cuando acabó de escribir sobre el papel algo para nosotros ilegible, se decidió a grabar la canción. Tras acabar de grabar, en apenas una hora, y tras otro cigarrillo y otra cerveza, salimos corriendo del estudio para llegar justo justo al concierto. Recordamos este momento con mucha emoción y es que fue un día increíble y una noche inolvidable.

En el álbum de 2013 de SNFU «Never truble trouble, until trouble you», tanto la banda como él, bajan un poco la velocidad del jarkore/rock y Chi debe conformarse con cierta linealidad vocal, lo vuestro le debió rejuvenecer.

Ver como Chi Pig entraba en Fidelenea, pedía de beber y fumar, escribía en 10 minutos una letra improvisada, cómo se ponía frente al micro y grababa, sin apenas esfuerzo, y con la sonrisa y el vacile siempre en la boca, en realidad nos rejuveneció a quienes vimos y vivimos ese momento ahí al lado. Todavía nos cuesta grandes esfuerzos entender todo lo que ahí vimos y cómo lo hizo.

La portada vuelve a ser deportiva, no sé si le gusta el deporte o le influyó SNFU con un ep que titularon «Ping pong»

Sí, conocemos ese disco, también nos tocó foguearnos con el ping-pong en nuestro paso insumiso por el talego allá por los 90, aunque la portada de “Hutsartea” es más una portada que habla de cruce de caminos y de reflexión. Tenemos la sensación de estar viviendo en un “tiempo muerto”, pese a que pueda parecer lo contrario, es como si el partido se hubiese detenido por unos momentos. Parece, a pesar del paso del tiempo, como si las cosas no cambiaran, como si solo lo hiciera la forma física de las mismas, y como si todo lo demás siguiera inamovible e intacto. Ese “tiempo muerto” nosotros lo asociamos con el frío, con el hielo y con un periodo glaciar, por eso todo lo que nos hace sentir libres o nos ayuda a liberarnos, a descongelarnos y desprogramarnos, a movernos y movilizarnos tiene un significado importante para nosotros.

«Bobsleigh» es acelerada y doliente, un buen resumen del todo.

Teníamos varios bocetos de canciones antes de empezar a preparar el ep, pero nos decidimos por estas cinco. Eran las que más nos gustaban para este proyecto. La realidad y muchas de las cosas que vemos a nuestro alrededor no nos gustan, siguen sin gustarnos. Nos duele mirar esa realidad, pero debemos abrir los ojos. No podemos volver la vista ante la injusticia y la impunidad, no podemos permanecer ciegos y ciegas, ni mudos ni mudas, debemos abrir los ojos para verlo todo, incluso lo que no nos gusta, y abrir la boca para denunciarlo. La desaparición de 43 normalistas en Ayotzinapa (México) en 2014 y la impunidad con la que la oligarquía, el ejercito y la policía operan en México fue lo que nos hizo escribir esta canción a la que hemos llamado “Bobsleigh”. Reclamamos la memoria frente al olvido y la palabra frente al silencio, la lucha frente a la sumisión.

 

«El momento pasado no vuelve»

«Ice speed» abre single. Es el tema más veloz del disco y logra que esta calva vuelva a contar con un frondoso pelo. ¿Se le dio muchas vueltas?

No, esta canción no tardamos mucho en sacarla es un hardcore clásico rápido y directo. El paso del tiempo nos hace ver, cada vez de una manera más clara, lo fugaz que marcha la vida. Esta canción habla de aprovechar el hoy y vivir el momento. Todo pasa deprisa, y dentro de lo que Bauman ha definido como la ‘sociedad liquida’, la cantidad de noticias y estímulos que recibimos a lo largo del día por parte del consumo está creando una sociedad de personas asediadas y cada vez más individualistas, donde la relaciones, las palabras, los pensamientos y sentimientos parecen ser cada vez más frágiles. No hay mucho tiempo para vivir y ser, sino nada más que para sobrevivir y parecer. Normalmente asociamos libertad a consumo y sociedad libre a sociedad de consumo, y eso es una gran mentira.

La letra parece una prolongación del «No future«, pero aquí con la diferencia de que se invita a pensar que el futuro es cada día y no el mañana y que hay que vivirlo hasta morir. Vamos, no sé si algo así como no perder el tiempo, que es valioso y que otros se aprovechan de la inacción.

No hay que esperar a mañana, ni dejar espacio a la nostalgia, el momento pasado no vuelve. Tenemos que vivir el momento, pero sobre todo y eso es lo más importante, queremos vivir el momento. Pero esto es cada vez más difícil en un mundo donde el consumo lo invade todo y sitúa a las personas o en la marginación más absoluta, como si fueran auténticos residuos humanos, o en lo alto más de la escalera, donde chapotean viejos y nuevos ricos nacidos con la crisis. P.C.