>Aritz INTXUSTA
IRUÑEA
PRIMER DEBATE PREELECTORAL EN NAFARROA

Las alianzas en Nafarroa, a debate

El primer debate con la mayoría de los candidatos dibujó un complejo mapa de alianzas en Nafarroa. Pese a que todavía todo son cábalas, UPN, EH Bildu y PP tienen ya muy claro con quién quieren el cambio. Mientras, Geroa Bai e I-E siguen abiertos a acuerdos con el PSN.

Los candidatos de las fuerzas con representación en el Parlamento explicaron ayer con quién estarían dispuestos a pactar tras las elecciones y con quién no. El escenario fue un foro organizado por la Asociación Navarra de Debate con un formato frenético, un minuto para cada respuesta. Al final, todos tuvieron que ser bastante concisos. Lamentablemente, no participaron en el encuentro dos formaciones que podrían resultar claves en la conformación de gobierno: Podemos y Ciudadanos. Con todo, atendiendo a las distintas encuestas, ninguna de las opciones de acuerdo tiene a día de hoy más visos de viabilidad que el resto.

Javier Esparza, candidato de UPN, apostó por un pacto «con todos los que respeten la Constitución española y el Amejoramiento y eso lo reduce todo a un arco parlamentario muy pequeño», lo que viene a traducirse en su lenguaje en PP y PSN. Queda en duda cuál sería su postura hacia Ciudadanos, que es contrario a la fórmula de autogobierno que tiene Nafarroa.

Ana Beltrán, del PP, utilizó una fórmula similar. Su «línea roja y fundamental» es que se apoye el estatus político actual de Nafarroa. Beltrán fue sincera al reconocer que les gustaría gobernar, pero que ya asumen que los números no les van a dar y que a lo que aspiran es a que gobierne UPN a través de un pacto que incluya también a PSN.

Adolfo Araiz, aspirante de EH Bildu, escogió como sus aliados preferentes para «el cambio real» a aquellas fuerzas «que no han participado en el régimen de estos 40 años en Nafarroa». Es decir, que no contempla pactos con UPN, PSN y PP. El discurso contrario al régimen fue uno de los pilares de las intervenciones de Araiz, que sostuvo que, a su entender, ninguna de estas fuerzas debiera de acceder al gobierno si se pretende que el cambio sea «profundo y también duradero».

La candidata del PSN, María Chivite, descartó pactos «con UPN o con el independentismo radical». Tampoco con el PP. Es decir, que aspiraría a formar gobierno con Geroa Bai e Izquierda Ezkerra y, quizá, con Podemos. En todo caso, dijo que lo consultará con su militancia. Esa promesa electoral se ha venido repitiendo y parece clave para la cohesión interna del partido. En especial, después de que – en primavera– su predecesor hubiera ganado en referéndum llevar adelante la moción de censura contra Barcina y, al final, Ferraz impusiera la postura contraria.

Por su parte, Geroa Bai dice que hay «una oportunidad para el cambio». La frase textual de Uxue Barkos es que quiere sacar adelante ese cambio «con todos aquellos que habiendo sido elegidos por la ciudadanía estén dispuestos a un cambio integrador con vocación de permanencia en el tiempo y, por supuesto, eficaz, capaz y rotundo». La diputada fue la más ambigua de todos, aunque en principio no cierra la puerta a EH Bildu y pero tampoco al PSN.

El candidato de Izquierda-Ezkerra, José Miguel Nuin, afirmó: «No pactaremos con UPN, no pactaremos con el PP y tampoco con Ciudadanos, porque en política social y económica es la derecha neoliberal. Sí con el resto, pero siempre sobre el programa electoral». Nuin avanzó que será el programa en lo que se basarán, pero avanzó que entiende que el tiempo de los pactos UPN-PSN «se ha terminado, porque no responden a lo que hoy demanda la mayoría social». El candidato de I-E dice que quiere un cambio «plural e interidentitario».

Por terminar el puzzle, aunque ayer no estuvieron presentes en el debate, la líder de Podemos avanzó ya que su apuesta también va en la línea de un cambio radical y profundo, por lo que descarta los pactos con UPN, PP y PSN. Al igual que EH Bildu. Así, por intentar agrupar las posturas, habría un primer grupo (UPN-PP) que apuesta por el continuismo y que necesitaría la complicidad del PSN. Un segundo grupo (Bildu-Podemos) que estaría en la postura contraria y que descarta pactos con cualquier miembro del primer grupo. El tercer conjunto –el de I-E y Geroa Bai– podría pactar con el segundo grupo, pero también con el PSN. Por último, el PSN prefiere pactos con I-E y Geroa Bai, pero que podría pactar con UPN-PP si entendiera que corre riesgo la «Navarra foral, dentro de España y mirando a Europa». Finalmente, se llegaría a Ciudadanos que, en principio, tiene un discurso incompatible con ningún otro partido.

Ideas fuertes de la campaña

El formato de un minuto para cada intervención convirtió el debate de ayer en una sucesión de pequeños mítines, dando poco juego a los intercambios directos entre candidatos. Esto sirvió para que cada partido esbozara cuáles son las ideas en las que confía para obtener el mejor resultado electoral. Así, UPN apuesta por la idea de «estabilidad», mientras que EH Bildu se inclina por «sacudir las alfombras y acabar con el régimen» para lo que será necesario «romper con el miedo». Frente a ello, Barkos esbozó su idea de acabar «con esa Navarra fracturada en dos» y aseguró que el cambio debe de provenir de la «centralidad». Por su parte, la candidata del PSN también se apuntó a la idea del «gobierno de progreso» y la «regeneración de la política navarra». Asimismo, el PP muestra una línea cada vez más dura en su afán por diferenciarse de UPN, solicitando que deje de puntuar el euskara en las ofertas de empleo público o exigiendo mayor control de los libros de texto que se estudian en las ikastolas «para que no se estudie que Navarra está anexionada al País Vasco».

Otro de los detalles destacados del debate fue una salida de tono de Esparza sobre el euskara, que aseguró que lo que se pretende es «a través del euskara, Navarra deje de ser Navarra». O también, el guante que lanzó EH Bildu de auditar la deuda pública, que fue recogido con gusto por Izquierda-Ezkerra.

 

La derogación o no de la Transitoria Cuarta y el aborto

Las preguntas del debate fueron bastante amplias, por lo que hubo mucho de retórica preelectoral. Sí que se generó algo de polémica cuando se trató el asunto de la Transitoria Cuarta. El candidato de UPN recordó que su formación nació para eliminar esa disposición de la Constitución española que da pie a la celebración de un referéndum en Nafarroa para formar una comunidad junto con el resto de Hegoalde.

«El 75% de los navarros queremos que Navarra siga siendo Navarra y la Transitoria supone un peligro», afirmó Esparza. Barkos recordó entonces una frase de Sanz, según la cual había que derogar la disposición «por si un día los navarros se vuelven locos». Araiz, por su parte, insistió en que «Nafarroa necesita abrir un debate profundo y también un derecho a decidir sin límites». En el polo opuesto se colocó Beltrán, que también quiere derogarla y aseguró que su partido lo hará cuando se entre a reformar en profundidad la Constiución del 78. No obstante, las declaraciones más llamativas en cuanto a autogobierno las hizo Beltrán en su alegato final: «Navarra no es una isla. Ya no se decide aquí, sino que dependemos del Congreso de los Diputados y de la UE. Por eso es tan importante que se vote al PP, porque es el partido que también está presente en esas instituciones». En último término, I-E no teme la Transitoria, ya que que «serán los navarros los que elijan».

Otro de los puntos clave fue el del aborto, aunque no hubo demasiada sorpresa. UPN y PP se declararon «en favor de la vida», mientras que todos los demás coinciden en que es un derecho de la mujer. Eso sí, a Esparza le sentó mal que se insinuara que en Nafarroa no se permite abortar en lo público. «UPN siempre cumple la ley», dijo.

 

Las frases

«Nafarroa necesita un derecho a decidir sin límites»

Adolfo ARAIZ

EH Bildu

«Se pretende que, a través del euskara, Navarra deje de ser Navarra»

Javier ESPARZA

UPN

«Hemos de buscar la centralidad del cambio y superar esa fractura en Navarra»

Uxue BARKOS

Geroa Bai

«Serán los compañeros los que elijan los pactos»

María CHIVITE

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