Creérselo es la clave para el técnico argentino. Si el Athletic salta al césped del Camp Nou convencido de sus posibilidades, podría ver al «poderoso», como considera el de Bahía Blanca al Barcelona, de quien ensalza su estilo de juego, acorde a la concepción futbolística que él siempre quiso inculcar a los equipos que dirigió. Advierte, en todo caso, que no existe una clave para derrotar a los de Luis Enrique. «El amor propio puede ser una parte importante» de las opciones que tiene el Athletic para levantar la ansiada Copa.

Todo un clásico Athletic-Barcelona, ¿qué le evoca más allá de un partido de fútbol?

Pues que se trata de una final con mucha tradición a sus espaldas. No en vano, ya son un buen número las veces en las que han jugado ambos conjuntos –por cierto, los que más veces han ganado el trofeo– este tipo de encuentros. Y, como suele ocurrir en estos enfrentamientos en los que se da una gran tradición, es muy especial para las aficiones, para los futbolistas y para los clubes.

Para el Athletic es toda una oportunidad, no solo de un título, sino de un aldabonazo mediático, ganar al mejor equipo del momento a nivel seguramente mundial y en su estadio… Dar a conocer su filosofía a nivel mundial…

Que yo conozca a este nivel futbolístico, solo hay dos ejemplos muy similares al del Athletic: el Chivas de Guadalajara, que solo juega con mexicanos, y el Nacional de Medellín, que lo hace con colombianos. Lógicamente, mexicanos y colombianos son colectivos más amplios, por lo que el mérito del Athletic es mayor. Por tanto, vencer en esta final sí que serviría como escaparate para que llegasen más lejos sus particularidades porque siempre se sigue al que gana. En todo caso, más que proyectar su filosofía, creo que conseguir el título sería para el Athletic una gran satisfacción por ganarle al más poderoso.

¿Tiene alguna posibilidad el Athletic frente a este actual Barcelona de Messi-Neymar-Luis Suárez?

Aparentemente, la ventaja está del lado del Barcelona por la cantidad de grandes jugadores que tiene, pero el fútbol es lógico a largo plazo, en un partido puede pasar cualquier cosa, de modo que ahí está el atractivo de esta final. Además, aunque uno la pierda, la experiencia de una final es muy importante y el Athletic ya pasó por ella. De todos modos, el Barcelona, más allá de ser el poderoso económicamente, es también un ejemplo del buen juego y es un placer verlo, eso también hay que reconocerlo.

¿Messi ha recuperado la pasión que perdió hace un año?

Sí, él mismo lo ha dicho. Recuerdo que en aquel momento lo reconoció con una serie de salvedades en este caso, que el periodismo las obvió con el objetivo de generar el mayor escándalo posible. Admitió que no estaba en su mejor momento y que ahora lo recuperó. Messi ha crecido mucho como jugador, no solamente es un futbolista hábil, sino que es una pieza que se maneja por toda la cancha, da pases de gol, participa en la construcción y también tiene eficacia cuando se mide al portero rival. Es un jugador inmenso en este momento.

¿Dónde se le puede hacer daño a este Barça, que algún punto débil tendrá?

Considero que no hay una clave, no existe una pócima mágica para superarle. Podríamos hablar del esfuerzo colectivo o de olvidarse de quién se trata, de tomárselo como una fiesta y un derecho a levantar la Copa. Sería cuestión de decirse a sí mismo: yo también tengo derecho a ganar y, aunque no sea tan bueno, lo puedo hacer a un partido. Ese amor propio del Athletic puede y debe ser una parte importante en sus opciones por hacerse con el título.

El Athletic de Marcelo Bielsa perdió ya una final contra el Barça, ¿ve que el legado del «Loco» haya quedado presente en el club bilbaíno?

En parte sí, pero Valverde también le ha dado un estilo propio, más acorde a lo que es el Athletic con respecto al que le imprimía Marcelo Bielsa. Valverde está haciendo una labor muy importante, para nada hay que despreciarla, todo lo contrario, es obligado valorarla.

Decía el periodista Patxo Unzueta que el Athletic tiene los siglos contados… ¿está de acuerdo con él?

(Risas). Es muy ocurrente y muy cierto, es verdad.