Joseba SALBADOR
DONOSTIA
BAJA EL PRECIO DEL PETRÓLEO

La operación retorno finaliza con nuevas bajadas en los precios de los carburantes

Si en años anteriores los desplazamientos masivos en vacaciones coincidían con subidas en los precios de los carburantes, esta vez no ha sido así y el desplome registrado por el petróleo ha tenido su repercusión en el abaratamiento de las gasolinas aunque, como viene siendo habitual, no con la celeridad que sería deseable ni en la misma proporción.

Desde que hace poco más de un año tocara su techo histórico, con 115,5 dólares por barril, el precio del petróleo ha venido registrando continuas caídas, aunque las más fuertes han sido dos, la primera coincidiendo con el inicio del año y la segunda ahora, justo al concluir el mes de agosto, cuando hemos llegado a ver el barril de crudo Brent a solo 42,48 dólares, lo que supone un abaratamiento de nada menos que el 63,2%.

Las razones que se apuntaron en su día para explicar el inicio de esta senda descendente fueron el exceso de oferta provocado por la caída del consumo mundial y la falta de acuerdo entre los países productores para limitar la producción.

Y en el caso de la nueva caída de agosto, los motivos que lo justifican hay que buscarlos en la desaceleración de la economía china, la segunda mayor del mundo después de EEUU, y la consiguiente bajada en las previsiones de demanda energética, lo que provocó el pasado lunes fuertes desplomes en las bolsas de todo el mundo. En cualquier caso, superado el susto inicial, el precio del barril ha vuelto a recuperarse y el jueves cerraba en 47,56 dólares, un 9,43% más que al término de la jornada anterior, lo que supone el mayor repunte en seis años.

Los bajos precios que ha marcado el crudo Brent esta pasada semana se han acercado mucho a los 39 dólares por barril registrados en enero de 2009, fecha en la que esta materia prima tocaba suelo tras el fuerte desplome iniciado en setiembre de 2008 con la quiebra de Lehman Brothers. En lo que respecta al barril de Texas, esta semana ha llegado incluso a los 38 dólares, quedándose por primera vez en seis años por debajo de la barrera de los 40 dólares.

Los analistas ya pronosticaron a comienzos de año que la tendencia bajista se podría prolongar a lo largo de 2015, ya que la producción, al menos a corto plazo, no se va a reducir, y el consumo seguirá contrayéndose, con lo que el desfase entre oferta y demanda seguirá sin corregirse.

En su última reunión del pasado mes de junio, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) mantuvo la cuota de producción estable en 30 millones de barriles al día. Aunque las cuentas públicas de muchos de los miembros de la OPEP están sufriendo mucho por el desplome del precio del Brent, el cártel ha decidido mantener esa posición para presionar la cotización a la baja y dificultar la expansión de técnicas no convencionales como el fracking.

Tras el susto del pasado lunes, algunos países productores como Venezuela, Irán y Argelia están llevando a cabo gestiones para convocar una reunión especial de la OPEP con el fin de abordar sus objetivos de producción y tratar de detener el desplome de los precios, si bien por el momento no se ha producido una confirmación oficial.

Margen para la bajada

Mientras la tendencia a la baja de los precios del petróleo es clara, los carburantes se resisten nuevamente a entrar en esa senda. Si bien es cierto que en las últimas semanas han registrado descensos, hasta los 1,18 euros del litro de gasolina y los 1,05 del litro del gasóleo, también hay que decir que se trata de los mismos precios que pudimos ver en el mes de enero, cuando el barril de petróleo rondaba los 50 euros, mientras ahora ha llegado a bajar hasta los 42 euros.

Si tomamos como referencia el pico alcanzado por el crudo el pasado mes de mayo, con el barril a 67,25 euros, el precio mínimo registrado esta última semana supone un descenso del 36,8%. Por el contrario, si se toman como referencia los precios de los carburantes del máximo alcanzado en mayo, con la gasolina a 1,36 euros y el gasóleo a 1,23, se puede observar que el descenso se ha quedado en el 13,2% y el 14,6%.

Así pues, todavía existe margen para que las gasolinas marquen precios más bajos, incluso por debajo de la barrera sicológica del euro en el caso del gasóleo, un precio que ya ofrecen algunas estaciones de servicio, principalmente las independientes o las vinculadas a los centros comerciales.

Como viene siendo habitual en estos casos –cuando caen los precios del petróleo, no cuando suben–, las compañías petroleras se apresuran a recordar que los precios de los carburantes «no tienen una relación directa con la cotización del Brent, sino que dependen de las cotizaciones de la gasolina y del gasóleo en los mercados al por mayor».

Así, la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP) emitía la pasada semana un comunicado en el que reiteraba que la comparación porcentual entre la cotización del crudo y el precio de los carburantes en el surtidor es «errónea», ya que no tiene en cuenta el peso de los impuestos y costes de distribución en el precio, que representan aproximadamente el 68% del mismo «y no están afectados por el precio del Brent».

En cualquier caso, aseguraban que los precios de los carburantes «están recogiendo los descensos de las cotizaciones internacionales».

Consumidores y transportistas

No opinan de la misma forma las asociaciones de consumidores como Facua, que considera que la competencia «es casi nula» y se muestra partidaria de «introducir elementos para volver a un sistema de fijación de precios máximos desde el Gobierno».

«La raíz del problema está en que se decidió liberalizar el sector con la mentira habitual de que provocaría más competencia y bajadas de precios. En cambio –añade–, los consumidores han visto desde los años noventa que la competencia es casi nula y que los precios han subido de forma desorbitada».

Esta asociación recuerda que la Comisión Europea ya ha adoptado medidas relacionadas con la fijación de precios máximos en el ámbito de las telecomunicaciones y, en concreto, en la regulación sobre el «roaming». Si bien la regulación de precios máximos de carburantes no es una práctica habitual en la Unión Europea, sí considera que existe base normativa para adoptarla y reclama un compromiso político para avanzar en este sentido.

Los transportistas también coinciden con los consumidores al señalar que los carburantes de automoción adolecen de un sobreprecio provocado por la falta de competencia real en el sector y pedirán a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) que actúe para atajar esta situación. En concreto, organismos como Fenadismer solicitarán que se abra un nuevo expediente de investigación a los principales operadores sobre posibles prácticas de restricción de la competencia y de fijación de precios.

La iniciativa, señala, debe adoptarse «como consecuencia de la falta de repercusión real de la bajada histórica del precio del crudo internacional en los precios de los carburantes que se suministran en las gasolineras». Esta circunstancia provoca un «gravísimo perjuicio para el sector del transporte de mercancías por carretera», que consume el 51% del gasóleo de automoción en el Estado.

Fenadismer denuncia que este perjuicio «contrasta con los impresionantes beneficios obtenidos por las petroleras, que vienen siendo sancionadas por la CNMC por prácticas restrictivas de la competencia».

 

Gobierno español y CNMC «se pasan la pelota»

Las últimas declaraciones cruzadas entre miembros del Gobierno español y de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) en relación al traslado de la bajada del petróleo a los precios de las gasolinas han llevado a las asociaciones de consumidores a denunciar que ambas instituciones «se pasan la pelota» y no afrontan el problema.

Hace unos días, el ministro español de Economía, Luis de Guindos, señalaba que pedirá a la CNMC que actúe si las compañías no trasladan íntegramente al precio de los carburantes la fuerte caída del precio del petróleo.

El titular de Economía reconoció que en ocasiones se ve que «a veces» la traslación «no es lo rápido e intenso» que debería. Por eso, dijo que va a pedir a la CNMC, «aunque es un organismo independiente y lo vigila de cerca» que actúe si esta caída del precio del petróleo no se traslada de forma íntegra a los carburantes.

Veinticuatro horas después de producirse estas declaraciones, la CNMC reconocía que la competencia en el sector mayorista «no es satisfactoria» y que todavía persisten «numerosas barreras a la entrada y expansión de nuevos operadores». Pese a ello, su única decisión ha sido «lanzar» 30 recomendaciones en Twitter para mejorar la competencia.

A juicio de Facua-Consumidores en Acción, estas recomendaciones solo forman parte del «espectáculo habitual» entre CNMC y Gobierno y no darán «los resultados que necesitan los consumidores, teniendo en cuenta el enorme poder de los grandes operadores». Por ello, exige adoptar «medidas contundentes».J.S.