Fede de los Ríos
JO PUNTUA

«La gent a Catalunya fins als pebrots»

Mi amigo Jordi, en lo tocante a la política, era un hombre sosegado, nada pasional, y cualesquiera que fueran sus análisis acerca de la cosa pública no dejaba lugar a la improvisación. Cada afirmación había sido no ya meditada, sino sometida al juicio crítico de los posibles contraargumentos. Un marxista heterodoxo y catalán estudio de su historia que no hacía ascos a una república federal o confederada como solución a la articulación del Estado.

De un tiempo a esta parte su habitual sosiego ha dado paso a una mala hostia que no se la salta un gitano:

Escolta, tu, a mí me han hecho independentista, a la fuerza, los diferentes gobiernos de Madrid. Cada vez que hemos tendido la mano para resolver de manera negociada el encaje de Catalunya en España, nos han devuelto una coz los de la España imperial. Si ya lo descubrió Pi i Margall hace más de un siglo «la federación exige un pacto entre iguales y estos quieren súbditos».

Rajoy fabricando nuevas leyes que llevan más de nueve apellidos catalanes y en cada visita al exterior rogando, en cada país visitado, que sus gobernantes se manifiesten contrarios al proceso soberanista.

Y ahora es Felipe González, en plan “Carta de San Pablo a los Corintios”, dirigiendo una epístola a los catalanes sobre las plagas que asolaran una Catalunya independiente. Acusa el señor X a la Generalitat de romper la legalidad y compara el movimiento independentista con el nazismo. El colega de Mohamed VI y de Carlos Andrés Pérez define la Catalunya independiente como una Albania del siglo XXI. El amigo de las eléctricas habla de ruptura de la convivencia por la locura de pedir el derecho a decidir.

Por si fuera poco, los hay que, ejerciendo de analistas sociales de izquierdas, a estas alturas del partido siguen contraponiendo la reivindicación de clase a la reivindicación nacional.

Quizás Josep Pla tuviera algo de razón en afirmar que lo más parecido a un español de derechas es un español de izquierdas.