Pablo CABEZA
BILBO
Entrevista
MIKEL URDANGARIN
MÚSICO

«El mayor éxito es tener a gente a la que cantar, gente dispuesta a escucharte»

«MMXV» es el nombre de un camino rústico que le ha llevado a Mikel Urdangarin por toda Euskal Herria con XXXV conciertos y un repertorio del que se han escogido XIII vidas. Agradecidamente acústico-poético y musicado con agilidad desde la guitarra y su templada voz de fuego bajo.

Cerró el libro de los bertsos un día, una tarde o si acaso de noche. Quizá amanecía. Dejó la enseñanza «aunque quién sabe», predice, y entre las dos novias abandonadas se arrodilló para explicar que quería ser cantante, trovador, un poeta entre seis cuerdas y algunos acordes emocionales. El mañana no hablará de error cuando se sigue el destino con la fuerza de este hombre de trémolo vocal singular y envolvente, de palabra ágil y amiga, afable. Aún menos con el legado que va dejando, como este acústico en directo con nombre de empedrada calzada romana, “MMXV”

Se ancló a Gasteiz, dejando atrás Zornotza, y ahí sigue, en lo que él llama su «oasis» por diferentes circunstancias de vida, la que lleva de lado a lado en un ambiente alejados de los timbres, teléfonos y ordenadores. ADSL no son siglas necesarias en su hábitat. Una madre le decía en el autobús al hijo de cuatro años quejoso por sus cosas: «toma el odenador y juega. Y el niño calla y aprieta teclas».

Urdangarin no es ese niño: prefiere grabar sus esbozos, sus amables y generosos momentos de inspiración, con su viejo y achacoso móvil, como siempre. Y por esto existe, no por Apple, no por Pro Tools, “Agian irailean”, la nueva canción que abre “MMXV”, tan íntima y fértil, tan salvajemente doliente y delicada: “(…) Agian irailean, hurrengo irailean, aukera berri bat, enegarrenean, ikasiko dizut zer den maitatzea./ Urrun, banoa urrun, nigandik urrun,/ zugandik gertu,/ lagun eroak ta haizea lagun./ Hegaz,/ hegaz,/ haizea lagun./ Dragoi hegalariz/ lamiez eta aztiz/ zugandik gertu», canta y escribe Urdangarin con un trozo de dolor atravesado en la garganta.

Se dice, no obstante, entre el frío y la lluvia de estos días, que viene móvil de estreno, como nueva es también “Oihal puska bat”, con texto del poeta oñatiarra Gerardo Markuleta. Música y letra entre el pavor, el encogimiento y la belleza de lo amargo contado con letra de canela.

Templado de voz y de estilo único, Urdangarin se muestra en “MMXV” desnudo y fuertemente frágil. Es el nervio de un intérprete singular, magnético. Son las canciones de un coloso que prefiere pasar por este mundo de acordes como un sencillo músico que, sin embargo, no puede evitar crecer como lo hace el talento porque sí. No hay piedad desde la una a la trece. Revienta en “Kideari”, compensa destreza y detalle en “Bazkalosteko kafea”, “Herri zaharra” o “Badira hiru aste”… Terreno en el que muestra su crecimiento como guitarrista, lo de intérprete ya se sabía. En todo caso, da igual dónde se ponga el dedo digital, que allí arderá una canción vital, generosa en expresividad. Sutil y cautivadora.

Se fue solo y regresa acompañado de “MMXV”. Pero aún le resta camino a su agenda, así que hay más luz para estas canciones con la ropa en las perchas. Cabría aprovechar el trecho, la oportunidad de escucharle desplumado, se siente cósmico y parece que es real.

Urdangarin ha ofrecido hasta el momento 35 conciertos, a los cuales habrán asistido cerca de 7.000 oyentes. En total, 26 conciertos grabados y 13 canciones elegidas. Habrá banda, pero también fechas rústicas hasta junio de 2016.

Hace unas décadas se encontraba iniciándose en el mundo de la canción con su voz y su guitarra, quizá en un universo paralelo, aún, a su inquietud por el bertsolarismo. Dos decenios después decide encontrarse con aquel joven y empezar como en aquellos primeros días: voz y guitarra, ¿ha hallado semejanzas o lo aprendido le ha distanciado?

Empecé con la guitarra de una manera tardía, creo que a los 23 años, junto a una profesora de Zornotza. Ese aprendizaje coincidió en el tiempo con mis últimos pasos en el bertsolarismo. Después de vivir ese mundo tan especial y único sentía que era el momento del cambio, que un camino se acababa y empezaba otro. Eran tiempos de gran efervescencia, de espíritu temerario y de grandes certidumbres, cualidades que me ayudaron a adentrarme en lo desconocido, léase: la música. En cuanto a aquel adolescente..., diría que no soy la misma persona del antes, pero quién lo es. He intentado, con aciertos y errores, crecer como persona siendo la música el campamento base de ese crecimiento. Mi voz ha cambiado, al igual que mi cuerpo, y mi manera de sentir y vivir la música. De aquel joven conservo cierto aire temerario, cierta ingenuidad, y muchísima ilusión para componer y cantar; miro hacia atrás y no puedo evitar observarlo con simpatía.

¿Los dieciocho años transcurridos desde su primer disco de qué forma le ha reafirmado?

Dedicarte a la música, a cantar, supone un ejercicio continuo de autoafirmación. Cada año me digo, incluso cada concierto, «Mikel, hoy vuelves a empezar, hoy tienes que volver a demostrar que lo que haces vale la pena». A veces siento que el camino recorrido, aunque haya sido prolífico, no es garantía de nada. Siento, en cada concierto, que el contrato que tengo con el público está a punto de expirar y ha de ser renovado. Han transcurrido 18 años y estos pensamientos se han reforzado. No sé si es bueno o es malo, pero me temo que todo esto forma ya parte de mi ADN.

La primera batalla amiga comienzo el 8 de febrero en la Escuela de Música Andrés Isasi de Getxo. Y por delante una apuesta general y quizá una pregunta íntima: ¿ira gente, querrán verme tal cual?

Fue inolvidable. Era mi primer concierto en solitario. Se agotaron las entradas y había un ambiente propicio para pasar una gran noche. Recuerdo que nada más salir y enchufarme la guitarra me empequeñecí. Por un momento, larguísimo para mí, mengüé ante la audiencia. Y así no hay manera. Pensé, «Mikel, esto no puede ser, estás aquí para disfrutar y que disfruten». Afortunadamente le di la vuelta a ese acojono y pude sacar el concierto adelante. ¡Y menos mal!

¿Interpreta o habla con las canciones? ¿La barba es un escudo una comodidad…? ¿Se ha hecho bohemio? ¿Ya lo era? ¿Pasea, montaña, bici…?ra

Cada vez que interpreto una canción, y espero que no suene pedante, lo hago como si fuera la primera vez. Y, de algún modo, siempre es la primera vez porque siempre es diferente. La barba está ahí, si no a la vista, al acecho... La figura del bohemio me atrae y si todavía no lo soy, espero serlo algún día. En cuanto al deporte, qué te voy a decir, uno rompe a sudar ya desde pequeño y para cuando te das cuenta ¡ya es demasiado tarde!. Fuera broma, pasear y demás es la medicina más barata que hay.

¿Según circunstancias, varía el repertorio?

He mantenido un repertorio fijo con poquitas variaciones. El orden gustaba y eso me tranquilizaba y, estando solo, te aferras a todo lo que te dé seguridad. Ahora que termina el año, y de cara al que viene, me apetece darle un vuelco a ese orden, y en esas ando.

¿Si parte de los conciertos se graban quiere decir que había un deseo previo de reflejar esta gira en un disco?

No estaba claro. Decidimos grabarlo para que quedara constancia de la gira sin saber exactamente qué haríamos con ese material. Es una vez metidos en faena cuando observamos que la gente acude y responde de una manera que no esperábamos. Las salas se llenan y los conciertos resultan cálidos y cercanos a la vez. Si bien estábamos ilusionados con la gira, la respuesta obtenida no entraba en nuestros planes, la verdad. Es en mayo cuando comento a compañeros de oficina, técnico de sonido y demás que el próximo disco tiene que ser reflejo de  esta gira.

No todos los conciertos y contextos son iguales, al final qué ha primado para incluir un tema de un sitio o de otro.

A la hora de seleccionar nos hemos llevado sorpresas. Por ejemplo, conciertos que fueron una auténtica fiesta resulta que luego no fueron las mejores versiones y, por el contrario, citas que fueron más correctas, menos efusivas, constan de versiones que finalmente han entrando en el disco. Principalmente nos hemos fijado en la fuerza y expresividad de la voz, y en que las guitarras acompañaran lo mejor posible. Y que una y otra no estuvieran desafinadas.

Cabe imaginar que el trabajo de elección-síntesis ha tenido que ser laborioso.

Lo he hecho en compañía del técnico J.M. Sanpedro "Xanpe". Y menos mal. Imagínate escuchar tú solo 26 conciertos en directo de los cuales había que elegir una docena de temas, ¡una locura! Tardamos casi un mes en hacer la selección, labor bastante ingrata. Pero he estado muy bien acompañado en esa tarea.

Incluye dos temas nuevos, ¿ha sido un tiempo prolífico en composición o entre la vida y el repertorio no han surgido muchas posibilidades de hallazgo? ¿Sigue grabándose los momentos de inspiración en el móvil o ya le ha dado más oportunidades al ordenador?

Sí, hay dos temas nuevos, uno de ellos con letra de Gerardo Markuleta. Mi primera intención era haber compuesto a medida que la gira avanzaba, pero fue imposible. La propia dinámica de conciertos y la exigencia  que conllevaban me dejaron sin fuerzas para nada más. Es en el impasse de verano cuando, en ese descanso largo, soy capaz de escribir sobre algo; sobre algo que merezca  la pena ser cantado. Sigo grabándolos con la ayuda del móvil. Me he acostumbrado y uno es un animal de costumbres. También se me puede considerar un analfabeto digital, si existe el término.

¿Prefiere llevar su propio micrófono? ¿Cuál le gusta?

Hemos usado un Shure 58, micro muy común en los directos  y, en mi opinión, muy amable.

Son muchos los artistas que tienen banda y carrera en solitario, ¿le volveremos a ver acompañado?

Sin duda. Estas mismas navidades tocaré junto a mi grupo en Kafe Antzokia de Bilbo y en la sala Zentral de Iruñea. También vislumbro la posibilidad de un nuevo trabajo con grupo para más adelante.

¿Desea nuevos instrumentos motivado por este viaje iniciático o todo está bien?

Este viaje me ha servido, aunque parezca mentira, para descubrir el sonido de mi guitarra sobre un escenario. Pero te diría que todavía lo sigo descubriendo... Por lo demás, no es descabellado pensar en otras sonoridades de cara al futuro.

¿Escucha música o la dinámica no se lo permite? ¿Le asusta el devenir de la lista de éxitos?, ¿el actual estilo de música bailable por la que se inclinan tantos jóvenes?

Ahora mismo escucho discos viejos y actuales de diversos artistas que aún son referentes en mi vida. En cuanto a los éxitos, el mayor éxito es tener a gente a la que cantar, gente dispuesta a escucharme. Es lo que imprime sentido al hecho de salir a un escenario. Observar que después de un tiempo importante todavía seguimos en esto, haciendo lo que uno más ama, no tiene precio.