GARA
WASHINGTON

El año 2015 fue el más caluroso registrado nunca en el planeta

El planeta continúa calentándose. El año 2015 fue el más caluroso en el planeta desde que en 1880 comenzaran a realizarse registros de temperatura, y rompió el récord que ostentaba 2014, lo que evidencia una aceleración en el calentamiento global, según datos difundidos ayer por el Gobierno de EEUU. Un fenómeno que algunos climatólogos consideran «inevitable», incluso si se limitan las emisiones de gases de efecto invernadero.

La temperatura media del planeta en 2015 fue la más alta desde que comenzaron los registros climáticos hace 136 años, según un informe anual divulgado ayer por la NASA y la Administración de Océanos y Atmósfera de Estados Unidos (NOAA). Desde una perspectiva de política climática, el mes más cálido de 2015 tuvo un significado especial por haberse celebrado en diciembre la cumbre del clima de París (COP21).

Cada año, la NOAA y la NASA divulgan un informe recopilatorio con datos sobre temperatura, precipitaciones, nieve o hielo para medir los cambios del clima en la Tierra, que este año batieron todos los récords de calor.

Según esos estudios, la temperatura de la superficie terrestre y oceánica de la Tierra se situó 0,9 grados centígrados por encima de la media registrada durante el siglo XX, que es de 13,9 grados centígrados. De hecho, 2015 fue 0,13 grados centígrados más caluroso que 2014, el año que marcó el anterior récord de mayores temperaturas.

Diez de los doce meses de 2015 batieron récords individuales de temperatura. Y es la cuarta vez que un récord de temperatura es batido desde principios de este siglo.

Así, la NASA destacó en un comunicado que el estallido de temperaturas registrado en los últimos 35 años ha experimentado un fuerte aumento en el siglo XXI, pues 15 de los 16 años más calientes registrados corresponden a este siglo.

Los nuevos datos son significativos al ser el segundo año consecutivo en el que se baten todos los récords de calor desde 1880, cuando comenzaron los registros, según destacaron los científicos Thomas R. Karl, de la NOAA, y Gavin Schmidt, director del Instituto Goddard de la NASA para estudios espaciales.

«No es algo sin precedentes. Ya se registraron récords consecutivos en diferentes años, como 1940 y 1941, así como 1988 y 1989, entre otros», apuntaron los científicos, quienes alertaron de que «si se alcanza un nuevo récord de temperaturas en 2016, entonces sí se marcaría un importante precedente».

Los informes subrayan que, desde 1880, nunca se habían alcanzado unas temperaturas tan altas tanto en la superficie oceánica como en la terrestre.

En 2015, el océano se calentó como nunca antes, al aumentar su temperatura en 0,74 grados por encima del promedio del siglo XX, superando las anteriores temperaturas récord registradas en 2014, 1988 y 2003.

Durante 2015, la temperatura media de la superficie terrestre también se incrementó y se situó en 1,33 grados centígrados por encima de la media del siglo XX y superó el récord anterior alcanzado en 2007 y nuevamente en 2010, cuando la temperatura terrestre aumentó 0,25 grados centígrados.

El incremento de las temperaturas afectó especialmente a América Central, la mitad norte de Sudamérica, partes del norte, sur y este de Europa, el oeste de Asia, amplias zonas de Siberia, así como otras del este y sur de África. También se han visto influidas grandes zonas del noreste y centro del Pacífico ecuatorial, así como gran parte del oeste del Atlántico Norte, la mayor parte del Océano Índico y partes del Océano Ártico.

Hace meses, científicos de diferentes partes del mundo comenzaron a predecir temperaturas récord debido al fenómeno de El Niño, que en 2015 causó el «caos» en todo el mundo con sequías en el sur de África, inundaciones en América del Sur y olas de calor en India, entre otros devastadores acontecimientos, según la NASA. No obstante, el nuevo estudio insiste en que la causa principal de este récord de tempe- raturas es el calentamiento global, al que la NASA responsabiliza del aumento en un grado de la temperatura media del planeta desde finales del siglo XIX.

Calentamiento «inevitable»

En la Conferencia sobre el Clima de la ONU en París, los líderes mundiales acordaron tomar medidas dirigidas a limitar el aumento de la temperatura a 2°C con respecto a la era preindustrial y se comprometieron a dirigirse de manera conjunta hacia una economía baja en carbono, un paso importante para tratar de reducir los efectos del calentamiento global, pero que los científicos consideran arbitrario y poco realista.

El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) estima que, en ausencia de un cambio importante y rápido en la producción mundial de energía, que actualmente dependen en gran medida del carbón y el petróleo, la temperatura mundial aumentará entre 3,7°C y 4,8°C para 2100.

Valérie Masson-Delmotte, del Consejo del IPCC, no excluye que pueda limitarse el calentamiento a 1,5°C si hay una acción «rápida ambiciosa y coordinada a nivel internacional, es decir, si las emisiones mundiales de gas de efecto invernadero se estabilizan rápidamente y luego disminuyen». «Para un objetivo de determinado de recalentamiento, hay una cantidad de carbono que puede emitirse. Para 2°C, el carbono que queda&bs;ría por emitir sería 25 años de emisiones a nivel de 2011, y para 1,5°C serían diez años, que es muy poco», sostuvo.

La climatóloga constató la tendencia general al calentamiento en las últimas décadas y aseguró a AFP que «no se espera que cada año sea más caluroso que el anterior, pero el clima se calienta y continuará calentándose durante varias décadas, hagamos lo que hagamos, y se mantendrá más caluroso durante siglos». Afirmó que es «inevitable» y agregó que en caso de limitar las emisiones contaminantes el nivel de calentamiento solo será menor.

«Aunque se detengan ahora las emisiones de gases de efecto invernadero, el clima continuaría reaccionando a la perturbación que ya existe en la atmósfera, ya que es una forma de inercia del sistema», apuntó.

Masson-Delmotte explicó que el CO2 emitido a la atmósfera permanece mucho tiempo en ella y entre el 10% y el 30% de las emisiones continuarán actuando por lo menos durante 1.000 años. «Al perturbar el clima, se disparan fenómenos como el derretimiento del hielo polar y la pérdida de su efecto espejo. Y no hay vuelta atrás, porque la mayor parte del calor extra no se almacena en la atmósfera sino en los océanos –más del 90%–. Un exceso de calor que se acumula primero en las aguas de superficie y luego en las profundas. Pero las corrientes marinas profundas que suben en un momento a la superficie devolverán parte de este calor», indicó.

Se buscan científicos líderes en «exprimir» nubes

Con 100 escasos milímetros de lluvia al año y una gran tasa de evaporación debido a las altas temperaturas, los Emiratos Árabes Unidos andan sedientos de un recurso para ellos «mucho más importante» que el petróleo: el agua dulce, para abastecer a sus 9,5 millones de habitantes y casi tres de turistas. Así lo reconoce Sultan al-Jaber, ministro emiratí de Estado y enviado especial de Agua y Cambio Climático de una zona del planeta donde los acuíferos apenas se recargan y la situación es susceptible de empeorar por el calentamiento, según advirtió una reciente investigación publicada en Nature Climate Change, que consideró que el Golfo se puede tornar inhabitable a finales de siglo. En ese contexto, los Emiratos buscan atraer a los mejores investigadores expertos en técnicas para estimular las nubes para que les ayuden a incrementar la cantidad de lluvia. Para ello han creado el Premio de Investigación para la Mejora de la Lluvia, dotado de cinco millones de dólares que en su primera edición se repartirán tres científicos. Caty ARÉVALO

El cambio climático atiza las ascuas en Australia

Abonada al calor extremo, Australia contaba ahora lluvias abundantes para refrescarse, pero estas escasean y dan paso a un clima más seco y más cálido que agrava la vulnerabilidad a los incendios forestales. El país sufre desde noviembre intensos incendios forestales, que han causado la muerte de 9 personas y han arrasado cientos de casas. En Australia-Meridional, testigos relataban «escenas apocalípticas» y en el vecino estado de Australia-Occidental, sus residentes hablaban de un «infierno».

Los bomberos explicaron que los siniestros son cada vez más preocupantes y erráticos. «Los fuegos parecen cada vez más intensos, más difíciles de combatir, más difíciles de prever. (...) Eso tiene consecuencias en la estrategia de lucha contra los incendios», señala Darin Sullivan.

Según los climatólogos, el riesgo de incendios forestales aumenta con la subida de temperaturas y la reducción de las precipitaciones en el sur, que deriva en una desecación de la tierra.

Tres de los últimos cinco años han sido, según la Oficina de Meteorología, los más cálidos jamás registrados en Australia, que en 2013, experimentó su año más caluroso.

«Los estudios muestran que el número de días de alto riesgo de incendios han aumentado en Australia meridional y oriental», declara el climatólogo Blair Trewin a AFP. «Se ha prolongado la temporada de incendios. Vemos más días de riesgo en otoño y primavera, además de verano», agregó.

Los incendios forestales son parte del paisaje durante el verano austral que comienza en diciembre.

El ex primer ministro británico Tony Abbott, que no oculta su escepticismo sobre el calentamiento global, dijo que el calor sofocante del verano de 2013-14 era «parte de la vida en Australia, una tierra de sequía e inundaciones».

Las temperaturas, que aumentaron en un grado celsius desde 1950, se espera que suban «sustancialmente» a finales del siglo en Australia, por lo que es necesario revisar las estrategias de lucha contra el fuego, indica Sullivan. «Si esto sigue así, nuestros recursos pueden ser insuficientes. Nuestro lugar de trabajo se ha vuelto más peligroso a causa del cambio climático», asegura.Glenda KWEK