Pablo CABEZA
BILBO
Entrevista
XABIER GALLASTEGI «XAGU»
GUITARRA Y VOZ DE IHESKIDE

«El objetivo es mantener la esencia punk rockera y rebelde de las raíces»

Iheskide es un cuarteto de Elorrio con textos beligerantes, de confrontación, y estilo entre el punk, el rock y rastros de jarkore. «Garaitu ez gaituztelako» (Mauka Musikagintza) prolonga la línea marcada con su anterior trabajo, «Borrokak darrai», pero se percibe la continua progresión del cuarteto, cada vez más contundente, compacto e inspirado en el juego de pegada, coros, estribillos y guitarras.

Ha pasado un decenio desde la aparición de su primera maqueta, aún con el nombre de Ihesbide. Desde entonces han grabado cinco discos, con “Garaitu ez gaituztelako”, como su producción más reciente. Un álbum donde el rock and roll de recias guitarras, cada año más intensas y mejor embestidas, se mezclan con el punk, el rock y alguna fibra jarkoreta. Es el caso de “Samia”, “Sugarretan”, “Matxinatu!”, “Garaitu ez gaituztelako” o el himno “Bihotz hilezkorrak”. La experiencia y el tesón van fijando columnas, el edificio cada vez más estable y su interior mejor amueblado.

Iheskide son Xabier Gallastegi “Xagu”, guitarra solista y voz, Gaizka Jareño “Tronpi”, bajo y coros, Jonatan Gonzalez “Kata”, Guitarra y coros e Ibai Arrizabalaga “Ibaiko”, batería. Atrás quedaron Antxon Berrizbeitia, Koldo Zubia, Xabier Amorrortu ”Petra” e Iñaki Pla. Proceso de cambios lógicos y bien llevados por las respectivas partes. De quinteto a cuarteto y de los trompicones iniciales a la estabilidad estilística y la notoria pegada actual, síntoma de una evolución personal y como grupo palpable.

En 2009 cantaban «Partida ez da bukatu» dentro del disco «Iheskide», el cuarto disco. Ahora podría decirse que se prolonga con «Garaitu ez gaituztelako». ¿Sigue la partida?

Indudablemente la partida sigue. La Lucha continúa y tiene pinta de que motivos no faltarán para ello a largo plazo. Con “Garaitu ez gaituztelako” venimos a reivindicar que al igual que la lucha, nosotros también seguimos vivos, como siempre en el barro, al pie del cañón y con ganas de dar caña.

En el disco anterior contaron con diversas colaboraciones para escribir las letras, la idea se repite en esta ocasión, pero con otros nombres. ¿El temario es libre o les sugieren alguna línea?

Siempre nos ha gustado meter alguna colaboración, sea en las letras o en otro tipo de detalles, pero los motivos que nos han llevado a cada situación han sido diferentes, por lo que la cuestión de los temarios también ha sido distinta. Por ejemplo, en general hemos tratado de que tuvieran un hueco en nuestros discos los represaliados/das que ha generado el conflicto que vive este país, ya que ha sido y es una realidad que vivimos de cerca, y lo hemos hecho incluyendo letras o textos escritos por amigos y personas cercanas al grupo que se encuentran en prisión, en el exilio o que de alguna manera han sentido de cerca las garras de la represión. En estos casos el temario lo han escogido ellos, ya que se ha tratado de darles esa voz que tantas veces se les niega, y que puedan, por tanto, expresar lo que sienten libremente por otro canal. En otros casos, en cambio, teníamos clara la temática sobre la que queríamos hablar, pero no encontrábamos el punto de inicio, cómo arrancar, o cómo expresarnos, para estos casos hemos contado con amigos en los que creemos y a quienes les hemos sugerido la línea temática.

¿Los textos marcan cómo será la línea musical o solo en detalles?, como puede ser esa gruesa voz de «Ezerezaren espetxea», que cabe suponer sea el salvaje tono de Ibon «Anestesia».

En algunas ocasiones, como bien dices, los textos han marcado la línea musical, y en otras, en cambio, ha sido la melodía o la música, la que nos ha insinuado sobre qué se podría hablar o cómo se podría tratar la letra, dependiendo de si contaba con unos riffs o toques más oscuros, más enérgicos, más tranquilos... No tenemos una manera explícita de hacerlo, sale. Muchas veces sabemos qué queremos escribir o cantar sobre determinados temas y buscamos una sonoridad, otras veces, de repente, te salen cuatro acordes con la guitarra, haces un boceto o una base y luego piensas sobre qué tema y de qué manera te sugiere hablar, o incluso, a veces, te sale una melodía para un estribillo ya con una letra enérgica o que te dice algo y sobre eso vas construyendo la canción. Lo que tenemos claro es que para nosotros los textos tienen una grandísima importancia, da igual hacerlo antes o después, y hay que currárselos. El mensaje está en el centro y todo lo demás es el envoltorio, que por supuesto también buscamos que sea atractivo, bien para trasmitir mejor y porque evidentemente es lo que nos apasiona, el rock, el punk rock, llámalo como quieras, la música en general. Respecto a la voz de Ibon, además de la energía y potencia que añade a la canción, su colaboración llega a raíz de otra historia que en sí tiene más que ver con el mensaje que con la línea musical. “Ezerezaren espetxea” trata de reflejar, de una manera simple y muy muy resumida, el día a día de un preso político vasco encarcelado en la prisión de Monsanto, en Portugal, al que le entusiasma Anestesia. Así que pensamos que sería bonito contar con Ibon para ayudarnos, y accedió sin problema, dándole al tema ese punch y esa fuerza característica, aparte de todo el rollo simbólico y solidario. Desde aquí agradecérselo una vez más.

Han pasado once años desde la creación del grupo. La progresión es evidente, ¿pero cómo ha superado Iheskide las barreras del inicio?

Se aprende de todo, en especial si tienes esa intriga necesaria y, además, disfrutas con la experiencia. El mantener un grupo, tocar o cantar son procesos que requieren de mucha dedicación si buscas avanzar y mejorar. Mientras estés tocando y tocando siempre irás compenetrándote mejor con el resto de la banda, irás cogiendo agilidad o te irás familiarizando más y más con el instrumento, o te sentirás mas tranquilo en los escenarios. Pero escuchando discos de otras bandas y músicos, o viendo sus directos, también aprendes un montón. Vas chupando y, sobre todo, de lo que te gusta.

Parece claro que eran rockeros o casi punk-rockeros y ahora son rockaroleros duros con un excelente uso de las guitarras, el ritmo y las melodías pasadas por coros y estribillos. Un salto cualitativo.

Sí, y es algo que vamos buscando continuamente. En cada disco y en cada directo, pero sobre todo en los discos buscamos que se note una evolución, digo que sobre todo en los discos porque hay más margen temporal para apreciarlo. Nuestro objetivo en este sentido es mantener el espíritu Iheskide, la esencia punk rockera y rebelde de nuestras raíces, pero siempre tratando de darle una vuelta de tuerca técnicamente hablando, es decir, mejorando como músicos, bien a la hora de tocar o componer, a la hora de escribir y siempre, claro, en la medida en que nuestro día a día nos lo permite, que no es nada fácil.

Los tres últimos discos los han grabado en Hi-Gain, en Usurbil, con Haritz Harreguy, ¿se entienden bien?

Desde que en 2012 entramos en Hi Gain para grabar “Irabazi arte”, la relación que hemos ido forjando con Haritz ha sido muy buena. Desde las primeras sesiones que hicimos nos hemos sentido como en casa. La calidad sonora de la banda ha mejorado mucho y como músicos también hemos aprendido un montón cada vez que hemos estado en los estudios.

El disco se cierra con «Bihotz hilezkorrak», con una entrada con teclados muy ambiental (quizá tocado desde el ordenador, ya que no consta colaboración) y con un punto crucial de épica.

Era un poco lo que buscábamos, ese rollo épico, grandioso, para darle una entrada como se merece esta canción que quiere homenajear a todas aquellas personas que durante décadas, siglos, milenios... han mantenido y mantendrán viva la llama de una lucha justa como es la lucha de los oprimidos contra todo opresor y forma de opresión. Sí, es así, en el disco no consta el tema de las teclas porque está creado desde el ordenador, vía midi, dibujando en la pantallita.

Estribillos y coros son fundamentales en la estrategia sonora de Iheskide.

La melodía principal del estribillo es lo primero que trabajamos en general, ya que al final va a ser la parte fuerte o central del tema. Los coros en cambio sí que los dejamos más hacia el final. Aunque no es ninguna ciencia cierta. Siempre hemos considerado las segundas voces algo fundamental, más que nada por nuestro propio gusto musical. Creo que en este disco hemos profundizado en este aspecto.