Sarah BENHAIDA
AFP

PESE A LOS CASTIGOS, LA REVUELTA PERMANECE INTACTA EN QABATIA

Cuatro días de asedio, detenciones, demoliciones como castigo y retiradas masivas de permisos de trabajo... Israel ha golpeado fuerte Qabatia para dar ejemplo, pero sin conseguir doblegar el espíritu de resistencia de la localidad cisjordana.

Esta pequeña localidad de 25.000 habitantes, colgada sobre las colinas del norte de la Cisjordania ocupada, se enorgullece de una larga historia de lucha. »Aquí resistimos a todas las ocupaciones», afirma el alcalde, Mahmud Kemil, que cita el mandato británico y el Imperio Otomano en el pasado y hoy la ocupación israelí.

Kemil ha organizado una visita a las familias de los nueve jóvenes de Qabatia que murieron desde el inicio en octubre de una serie de ataques contra israelíes.

El último tuvo lugar el 3 de febrero pasado, cuando tres jóvenes pertenecientes a grandes familias de la ciudad mataron a una guardia fronteriza israelí de 19 años junto a la Ciudad Vieja de Jerusalén.

Entre ellos se encontraba Ahmed Zakarneh, de 19 años, de quien su hermana mayor Nisrine habla llorando. Ahmed tenía «una novia, un trabajo y una familia que adoraba, que dejó para defender la causa palestina», dice su hermana.

En la casa familiar, su madre, rodeada de sus otros diez hijos, expresa su orgullo. Al día siguiente del ataque, soldados israelíes vinieron a tomar las medidas de la casa para demolerla. «Las casas no valen más que nuestros hijos. ¡Que destruyan! Ellos destruyen y nosotros reconstruimos», dice la madre de Ahmed Zakarneh.

En Qabatia, los carteles que celebran el ataque de su hijo se suman a las fotos, descoloridas, de otros «mártires» que adornan las calles desde la primera Intifada (1987-1993). «Todos los habitantes son solidarios con nosotros», dice la madre de Ahmed.

Varios de los ataques efectuados por los jóvenes de Qabatia tuvieron lugar en el punto de contacto más cercano con los soldados israelíes, el puesto de control de Al-Jalameh, entre el norte de Cisjordania e Israel.

Por ese lugar pasaba cada mañana Mohammed Nazzal, de 37 años, para ir a trabajar en Israel, gracias a un permiso que otorgan las autoridades de Tel Aviv. Ahora ya no puede hacerlo, pues le han retirado el permiso de trabajo.

«Llegamos al puesto de control y los soldados rechazaron a todos los que tenían una dirección de Qabatia en sus documentos», explica Nazzal en su casa.

Sin ingresos

Desde ese día, Mohammed Nazzal, que tiene siete personas a su cargo, se atormenta. «Nadie nos dice si es algo temporal o si nuestros permisos están simplemente anulados», comenta.

Según la Cámara de Comercio de Yenín, la gran ciudad más cercana, esa medida afecta al menos a 300 hombres de negocios y comerciantes, 200 agricultores y 500 obreros.

«De golpe he perdido los ingresos que les aseguraba a mi familia», dice Nazzal. que se beneficiaba de un salario más alto que la mayoría de las familias de Qabatia, ciudad cuyos habitantes viven principalmente de la agricultura y la explotación de canteras.

Desde el 1 de octubre, cuando comenzó el actual ciclo de violencia, han muerto ya 166 palestinos y 26 israelíes.

Jóvenes atacantes y manifestantes palestinos, al margen de los partidos políticos y facciones, expresan su ira y hartazgo contra la ocupación y la colonización, particularmente en el norte de Cisjordania, donde están instalados los colonos más extremistas.

Ante esta ola de violencia, las autoridades sionistas están divididas entre quienes quieren acentuar la represión y los que propugnan un «desarrollo económico», expidiendo permisos de trabajo suplementarios y reforzando los lazos comerciales.

Poner trabas a la circulación de los palestinos no resolverá el problema, sostienen dirigentes y ciudadanos palestinos, de forma unánime.

«Durante el Ramadán quise ir a la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén con mi hijo», cuenta la madre de Zakarneh. «Yo pude entrar pero a él lo rechazaron», relata.

Ochos meses más tarde, Ahmed lograba entrar ilegalmente en la Ciudad Santa y mataba a una agente de seguridad de su edad.

Soldados israelíes matan a una palestina de 17 años en Hebrón

Soldados israelíes mataron a tiros a una joven palestina que, según el Ejército, amenazó con un cuchillo a un soldado cerca de la Tumba de los Patriarcas, lugar sagrado para judíos y musulmanes en Hebrón, en el sur de la Cisjordania ocupada. La mujer fue identificada como Kalzar al-Ouweiwi, habitante de Hébron de 17 años. La versión israelí señaló que «sacó un cuchillo e intentó apuñalar a un soldado» antes de ser abatida.

Por otro lado, tras 70 días cerrado, Egipto reabrió ayer para dos días el paso de Rafah, en su frontera con Gaza, para permitir el cruce de cientos de personas, dando prioridad a los casos humanitarios, estudiantes y a palestinos con doble nacionalidad. Rafah es el principal nexo entre los más de 1,8 millones de residentes de la bloqueada Gaza y el mundo exterior que no pasa por Israel.GARA