Después de recorrer 800 kilómetros desde su salida en Bilbo la semana pasada, decenas de personas vestidas con camisetas azules llegaron ayer a Barcelona para completar el Correscales, la carrera por relevos impulsada por los antiguos huelguistas de Movistar. Su objetivo no era otro que «denunciar la precariedad laboral que nos imponen todas las multinacionales y que nos hacen vivir en la miseria», recalcó Aitzol Ruiz de Azua, uno de los portavoces de la huelga de Movistar el año pasado.

La iniciativa, que coincidía con la celebración del Mobile World Congress (MWC), culminó con una gran manifestación por las calles de Barcelona. Partiendo desde Jardinets de Gràcia, los manifestantes denunciaron ante las sedes de Bankia y Catalunya Caixa que estas entidades «han hecho un agujero millonario que hemos pagados entre todos». Asimismo, criticaron duramente ante la sede de la Comisión Europea las políticas migratorias y porque «son responsables de la muerte de más de 30.000 personas».

La iniciativa también busca recaudar fondos para liquidar la deuda contraída por la caja de resistencia de la huelga de Movistar del año pasado y ser la base de un nuevo fondo común para apoyar futuras luchas, tanto laborales como sociales. Hasta la fecha se han recaudado 120.000 euros de los 100.000 que se marcaron como reto, y la cifra podría seguir aumentando hasta el próximo 15 de marzo, cuando se cierre una de las campañas que más fondos ha reunido en el Estado español.

Durante el trayecto de 800 kilómetros han recorrido numerosas ciudades y municipios de Euskal Herria en los que se desarrollan distintas luchas sociales.