No por previsible deja de ser interesante analizar en qué gasta cada estado los euros de los que dispone. Más cuando, gracias a Eurostat, la oficina europea de estadística, conocemos desde el pasado 22 de marzo la comparativa entre todos los países europeos en lo que respecta al ejercicio de 2014, aquel año que el ministro español de Hacienda, Cristobal Montoro, bautizó como el año de «la recuperación».

La comparación, en términos generales, no deja en buen lugar al Estado español, que queda por debajo de la media europea en apartados vitales para el estado de bienestar como la protección social, la salud y la educación, al tiempo que queda por encima en cuestiones como el gasto en orden público y seguridad. La comparación es todavía más malévola cuando se realiza mirando a los estados europeos más fuertes.

Además de ofrecer el desglose de partidas de los presupuestos de cada estado, Eurostat incluye el reparto de los gastos en función del Producto Interior Bruto (PIB). Es decir, refleja qué tanto por ciento de la riqueza generada en cada estado se destina a cada partida. Algo que tiene la virtud de mostrar desde otra óptica las prioridades de cada uno.

La primera evidencia es que un euro de cada cinco, como media, se destina a la protección social. En porcentajes, en la zona euro, el 20,4% del PIB se destina a este apartado, en el que se incluyen las pensiones, el desempleo y las ayudas a la infancia, entre otros. En estados como el francés, el danés o el finlandés, el porcentaje llega a rozar el 25%, mientras que en el español, esta partida se queda en el 17,6% del PIB, debajo incluso del resto de países del sur de Europa, víctimas destacadas también de la crisis. Italia (21,5%), Grecia (20,1%) y Portugal (18,5%) priorizaron más que el Estado español la inversión en protección social. Un indicador de la distancia sideral entre este estado y los países más avanzados es que el Gobierno de Madrid, con una tasa de desempleo cercana al 24% en 2014, gastó en ayudas a los desempleados el mismo porcentaje de PIB (2,5%) que Finlandia, con una tasa de paro del 8%.

Mayor gasto policial

Aunque en general el Estado español queda por debajo de la media europea en la mayoría de partidas, hay algunos apartados en los que supera al conjunto de los socios de la zona euro. Es el caso, destacable, del Orden Público y la Seguridad, a los que Madrid destina el 2% de su PIB, porcentaje levemente superior al 1,7% de media de los países que forman parte del euro. La comparación, de nuevo, es más sangrante si se realiza con los países del norte de Europa, donde Finlandia o Suecia destinan tan solo el 1,3% de la riqueza generada anualmente en cuestiones policiales. Pero no hace falta irse tan lejos, ya que París también queda por debajo de la media con un 1,6%.

En un suma y sigue interminable, cabe destacar también partidas como las de Sanidad y Educación, en las que el Estado español vuelve a quedar retratado. Mientras los países de la zona euro destinan el 7,3% de media a la salud, Madrid invierte un 6,1%. Aunque menor, la tendencia se repite en Educación: la media europea se sitúa en el 4,8%, frente al 4,1% de la española. Y de nuevo, no es necesario viajar hasta el norte de Europa para encontrar las diferencias: la vecina Portugal dedica un 6,2% de su PIB a Educación, dos puntos más que Madrid.