Alberto PRADILLA
DONOSTIA
Entrevista
MANUELA CARMENA
ALCALDESA DE MADRID

«La sociedad vasca debe poner encima de la mesa lo que vea conveniente»

Nacida en Madrid en 1944, Manuela Carmena lleva menos de un año al frente del Ayuntamiento de la capital española. Previamente ejerció como juez, hasta que se jubiló en 2010. Fundadora del despacho de abogados que fue víctima de la matanza de Atocha en 1977, también ha sido parte activa en el reconocimiento de las víctimas policiales en Euskal Herria.

La exjueza Manuela Carmena irrumpió en política encabezando Ahora Madrid, una lista «de cambio» que logró, por primera vez, romper la pugna turnista entre el imbatible PP madrileño y el siempre menguante PSOE. Carmena se hizo con el bastón de mando en uno de los feudos tradicionales de la derecha española y ahora trata de lidiar con las resistencias externas, que son muchas y poderosas, y también con los diferentes ritmos internos. Años bajo la batuta de Alberto Ruiz Gallardón o Ana Botella han generado unas condiciones que no se modifican en doce meses. Hace dos semanas estuvo en Donostia, junto a otros alcaldes, como Eneko Goia (Donostia) o Julen Mendoza (Errenteria), dentro del Stop the War Festival, que forma parte del programa de la Capitalidad Europea de la Cultura 2016.

Lleva menos de un año al frente del Ayuntamiento de Madrid, que fue una de las capitales en las que irrumpieron nuevas formaciones y se hicieron con el mando. ¿Dónde está encontrando más resistencias para ese cambio?

Lo fundamental es la nueva gestión. No creo que haya una resistencia especial, sino que estamos imponiendo una nueva gestión. Todos los modelos nuevos, cuesta adaptarlos. Es como en una empresa. Si modificas los programas de actuación en el marco de una gestión, los programas nuevos llevan un tiempo de adaptación. No hay más.

Desde el principio, sin embargo, se han visto obligados a responder a polémicas estériles. Desde los tuits de Guillermo Zapata a la cabalgata de reyes. ¿No le da la sensación de que les intentan paralizar con este tipo de discusiones?

No somos ingenuos. En este momento, lamento mucho que haya un discurso de confrontación sistemático en el que los medios de comunicación reproducen, amplifican y exponen ese nivel de confrontación política que existe. Forma parte de la realidad de nuestra sociedad. A mí no me gusta, creo que no es bueno y, en la medida de lo posible, yo nunca colaboro en la confrontación.

Todo comenzó con el cese de Guillermo Zapata, apenas unos días después de acceder a la concejalía de Cultura. ¿Cree que con esa decisión demostraron debilidad y abrieron la puerta a mayores presiones?

No sé a qué te refieres cuando hablas de debilidad. Es un término que no me dice nada. Creo que tenemos que gestionar un ayuntamiento y, en este caso, Guillermo, que es el que iba a gestionar la Cultura, era consciente de que se había pronunciado mucho a favor del humor negro y que estaba generando una confrontación, por lo que no era la persona más adecuada para llevar adelante esa responsabilidad. Fue una decisión exclusivamente de gestión y que habrá que evaluar después, cuando llevemos dos o tres años. Habrá que ver cuál es el proyecto cultural que ofrecemos a Madrid, si estamos satisfechos o hay que mejorar.

Usted es alcaldesa gracias a un pacto con el PSOE. ¿Ve peligrar su puesto si finalmente Pedro Sánchez no es investido presidente español con los votos o la abstención de Podemos?

Tenemos un acuerdo de investidura con el Grupo Socialista. Si decidiera modificarlo, naturalmente, yo dejaría de ser alcaldesa. Pero no hay ningún dato que indique que eso pueda pasar.

¿Se ha sentido presionada?¿Ha pensado que podía ser utilizada para chantajear a Podemos en el Congreso español?

No, para nada.

Se habla de las resistencia externas, de grandes poderes económicos. No obstante, también han tenido críticas por parte de los movimientos sociales. Por ejemplo, de la Plataforma de Afectados por las Hipotecas. ¿Cómo valora su relación con estos movimientos?

Es positivo que los movimientos sociales nos hagan críticas. Es la forma de estar cerca de ellos. Es lógico que en determinadas situaciones no haya acuerdo por diferentes razones. Puede haber discrepancias. Me parece muy bien, muy interesante, que los movimientos sociales opinen lo que consideren conveniente sobre este Ayuntamiento.

¿Qué topes ha encontrado en el municipalismo? ¿Hay asuntos que le gustaría poder abordar y que no está permitido hacerlo?

Hay competencias, que son las que la ley establece, pero son amplias y nos permiten abordar muchos temas. Luego hay otros asuntos en los que, sin tener competencias, el Ayuntamiento tiene capacidad de influencia y puede hacer que quienes tienen competencias también estén predispuestos a escuchar opiniones, exigencias y sugerencias del Ayuntamiento.

El drama de los refugiados es un asunto de nivel europeo. Madrid es ciudad de paso para muchos de ellos, que llegan desde Melilla y paran en la Estación de autobuses del Sur para seguir su camino hacia Europa. ¿Se puede hacer más respecto a ellos?

Es eviente que los refugiados no vienen. A los que pasan por la Estación del Sur les atendemos en lo que podemos.

Antes de ser alcaldesa, usted participó en la ponencia para la redacción del decreto sobre víctimas policiales promovido por el Gobierno de Lakua cuando Patxi López era lehendakari. Actualmente, ¿qué puede aportar como máxima responsable de Madrid para lograr la resolución del conflicto en Euskal Herria?

Desde Madrid, lo bueno es que constatamos que la situación del País Vasco está más dónde tiene que estar. La mejoría ha sido importantísima, se ha resuelto el conflicto que había y todos los demás temas que son necesarios abordar para cerrar definitivamente determinado proceso irán viniendo. Yo estuve colaborando para la redacción de aquel decreto y nada más. Me siento como una ciudadana madrileña que admira mucho el País Vasco, a la que le encanta el euskara y a la que le parece muy bien que haya lenguas a las que hay que querer. En Madrid hay que querer a todas las lenguas del Estado español y, además, me gustaría poder ofrecer ciclos de cine en euskara o en catalán. Madrid tiene que ser multicultural, representar todas las sintonías que hay en el Estado español y ser internacional.

Ha mencionado asuntos pendientes. La sociedad vasca ha reclamado pasos en ámbitos como el penitenciario, el de reconocimiento de todas las víctimas o el desarme, ¿cree que estas son las prioridades?

Es la sociedad vasca la que tiene que ir poniendo encima de la mesa y en el desarrollo de sus propias políticas, así como las del Estado, todo aquello que considere conveniente. Desde Madrid, lo que quiero es que sea acogedora de las distintas sintonías de las distintas nacionalidades del Estado.

Durante la campaña a la Alcaldía de Madrid, su oponente, Esperanza Aguirre (PP), quiso usar el conflicto vasco en su contra. ¿Se han convertido determinadas acusaciones sobre el «todo es ETA» en fetiches con los que atacar al contrario en la política española?

Puede haber algún tipo de residuo pero, afortunadamente, el diálogo político está más actualizado en ese aspecto.

Pese al cese de la lucha armada decretado por ETA, se han incrementado las denuncias por «enaltecimiento». Da la sensación de que se utiliza el tema constantemente como arma política.

Como alcaldesa de Madrid no me corresponde evaluar cuál es el resultado de determinadas decisiones de otras instituciones, no puedo responder a eso.