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berlín

Alemania sancionará o premiará a los refugiados por su afán de integración

El Gobierno alemán aprobó ayer la «ley de integración», destinada a incentivar la incorporación de los refugiados al mercado laboral y a la sociedad, recompensará o sancionará con recortes en las prestaciones a los solicitantes de asilo según su voluntad y esfuerzo de integrarse en el país. La norma prevé también su asentamiento en determinadas zonas.

«Es una piedra fundamental para la integración en la sociedad alemana de esas personas», defendió la canciller alemana, Angela Merkel, para quien la nueva «ley de integración» aprobada ayer por su Gobierno se basa en el principio de «apoyar y exigir», es decir, fomentar la incorporación de quien demuestre voluntad y esfuerzo. La nueva normativa, que se presenta con el objetivo de incentivar la incorporación de los refugiados en el mercado laboral del país, prevé sanciones o recortes de prestaciones para quienes rehuyan integrarse.

El Ejecutivo aprobó la nueva normativa en un Consejo de Ministros celebrado de forma extraordinaria en Meseberg, que encarriló el proyecto hacia el trámite parlamentario.

Entre las cláusulas del proyecto de ley se incluye la obligatoriedad de participar en los llamados cursos de integración y de aprendizaje del idioma alemán, lo que para Merkel es un factor esencial de esa «voluntad de integración».

«Hemos aprendido de los errores del pasado. No queremos ni guetos ni sociedades paralelas», recalcó el ministro de Interior, el conservador Thomas de Maiziere, al detallar el contenido del proyecto de ley.

«Apoyar y exigir»

La doble perspectiva de los términos «apoyar y exigir» fue el concepto más repetido, tanto por la jefa del Gobierno y líder de la Unión Cristianodemócrata (CDU) como por el líder socialdemócrata ministro de Economía, Sigmar Gabriel, aunados en la defensa de una ley controvertida, especialmente en lo concierne a las sanciones.

«Dentro de un par de años se verá esta ley como un primer paso para conseguir que esos migrantes vean a Alemania como su nuevo hogar, independientemente de si luego deciden volver a su país de origen o quedarse aquí»,, apuntó Gabriel.

Merkel hizo hincapié en el compromiso de mejorar el acceso al mercado laboral a los refugiados, así como de incrementar la oferta de los llamados cursos de integración, ya que actualmente está claramente por debajo de la fuerte demanda generada por la llegada al país, en 2015, de 1,1 millones de solicitantes de asilo.

La ley incluye varios artículos que han desatado las críticas de organizaciones de apoyo a los refugiados como Pro Asyl, que la considera incluso contraproducentes para la integración de los refugiados, ya que recortan su capacidad de decisión.

Los solicitantes de asilo no podrán, por ejemplo, elegir libremente un lugar de residencia en Alemania, sino que deberán permanecer en el distrito o länd previamente asignado, de acuerdo el sistema de distribución de estos contingentes por el conjunto del país.

La vigencia de este lugar predeterminado de residencia será de tres años y solo podrá modificarse por causas consideradas justificadas por las autoridades competentes, como por ejemplo el reagrupamiento familiar o si pueden demostrar que encontraron un puesto de trabajo estable en otro lugar del país.

Desde la oposición, los Verdes acusan a la gran coalición de incurrir en el cliché del refugiado como alguien que rehúsa trabajar, según los prejuicios contra estos colectivos abonados por la ultraderecha xenófoba.

La llegada al país de más de un millón de solicitantes de asilo en 2015 ha colocado a Merkel en la situación más delicada, a nivel interno, desde su llegada al poder, en 2005, y disparado el voto a la extrema derecha representada por AfD.

La Policía griega reanuda el desalojo de Idomeni

La Policía griega reanudó ayer el desalojo del campo de Idomeni, donde miles de refugiados se han hacinado en condiciones extremas de insalubridad e inseguridad con la esperanza de cruzar a Macedonia en su viaje hacia el centro y norte de Europa.

El martes fueron evacuadas 2.031 personas y las autoridades esperaban sacar ayer a otras 1.000. A primera hora de la tarde 600 refugiados habían sido trasladados ya a instalaciones oficiales cerca de Salónica.

La operación de desalojo de Idomeni, convertido en una trampa tras el cierre de la ruta de los Balcanes, fue saludada por la Comisión Europea y durará una semana.

Una maestra siria aseguró salir por propia voluntad para quedarse cerca de la frontera junto a su marido. «Espero desde hace tres meses integrar el programa de reubicación» de la UE. «Creo que es una mentira para dejarnos en Grecia», dijo.

Muchos migrantes son mujeres y niños desesperados por reunirse con sus esposos o padres que partieron antes, pagando a traficantes, con la esperanza de instalarse en un país con mejores perspectivas.GARA