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Las rutas migratorias se han tragado al menos 60.000 vidas en 20 años

Las tragedias relacionadas con quienes escapan de sus países, huyendo de guerras, persecución o miseria y ven truncadas en peligrosas travesías sus esperanzas de una vida más digna son casi diarias. Las últimas cifras apuntan a al menos 60.000 fallecidos en los últimos veinte años tanto en el mar como en zonas remotas.

Quienes huyen de países del Sahel (Senegal, Mauritania, Mali, Argelia, Níger, Chad, Sudán y Eritrea) o del África Subsahariana escogen la ruta del Mediterráneo central (entre Libia e Italia) para intentar llegar a Europa dejando atrás conflictos, persecución y pobreza. La travesía del Mediterráneo oriental (entre Turquía y Grecia) es la preferida de las familias que escapan de las guerras de Afganistán, Irak y Siria. No todos lo consiguen, como tampoco quienes eligen otras rutas migratorias terrestres hacia países desarrollados. Los últimos datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) cifran en al menos 60.000 las personas muertas o desaparecidas en sus travesías marítimas o terrestres en los últimos 20 años, «una estimación conservadora».

Solo desde octubre de 2013, han fallecido 10.000 intentando cruzar el Mediterráneo.

La tendencia general es a un aumento de la mortalidad en las rutas migratorias, con 5.400 personas fallecidas en el mundo en 2015 y 3.400 solo en la primera mitad de 2016, el 80% de ellas en el Mediterráneo.

Sin embargo, la OIM considera que esos datos están subestimados, ya que muchas víctimas desaparecen en el mar o en zonas remotas y sus restos nunca son recuperados.

Las rutas migratorias que pasan por el Mediterráneo central, son las más peligrosas y donde se multiplican los naufragios, con una gran parte de cuerpos que nunca son recuperados. Según la OIM, en 2015 se recuperaron los restos de menos de la mitad de los que murieron en el Mediterráneo.

«Desde inicios de 2016, la tasa de mortalidad en el Mediterráneo central es de una muerte por cada 23 personas que intentan atravesar este mar, lo que es una estadística chocante», señaló el director del Centro de Análisis de Datos de la OIM, Frank Laczko. «Lo que notamos es que el riesgo de muerte es mayor, aunque el volumen de personas que intentan hacer la travesía no ha aumentado», agregó.

Sobre el número de global de muertos en las distintas rutas migratorias del mundo durante las dos últimas décadas, Laczko indicó que las 60.000 víctimas documentadas constituyen «una estimación muy conservadora» con respecto a lo que se cree que es la realidad.

Para el caso de la frontera entre EEUU y México, la OIM mencionó datos de la ONG Centro Colibrí para los Derechos Humanos, que indican que en 2015 hubo 2.700 personas desaparecidas. Laczko dijo que la estadística de víctimas en esa frontera es una de las más exactas, mientras que «en Sudamérica, Centroamérica y partes de África estamos hablando de cientos, no de miles de desaparecidos», aunque añadió que esto puede deberse a «que la capacidad de recoger información es mucho más escasa» en estas regiones.

Nueve de cada diez niños cruzan solos el Mediterráneo central

Nueve de cada diez niños refugiados o inmigrantes que han entrado este año a Europa por Italia están solos, lo que aumenta el riesgo de que sufran abusos, explotación y sean «asesinados», reveló Unicef. 7.009 niños realizaron el viaje solos sin familiares ni conocidos entre enero y mayo de 2016, desde el norte de África hasta Italia, a través del Mediterráneo central, la ruta más común usada por los menores de edad de países de África subsahariana, el doble que en el mismo periodo de 2015. GARA