Mikel CHAMIZO
QUINCENA MUSICAL

Una «Novena» de Beethoven a velocidad de Benny Hill

Debía haber sido una velada inolvidable este homenaje que la Quincena Musical le dedicaba a la Coral Andra Mari de Errenteria en el 50º aniversario de su fundación. Trajeron para ello a una buena orquesta, la Sinfónica de la Radio de Frankfurt, y a uno de los directores de coros más prestigiosos del mundo, Philippe Herreweghe. Pero les salió el tiro por la culata y finalmente asistimos a una de esas raras ocasiones en la que un director, en vez de artífice, es el principal enemigo de una interpretación.

Herreweghe es un férreo defensor de los tempi ‘originales’ de Beethoven. Resumiendo: cuando Beethoven conoció los primeros modelos de metrónomo en 1817 comenzó a añadir indicaciones de velocidad a sus creaciones. Ha existido siempre un gran debate en torno a estos tempi, porque son rapidísimos. Estudios recientes indican, de hecho, que es erróneo aplicarlos porque los metrónomos que conoció Beethoven eran defectuosos. Pero Herreweghe, uno de esos abanderados de la interpretación historicista que opina que cuanto más rápido mejor, no solo aplicó el sábado los metrónomos de Beethoven sino que los superó. El resultado fue una “Novena” de Beethoven que duró 57 minutos, pausas entre movimientos incluidas. Un despropósito.

Quizá Herreweghe logre arrojar algo interesante con estos tempi cuando está al frente de su propio coro y orquesta, pero aquí empujó a los músicos alemanes al error constante. Fallos en las maderas, en los metales, progresiones dinámicas truncadas, infinidad de entradas imprecisas, fraseos robóticos en el “Adagio”, uno de los movimientos más líricos escritos por Beethoven... El cuarteto vocal a duras penas logró lucirse y el Andra Mari hizo lo que buenamente pudo, y todo por la irracionalidad del director.