Pablo CABEZA
BILBO
Entrevista
RUBÉN SALVADOR
TROMPETA Y FLUGELHORN DE R.S.FAKTOR

«¡Vivan la música con entusiasmo y sus vidas cambiaran!»

«Akúfeno» es el segundo disco de Rubén Salvador al frente de R.S.Faktor. No obstante, la trayectoria discográfica del brillante trompetista es amplia y versátil. El jazz es de festivales y locales muy específicos, los envolventes nueve cortes de «Akúfeno» lo liberan.

«Llevo una vida normal, soy una persona como cualquier otra de las que viven en Gasteiz. Trabajo en las Escuelas de Música de Amurrio y Araia, que son las tareas que más tiempo me ocupan durante el día, y el tiempo que me sobra lo empleo para estudiar con mi trompeta, componer, dar forma a mis composiciones y hacer oficina para promover el disco en diferentes festivales y programaciones; así como desarrollar actividades como tocar en directo, disfrutar de mi pareja y amigos, pasear por el monte, esquiar u otras actividades sociales o lúdicas». Visto así, uno quiere ser Rubén Salvador. Convence su planteamiento de vida y, además, es un tipo con mucho talento y sensibilidad cuando se coloca la boquilla entre los labios. Momento en el que comienza el jazz, su otra vida. Dos en una.

Salvador nace en Miranda de Ebro una noche de 1975. Este viernes cumple 41 años. Lo hará en el Hotel NH Hesperia, al lado de San Mamés, en sesiones de 20.30 y 23.00 horas, dentro de la extensa programación del ciclo 365 Jazz Bilbao. Desde los catorce años y hasta los veintiocho vive en Gasteiz, momento en el que se traslada a Donostia, donde pasa nueve años, parte de ellos “metido” en Musikene. Suma otros tres años en A Coruña y lleva un año de nuevo en Gasteiz. Errabal edita “Akúfeno”, un sobrio, y delicado trabajo, donde brilla la banda del lado Atlántico, la gallega, y la vasca. Y, por encima, sin divismos, la magnética, admirable, y melódica trompeta de Rubén Salvador, que acoge el jazz desde los recursos del pasado y la contemporaneidad. Por instrumentos, composición, valiosos músicos y arreglos, no hay fisuras.

¿Cómo pasa un niño de las canciones de los payasos al jazz? ¿Es fundamental que los padres descubran en él alguna capacitación especial para la música?

En mi caso, le debo ese cambio a mi padrino. Mi familia siempre ha estado relacionada con la música, mi padre y mis tíos eran músicos, no de manera profesional, pero encontraban un aporte extra a la economía de sus respectivas familias. Yo estaba en contacto con ellos, con sus grupos y sus conciertos. Con poca edad me empezó a llevar a ver conciertos en el festival de jazz de Vitoria y otros conciertos relacionados con este estilo. Él fue el culpable de que empezase a tocar la trompeta, ya que en las navidades del 86 me regalo una, momento en el cual debía elegir instrumento, y después de haber estudiado algún año de lenguaje musical. En mi opinión, es fundamental y aconsejo que todos los padres den la oportunidad a sus hijos de conocer la música sea del estilo que sea, y que descubran en ella todo lo que aporta, ya sea como oyente o como parte activa de la misma. La música desarrolla una sensibilidad y motricidad en niños que la practican y la viven, que les hacen especiales. ¡Vivan la música con entusiasmo y sus vidas cambiaran!

Una vez crecido el chaval, usted mismo, ¿qué supone el día que se entra en Musikene? ¿Qué miedos e ilusiones se mezclan?

Para empezar, supone un cambio de vida muy importante, ya que tuve una vivencia muy especial los años que estudié allí. En mi caso, cambio de ciudad de residencia y muchos viajes para ir a mi puesto de trabajo como profesor. Trabajaba y estudiaba euskera, a la vez que llevaba adelante todas las asignaturas de cada año en el centro. Llegué con estudios superiores clásicos y un bagaje que me ayudaron mucho, pero era un lenguaje que conocía poco en aquel momento. Tenía inquietud y ganas de volver a estudiar un tipo de música que realmente me llegaba y que me interesaba. Fueron años muy duros, ya que me volqué absolutamente, lo que motivó que mi vida cambiara por completo. Años sin vida social ni poder hacer todas las cosas que te gustan, pero que, por otra parte, me dieron un conocimiento que conllevó que creciera como músico y persona. Me siento privilegiado de poder haber vivido eso, de haber estudiado con los grandes profesores que tuve, y de compartir con magníficos compañeros todas las vivencias de esos años.

Titulado superior en trompeta clásica y jazz. Ha estudiado con profesores como Chris Kase, Bob Sands, Jordi Rossy, Iñaki Salvador, Víctor de Diego, Andreij Oleijnizack, Joaquín Chacón... y participa en numerosas masterclass con Winton Marsallis, Randy Brecker, Tim Haggans, Joe Magnarelli, Walter White, Dick Oatts, Perico Sambeat... ¿Qué diría ante esto un músico de rock o de pop autodidacta? ¿O qué diría un músico de jazz de uno de rock o de pop sin estudios, solo su oído, y que triunfa en el sentido más explícito del término?

Soy de la opinión de que la música bien elaborada y bien interpretada conlleva un respeto, ya sea hecha o interpretada por un autodidacta o por una persona con muchos estudios y que los haya realizado con diferentes profesores de prestigio. Sí que veo claro que la música, es uno de los oficios con más intrusismo laboral, que toda persona puede ser músico y hacer música sin tener conocimientos, e, incluso, que triunfe. Creo que ese éxito lo generan un gran número de oyentes con poca o nula cultura de escucha de música de calidad o que no han tenido la oportunidad de mantener un contacto más profundo con la música.

No obstante, suele ser bastante común que el músico de jazz, al margen de la docencia, si quiere extras o vivir con más dinámicas la música, quizá no le queda otra que aliarse como músico con bandas o solistas de pop, folk, funk, blues, reggae… De hecho, usted supera la cuarentena de discos en los que ha participado.

El jazz, por desgracia, aunque en aumento, es un estilo minoritario del que no se puede vivir en este país, así que, como sugieres, tenemos que dedicarnos a la docencia (cuestión que nos da una estabilidad), y a las colaboraciones con formaciones que interpretan otro tipo de música. Desde mi punto de vista, creo que es muy interesante poder formarse en otros estilos como consecuencia de este tipo de colaboraciones. Cuanto más amplio es el abanico de estilos que se conozcan a fondo, mucho más versátil serás y más campo se abre para las colaboraciones, con las que disfruto mucho, tanto en directo como en estudio. Todo enriquece, es aprendizaje y conocimiento. Es toda una vivencia y muy recomendable.

Estos números no cuadran con lo que luego es la carrera personal, donde como responsable absoluto solo cuenta con dos discos «Starting», premiado como mejor disco de jazz de 2012 en los III Premios BBK Jazz, y el actual «Akúfeno». Ambos nacidos después de una larga experiencia…

Cierto. Estuve durante bastante tiempo trabajando para varios estudios de grabación como músico de sesión. En esa época, grabé para muchos grupos de diferentes estilos, publicidad, teatro… y musicales. Fue una temporada en la que aprendí mucho, conocí muchos grupos y músicos, técnicos de sonido que me dieron muchas pautas y conocimientos sobre ese amplio mundo. Después de estar durante tiempo preparando y presentando mi música con R.S.Faktor, decidimos plasmarlo en un cedé llamado “Starting”, que salió al mercado con Errabal Jazz con Xarra a los mandos. El disco empezó a tener muy buenas reseñas por los más importantes críticos de jazz del país, hasta que llego el premio que comentas: Premio Especial del Jurado a Mejor Disco de Jazz de Euskadi en los III Premios BBK Jazz, galardón entregado por el mismo Juan Claudio Cifuentes “Cifu”. Mayor reconocimiento no podíamos haber tenido y todo un placer recibirlo de sus manos. Este reconocimiento y las buenas críticas nos permitieron tocar en festivales de jazz como Vitoria-Gasteiz, Donostia, Salamanca, etc... En abril de este año salía al mercado mi segundo disco, “Akúfeno”, reflejo de lo que he estado elaborando durante mis tres últimos años de vivencias en tierras gallegas, más concretamente en A Coruña. Sorprendente también la aceptación que está teniendo, las buenas críticas y lo que está sonando en diferentes radios especializadas de Cataluña, Andalucía, Comunidad Valenciana y Madrid, hasta el punto de abrir un programa en RNE 3, “Discópolis Jazz”, con este nuevo disco, llamado “Akúfeno”. Esperamos poder estar de nuevo presentándolo, por lo menos, en los mismos festivales nombrado.

«Albayzin» cuenta con aires andaluces, es parte, además, de sus recuerdos de niñez. ¿Por qué el flamenco se integra de forma tan armoniosa y evidente con el jazz?

La música andaluza o flamenca tiene diversas cadencias y acordes que se utilizan en el jazz; de hecho, hay varias nomenclaturas para cifrar ciertos acordes que los estadounidenses denominan de manera que hacen referencia a lo “español” para nombrarlos. Pero sé que aún estoy profundizando poco a poco, el ámbito es muy extenso y con numerosos palos diferentes. Siempre que voy de visita por Granada a ver a la familia, intento formarme un poco más con entendidos en la materia. En “Albayzin” empleo un compás de amalgama sobre la que se crea la melodía y la línea de contrabajo, surcando por encima de una serie armónica de acordes muy típica de ese estilo.

«Outubro» se inspira en un atardecer «precioso», pero si no lo apunta diríamos que tuvo que ser así o de forma semeja por su sensualidad. De paso, y por otras interpretaciones, da la sensación de que es una persona calmada que deriva musicalmente en fraseos melódicos.

Estás en lo cierto, soy una persona calmada que intenta no alterarse por cuestiones sin importancia, pero que a la vez convive con el señor Hyde por si hay que sacarlo. En la vida real intento seguir con esa calma, con fraseos sutiles y melódicos, pero inevitablemente te encuentras con situaciones o circunstancias que logran que pierdas esas sutilezas y melodías, para dar paso a intervalos más distantes y matices fuertes y estruendosos. Soy muy sensible, afectándome mucho las cuestiones que creo que son importantes.

Sobre el escenario del hotel NH Hesperia estarán este viernes: Hilario Rodeiro a la batería, Javier Mayor al contrabajo, Satxa Soriazu al piano, Julen Izarra al saxo tenor y el propio Salvador do a la trompeta y flugelhorn