Agustín GOIKOETXEA
BILBO

La irregular gestión de Karrantzako Minda, a juicio

Mañana arranca en el Juzgado de lo Mercatil nº 2 de Bilbo la vista en la que se deberá determinar la responsabilidad en la quiebra de la sociedad creada para construir la fallida planta de purines de Karrantza.

Cinco años después de que se declarase el concurso y diez de que se constituyese Karrantzako Minda, al objeto de poner en marcha una planta de tratamiento de purines en el valle más occidental de Bizkaia, comenzará la vista en la que la titular del Juzgado de lo Mercantil nº 2 de Bilbo tendrá que establecer la responsabilidad de las siete personas y tres entidades que se sentarán en el banquillo. Administrador judicial, Fiscalía, Abogacía del Estado y Ayuntamiento de Karrantza piden que se declare culpable el concurso y que los acusados hagan frente a indemnizaciones de hasta 12,5 millones de euros por daños y perjuicios.

Entre los implicados están el exdirector de Innovación y Desarrollo Tecnológico del Departamento de Agricultura de Lakua Martín Ascacibar, el exalcalde jeltzale José Luis Portillo, el exconcejal también del PNV José Ignacio Muro, así como los ganaderos y miembros de Karrantzako Minda Ángel María Quintano, Vicente Albisua y Manuel Fisure. También lo son Concepción García, que ejerció funciones de gerencia por su cercanía con Ascacibar, y Felipe Mendibil, un técnico que rubricó informes técnicos que sustentaron el fallido proyecto y al que se le atribuye responsabilidad en la operación urdida para hacerse con fondos públicos.

Y es que Karrantzako Minda obtuvo con facilidad de las diversas administraciones 13,5 millones de euros de ayudas y subvenciones de 2006 a 2010 –unos siete millones del Gobierno autonómico, en torno a dos de la Diputación y unos cuatro del Ejecutivo español– de los que cobró cerca de 10, aunque solo se han recuperado 750.000 euros. En los informes de las acusaciones, como en uno anterior de fiscalización del Tribunal Vasco de Cuentas Públicas, se defiende que la promotora no fue más que «una sociedad instrumental al servicio de Ade Biotec», la firma que se llevó la mayor parte del dinero recibido –8,3 millones de euros– a través del plan ideado por Ascacibar, que fue consejero de la misma tras abandonar su responsabilidad institucional. Al excargo de Lakua se le define como «administrador de hecho, oculto o indirecto».

En su informe, el administrador responsabiliza a Martín Ascacibar, entre otros, de haber agravado la situación de insolvencia de Karrantzako Minda y de haberlo hecho con dolo o con intención de que así fuera. Siendo conscientes de que debían devolver a las instituciones los créditos que les habían facilitado y abonar las licencias, los administradores priorizaron los abonos a Ade Biotec y a Excavaciones Viuda de Sainz, vinculada a esta, a pesar de que era evidente la insolvencia.

La grave problemática medioambiental que generan los purines de la mayor cabaña de vacuno de Bizkaia, aún sin resolver, fue la excusa de empresas vinculadas a la construcción para acceder a fondos públicos y obtener beneficios millonarios.