Iván Ramis celebró su 32º cumpleaños con un pastel sin guinda. Totalmente recuperado, el domingo regresó al once inicial. Y aunque prefiere «pensar en positivo y quedarme con que sumamos un punto a domicilio», admite que el empate resultó «amargo por las formas».

¿Ya han encontrado una explicación a lo que sucedió en Cornellà?

Hemos hablado bastante de los errores que cometimos para intentar corregirlos y mejorar en todos los aspectos que fallamos. Aunque en realidad eso lo hacemos siempre porque no hay partido perfecto, en todos se suelen cometer errores y hay que corregirlos, sin dejarse cegar por los resultados.

Aunque el partido hubiera acabado al descanso, también merecería una reflexión. Hasta el primer gol no se les vio nada finos.

Así es, no entramos bien al partido y en los primeros 15-20 minutos no nos salieron bien las cosas. El gol nos ayudó, nos sentimos más cómodos y pudimos coger una buena ventaja. Pero en la segunda parte pasó lo contrario, que el Espanyol marcó, se vino arriba empujado por su afición y nosotros no supimos rectificar para que no fuera a más. Lo positivo es que sumamos un punto a domicilio pero, efectivamente, sabe a derrota.

El tropiezo llega tras la derrota ante Osasuna. Seis goles en dos partidos, ante rivales en apuros y que tenían problemas para marcar... ¿Es casualidad que hayan llegado de forma consecutiva? o ¿sería peligroso pensar así?

Ni lo uno, ni lo otro. En los dos partidos hemos cometido errores pero no nos podemos obsesionar. Nos da mucha rabia, porque nos hemos dejado puntos ante equipos de nuestra Liga, y sobre todo duele que te ganen en casa, en esos partidos que son los que te tienen que dar ventaja sobre tus rivales. Y es evidente que tenemos que corregir errores, que aunque el rival tenga sus armas, nosotros tenemos que poner de nuestra parte, hacerlo lo mejor posible, corregir lo que hacemos mal, para que esas situaciones no se den. Trabajar para mejorar, al margen del resultado, y corregir errores pero sin volvernos locos por dos malos resultados.

En busca de explicaciones, se ha aludido a una posible relajación tras el Bernabéu o a la situación generada por el polémico vídeo de dos de sus compañeros.

Ninguna de las dos cuestiones tiene que ver. Entre otras cosas, porque pasó mucho tiempo hasta que jugamos con Osasuna. El empate del Bernabéu fue muy bueno, el equipo lo hizo muy bien, y la alegría duró, pero hubo un parón de por medio y tiempo de sobra para ponerse otra vez manos a la obra. No tiene nada que ver, esos errores se podían haber cometido en cualquier otro partido, no siempre salen las cosas bien.

Supongo que me dirá lo mismo sobre el sistema. Se mantuvo el trivote ante Osasuna, una medida que José Luis Mendilibar reconoció poco acertada, y se aligeró el centro del campo en Cornellà.

El entrenador siempre busca la mejor manera de ganar el partido, a través del sistema, de los jugadores que elige, de la preparación... Se puede equivocar, como lo hacemos los jugadores. Pero al final los que jugamos somos los futbolistas.

Un par de días antes de jugar en Ipurua, Oier Sanjurjo afirmaba que es la actitud de los futbolistas la que hace bueno o malo un sistema. Deduzco por sus palabras que está de acuerdo.

No hay más que ver que cuando salen las cosas bien, nadie cuestiona el sistema, no se le da vueltas. Y menos en el Eibar, donde trabajamos todos, defendemos todos: desde el portero, hasta el delantero, todos trabajamos para atacar y para defender, más allá del sistema que utilicemos. Y el equipo da la cara en todos los partidos, incluso cuando cometemos errores.

Si el problema tampoco es táctico, ¿de dónde viene? ¿Es una cuestión de concentración?

No. En un partido se dan muchas situaciones y a veces las interpretas bien, lees bien las jugadas y otras no tanto. Es una cuestión de situaciones, más que de concentración. Al menos yo veo al equipo muy concentrado, muy metido e intenso, tanto en los partidos como en los entrenamientos. Pero a pesar de eso se pueden cometer pequeños errores en las diferentes etapas de cada partido.

Las del último partido pudo volver a vivirlas en primera persona. Con un final más feliz pero supongo que deseando repetir.

Desde luego, intentando estar al cien por cien para poder ponérselo difícil al míster.

Al menos tiene la confianza de que, siempre que ha estado en condiciones, el entrenador ha contado con usted.

La confianza del míster siempre se agradece. Pero como no sirvas trabajando al mismo nivel, intentando mejorar cada día, como te relajes... no sirve de nada, la confianza desaparece rápido.