Mikel ZUBIMENDI

Las otras elecciones: condones, marihuana, armas, bolsas de plástico...

Eclipsados en la asfixiante atmósfera de una campaña llena de golpes bajos, EEUU vota hoy también en otras elecciones que nada tienen que ver con Trump o Clinton. 163 referéndums que muestran un giro a la izquierda y marcarán tendencias y el estado de ánimo del país.

Gane Clinton o gane Trump, la tierra no dejará de girar ni el sol se apagará. Al margen de esa crucial elección, presentada con aires apocalípticos como la «madre de todas las elecciones» que determinará el futuro del mundo, muchos estadounidenses van a tener la oportunidad de votar directamente sobre otros temas e iniciativas.

En un remarcable ejercicio de democracia directa, confrontados ante una urna el trabajo de base de movimientos populares muy variados, los resultados mostrarán el signo de los tiempos, marcarán tendencias y el estado de ánimo del país.

En otras palabras, son pequeños laboratorios –o pequeñas revoluciones– de lo que puede traer el provenir.

Es cierto que, particularmente en esta campaña, ha sido muy difícil abstraerse, o no ser engullido, por el asfixiante seguimiento mediático de la campaña y todas las polémicas, filtraciones, exabruptos y golpes bajos que ha tenido. Pero lo es también que en estas elecciones se van a decidir un montón de temas que nada tienen que ver con Clinton ni con Trump.

Conocidas como proposiciones o «ballot measures», estos referéndums e iniciativas legislativas pueden ser habilitados por petición popular, previo trabajo de concienciación y recogida de firmas, o bien a instancias de las Cámaras de los estados. Este año, además, ha ocurrido una cosa remarcable. Las iniciativas populares han aumentado un 50% desde las elecciones de 2012 hasta alcanzar la cifra de 71, que se celebrarán en 26 estados. Las restantes hasta 163 han sido promovidas por los Legislativos. La razón de ese aumento estriba en que el número de firmas necesarias para convocarlos está relacionada con el índice de participación en las elecciones previas. Y por ejemplo, en las elecciones a mitad de mandato de 2014, la participación fue la más baja desde la II Guerra Mundial.

Giro a la izquierda

Ironías de la democracia directa, a menor participación electoral mayor posibilidad para activistas –o adinerados grupos de presión y empresas especializadas en la recogida de firmas– para conseguir la celebración de un referéndum. O en otras palabras, cuanto mayor es la frustración de los votantes y menor su asistencia a las urnas, aumenta el control de un solo partido y el valor del activismo social como factor oxigenante que equilibra la democracia.

A simple vista, puede decirse que los temas sobre los que se votará reflejan un giro a la izquierda. Abundan reivindicaciones históricas de movimientos populares y sindicatos (salario mínimo, impuestos a las grandes fortunas, derecho de los animales, marihuana…) y decrecen los tradicionalmente auspiciados por la derecha (prohibición de matrimonio del mismo sexo, bajada de impuestos…).

En efecto, estas otras elecciones que hoy se celebran pueden tener un mayor y más duradero impacto en la vida de los estadounidenses. Su potencial para dar forma en los próximos años a EEUU es enorme. Por ejemplo, mañana el uso médico de la marihuana puede ser legal en la mayoría del país. Y su uso recreacional, similar al del alcohol, legal en cinco estados más. California puede ser el primer estado en prohibir formalmente el uso de bolsas de plástico para hacer compras. Cuatro estados votan el aumento unilateral del salario mínimo federal, y de aprobarse ya serían una decena, más de cien millones de ciudadanos se beneficiarían de ello.

Pero hay más, y de todo un poco: La poderosa industria del porno de California se vería abocada a obligar a sus actores a usar condones en todas las escenas de penetración. De aprobarse la proposición, a la gigantesca industria del porno, que ha invertido millones de dólares en hacer campaña en contra de esa idea que consideran «horrible y ruinosa», no le quedaría más opción que dejar California, clandestinizarse o apostar por la salud e invertir en el sexo seguro. Antiguos refugiados como el vietnamita Bao Nguyen o la somalí Ilhan Omar, nacidos en campos de refugiados de Tailandia y de Kenia, para disgusto de Trump, pueden sentarse por primera vez en los Legislativos de California y Minnesota. O como en el caso de Oregón, que podría elegir al primer gobernador abiertamente bisexual de la historia de EEUU.

Armas y víctimas

Los defensores del control de armas han abierto una ventana de oportunidad, tras fracasar en multitud de intentos a nivel federal, en los referéndums estatales. En contra de la poderosa Asociación Nacional del Rifle, cuatro estados votan restricciones más severas para la venta de armas. Maine y Nevada votan endurecer las verificaciones de antecedentes previos a cualquier venta, California prohibir la venta de cargadores de alta capacidad y verificar antecedentes para comprar munición, y Washington dar potestad a los jueces de prohibir temporalmente la posesión de armas a individuos concretos.

Con un interés público menor que el que tendrán los referéndums sobre la marihuana, las armas o la pena de muerte, California –estado más avanzado en democracia directa y que hoy vota hasta diecisiete iniciativas–, con un mandato legislativo de reducir su población reclusa, vota una enmienda constitucional que reduciría ostensiblemente el tiempo de cárcel para delitos sin violencia.

Por su parte, Oklahoma, tras Luisiana el segundo estado con mayor ratio de presos de EEUU, vota hacer de la posesión de drogas una falta y dejar que sea, como hasta ahora, un delito que conlleva el ingreso en prisión.

A su vez, Montana y las dos Dakotas (del Norte y del Sur) votan constitucionalizar «el derecho de las víctimas». Con muchos detractores entre abogados progresistas y grandes donaciones de multimillonarios entre sus partidarios, de aprobarse esta iniciativa que preludia otra semejante a nivel de la Constitución de EEUU, se obligaría a que las víctimas sean informadas previamente de cualquier paso en el proceso judicial o en la liberación de los presos, tener voz en los tribunales, en los que condenan y en los que se deciden las libertades condicionales.

Dinero por medio

Las diferentes encuestas muestran que los votantes están dispuestos a tomar los temas en sus manos y a apostar por grandes cambios sin importarles quién sea presidente. Cierto es que muchos referéndums persiguen el bien común y son transparentes en sus objetivos y en sus defensores. Pero no es menos cierto que detrás de muchas de las iniciativas se encuentra el dinero, poderosos grupos de interés que se aprovechan de la falta de conocimiento de los votantes sobre las implicaciones reales de las iniciativas.

Los votantes, a menudo, se quejan de lo complicado que es el lenguaje sobre lo que se les pregunta. Y si no pueden entender la pregunta, ¿cómo pueden votar con la verdad?

 

Referéndums

Pena de muerte

California vota derogarla y, en sentido contrario, Nebraska, reinstaurarla.

Tabaco

California, Colorado, Misuri y Dakota del Norte votan subir impuestos.

Caza y pesca

Indiana vota para que se recoja en su Constitución como derecho. De aprobarse, sería el vigésimo estado en reconocerlo.

Muerte digna

Colorado vota que sea legal ayudar a morir con dignidad a los pacientes terminales. De aprobarse, una sexta parte de los ciudadanos de EEUU tendría ya ese derecho.

Salario mínimo

Sin esperar a leyes federales, Colorado, Maine, Arizona y Washington votan subirlo. Dakota del Sur, vota bajarlo para los menores de 18 años.

Ley electoral

Considerado como experimento frente al bipartidismo, Maine vota para ser el primer estado en aprobar un sistema electoral de preferencia numérica para elegir cualquier cargo público.

Fiscalidad

California vota mayor presión a las grandes fortunas, Oregón subir el impuesto de sociedades y Washington tributar las emisiones de carbón.

Democracia directa

California vota que toda obra pública que supere el presupuesto de 2.000 millones de dólares deba contar con el visto bueno previo de los votantes.