Dabid LAZKANOITURBURU

El 3% de votos para el candidato libertario cobra valor en una pugna tan reñida

El candidato del Partido Libertario, Gary Johnson, logró 4.083,280 votos (3,23%), lo que, atendiendo a lo ajustado del resultado en el cómputo total (Hillary Clinton superó en 200.000 votos a Donald Trump), y a la reñida pugna por un punto o incluso menos en estados bisagra claves (sobre todo en el cinturón industrial en torno a los Grandes Lagos), cobran especial relevancia. A ellos hay que sumar los 1.218,228 votos que cosechó la candidata verde Jill Stein.

Habida cuenta de que la pesadilla de Clinton empezó a tomar forma cuando el recuento iba confirmando que perdía Florida – Trump le sacó poco más de un punto, 49,1% frente al 47,8%)– el 2,2% de votos de Johnson parecía valer su peso en oro. Más cuando, pese a ser un Estado que Clinton podía permitirse el lujo de perder, reservaba al ganador 29 votos electorales de un total de 538. La diferencia entre ambos fue finalmente de 74 votos electorales.

Similar situación de casi empate y proporción de entre un 2% y un 4% para Johnson se registró en Wisconsin, Michigan y Pennsylvania, que permitieron la victoria de Trump.

La ira contra el candidato libertario se ha disparado en las redes sociales, donde lo comparan con Ralph Nader y la derrota de Gore en el 2000 por 500 votos en Florida.

No obstante, no faltan analistas que matizan que Johnson, liberal en lo social y conservador en lo fiscal, y –no se olvide, exgobernador republicano de Nuevo México– era más popular entre los conservadores moderados y los independientes descontentos con los candidatos de los dos partidos tradicionales.