En un comunicado difundido el lunes por la noche, una decena de grupos armados rebeldes amenazó el proceso de diálogo que debe comenzar a finales de enero en Astana, impulsado por Moscú, Teherán y Ankara.

Acusaron al Gobierno de Bashar al-Assad de quebrantar el alto el fuego, en vigor desde el 30 de diciembre. «Estas violaciones continúan. Los bandos rebeldes anuncian (...) la suspensión de cualquier discusión relacionada con las negociaciones de Astana», indicaron.

Afirmaron haber «respetado el cese del fuego en todo el territorio sirio (...), pero el régimen y sus aliados no paran de disparar y cometieron importantes y frecuentes violaciones, en especial en las regiones (rebeldes) de Wadi Barada y Ghuta oriental», ambas situadas en la provincia de Damasco.

El opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), con sede en Londres, informó de que el Gobierno proseguía ayer con su ofensiva en Wadi Baradi, una región controlada por los rebeldes a 15 kilómetros de Damasco. Este sector es estratégico, ya que alberga las principales fuentes de suministro en agua potable para los cuatro millones de habitantes de la capital y sus alrededores.

El OSDH también dio cuenta de otras violaciones de la tregua en Siria, en particular ataques aéreos contra Jan Seijun, en la provincia de Idleb, y de disparos rebeldes en dos pueblos de la provincia central de Hama.

Visita gubernamental a Alepo

El ministro de Transporte sirio, Ali Hamud, pidió ayer que se inicie la restauración de todos los servicios del aeropuerto internacional de Alepo porque son «las fuentes de ingreso más importantes para las finanzas del Estado». El director del aeropuerto internacional, Bassem Mansur, afirmó que la mayoría de los accesos al aeródromo, las oficinas de la aerolínea siria y los controles de migración y aduanas «están preparados para reanudar sus funciones». La agencia oficial SANA informó de que el primer ministro, Imad Jamis, visitó la urbe junto a una delegación gubernamental, con el fin de elaborar un «plan de trabajo ambicioso» y evaluar la situación de Alepo.

Damasco y alrededores sufren escasez de agua

La ONU ha rehabilitado y equipado pozos de agua dentro de Damasco y su periferia para cubrir un tercio de las necesidades diarias de la población de agua potable, cuya escasez afecta a unos cuatro millones de habitantes de la capital y su extrarradio desde finales de diciembre.

«La escasez de agua sigue afectando a al menos cuatro millones de personas de Damasco y alrededores y estamos muy preocupados por el riesgo de sanidad y enfermedades que se pueden derivar de esta situación», señaló el portavoz de la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios, Jens Laerke.

Subrayó que aunque la ONU no puede confirmar de quiénes proceden los ataques a estas infraestructuras, «está claro que el agua no se agotó espontáneamente».

Un grupo de ONG sirias ha pedido ayuda internacional para que se proteja el manantial de Ain al-Fiya que abastece de agua a Damasco y para que las fuerzas gubernamentales permitan el paso de ayuda humanitaria a la zona, bajo control de grupos armados.GARA