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El Gobierno rumano trata de recuperar el control en el Parlamento

El Gobierno de Rumanía superó ayer la moción de censura que había presentado la oposición, tres días después de verse obligado a retirar un polémico decreto que reducía las penas por delitos de corrupción. «Tenemos un deber hacia la confianza popular ganada en las urnas, el deber de continuar gobernando», declaró el primer ministro, Sorin Grindeanu. Los socialdemócratas y sus aliados sortearon sin problemas la moción, al controlar casi dos terceras partes de los escaños del Parlamento. El decreto que despenalizaba algunos delitos de corrupción y que finalmente fue retirado el pasado domingo llegó a sacar a las calles de Bucarest a unas 250.000 personas en las protestas.

La polémica ha perjudicado la imagen del Gobierno y la semana pasada dimitió un ministro por su desacuerdo con la línea oficial. Los socialdemócratas también ponen en entredicho el futuro del ministro de Justicia, Florin Iordache, artífice del decreto y que, según Reuters, podría dimitir. Sin embargo, han criticado duramente al presidente del país, Klaus Iohaniss, que sugirió la renuncia del Ejecutivo. Un diputado de la oposición, Catalin Predoiu, describió la moción de censura como una «señal de aviso» para el Gobierno, toda vez que toda la oposición ha sido capaz de unirse. Grindeanu aseguró que su Gobierno no tiene previsto aprobar ninguna medida «que pueda generar emociones en la sociedad sin un debate apropiado y amplio».