María SUÁREZ
Londres

La Cámara de los Comunes da vía libre a May para iniciar el Brexit

El Brexit entró anoche en «el punto de no retorno» después de que los miembros del Parlamento votaran abrumadoramente a favor de otorgar el poder al Gobierno para invocar el artículo 50 del Tratado de Lisboa y dar inicio así al proceso de abandono de la UE. El texto será ley a mediados de marzo, dentro del calendario previsto por el Gobierno.

Tres cuartas partes del Parlamento de Westminster, es decir, 494 diputados aprobaron ayer el texto que derivará en la futura ley para permitir al Gobierno iniciar el Brexit. De los 122 diputados que votaron en contra, 52 son miembros del Partido Laborista, que de nuevo desobedecieron a su líder, Jeremy Corbyn, y como en la primera votación, decidieron rechazar el proyecto. El líder laborista tuvo que afrontar una nueva dimisión en su gabinete en la sombra, la cuarta en una semana y aún falta decidir cómo se amonestará a los parlamentarios díscolos. Corbyn comprende «las dificultades por las que pasan los diputados que representan distritos electorales que votaron por la permanencia», pero recuerda que «el Partido Laborista respeta la decisión del referendo». En la bancada conservadora, de nuevo solo Kenneth Clarke se unió al rechazo al Brexit.

El voto ayer fue una declaración de intenciones y principios por parte de los miembros del Parlamento. Incluso un diputado conservador, Nick Boles, publicó en Twitter una imagen en la que se le veía abandonando por unas horas el hospital donde está siendo sometido a terapia contra el cáncer que padece para ir a votar a favor del proyecto de ley. Él mismo explicaba que quería «aportar con su voto y representar a los habitantes del distrito electoral» que representa, que habían votado por el abandono de la UE. Y es que, aunque esperada, la de ayer fue una decisión histórica.

El texto va limpio a la Cámara de los Lores. En las siete horas de debate de ayer no se aprobó ninguna enmienda. Tampoco la que pedía garantizar los derechos de los ciudadanos de la Unión Europea que ya residen en Gran Bretaña, que fue tumbada por 332 votos contra 290. No obstante, se incide en el argumento de que no significa que quienes han votado en contra quieren que los ciudadanos europeos abandonen el territorio, pero sí apuestan por no garantizar nada de antemano por el bien de la futura negociación.

La víspera, sin embargo, el Gobierno había cedido a las presiones, sobre todo del Partido Laborista, que reclamaban «un voto significativo para el Parlamento» y había prometido que llevaría el acuerdo final a Westminster antes de que fuera sometido a votación en la Eurocámara. Así, se evitó una rebelión conservadora, ya que algunos diputados de la formación de Theresa May también reclamaban más control parlamentario. Quedan sin embargo, muchos interrogantes en el tintero, ya que se desconoce hasta qué punto ese voto podría afectar al acuerdo final con Bruselas.

Los miembros de la Cámara de los Lores debatirán el proyecto de ley el 20 de febrero, ya que la semana que viene el Parlamento estará de receso. Se da por hecho que se seguirá la línea marcada por la Cámara de los Comunes.

Escocia fija su oposición al Brexit y la independencia gana apoyos

El Parlamento escocés formalizó su oposición masiva al Brexit con una votación que dejó 90 votos frente a 34 contra la activación del artículo 50. La sesión, muy significativa aunque no vinculante, se celebró tras la promesa de la premier, Nicola Sturgeon, de dar voz a la Cámara escocesa, después de que los tribunales la negasen. Además, el apoyo independentista crece, según un sondeo en el diario “Herald”, que señala que el 49% de la población votaría por separarse de Gran Bretaña.GARA