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ISLAMABAD

Pakistán lanza una operación de castigo tras la matanza de sufíes

Pakistán afirmó haber matado a más de un centenar de «terroristas» en una operación en varios puntos del país en respuesta a la matanza que el jueves perpetró el Estado Islámico en un santuario sufí, en el que un kamikaze mató al menos a 88 personas.

Pakistán anunció una operación militar en la que dijo haber matado a «más de 100 terroristas», al día siguiente de un atentado suicida del Estado Islámico que acabó con la vida de al menos 88 personas, entre ellos una veintena de niños. El objetivo del ataque fue el santuario Lal Shahbaz Qalandar, dedicado a un santo sufí del siglo XIII, en Sehwan, al sur del país.

Se trata del atentado más grave ocurrido en Pakistán desde el que atacó a una escuela de Peshawar a finales de 2014, con más de 150 muertos. Los dirigentes del país prometieron vengar a las víctimas y anunciaron que las fuerzas de seguridad federales y provinciales lanzaron desde primera hora del día una operación en todo el país en la que «fueron detenidos numerosos sospechosos». A su vez, el Ejército anunció haber matado a «más de cien terroristas» en el curso de esta operación, sin precisar en qué circunstancias. Un poco antes, los Rangers, fuerzas militares dependientes del Ministerio del Interior, señalaron que «18 terroristas» fueron abatidos durante la noche en la provincia de Sindh, donde se encuentra también la ciudad de Sehwan.

Otros trece murieron en el noroeste del país, según la Policía de Peshawar.

Tensión con Kabul

Un portavoz del Ejército, Asif Ghafoor, aseguró que los últimos atentados fueron preparados «desde las guaridas» de los insurgentes en Afganistán y afirmó que el Gobierno de Kabul está obligado a actuar y a entregar a «76 terroristas que se ocultan en Afganistán».

La tensión con Kabul es mayor ya que este último ataque se produce tras una semana que comenzó con una serie de atentados suicidas, aparentemente coordinados, llevados a cabo por el Movimiento de los Talibanes de Pakistán (TTP) en varias ciudades del país.

A su vez, el Estado Islámico ha reivindicado varios ataques, entre ellos otro que mató a 52 personas en un santuario sufí en Baluchistán, aunque el Gobierno paquistaní se resiste a admitir su presencia en el territorio.