Natxo MATXIN
OSASUNA

El factor mental comienza a pasar factura al grupo

El que la llegada de Petar Vasiljevic al banquillo y el consiguiente cambio de imagen en el juego no se hayatransformado en puntos ha acabado por hundir la moral del vestuario rojillo y ello se plasmó en Balaídos.

Osasuna lleva, ni más ni menos, que cuatro meses sin conseguir una victoria liguera. Para un grupo de profesionales cuyo rendimiento se mide en forma de puntos esto supone una rémora que se viene prolongando en el tiempo y que comienza a afectar en lo psicológico. «Ahora mismo tenemos una presión muy grande que debemos saber llevar bien. Llevar tantos partidos abajo es complicado para la cabeza», reconocía ayer David García, tras cosechar el equipo en Balaídos la enésima derrota de la temporada.

Después del fallido intento de la directiva por dar un golpe de timón con el fichaje de Caparrós, la llegada de Vasiljevic al banquillo supuso un aliciente para la plantilla, cuyo cambio de actitud sobre el césped incluso ilusionó a la afición. Sin embargo, el que con el paso de las jornadas esas nuevas sensaciones no se hayan tranformado en buenos resultados y que la escuadra navarra siga hundida en la clasificación han acabado por sumir de nuevo al vestuario en la depresión, algo que se plasmó en el escenario gallego.

«Desde el principio del partido no salimos con el mismo hambre –coincidió con el míster–, no apretamos arriba como hicimos otras ocasiones y eso nos mermó bastante». David García no encontró explicación a ese decepcionante cambio de actitud, pero «nos tiene que servir para aprender y no cometer los mismos errores», indicó el central navarro.

Y lo peor es que no parece que pueda haber motivaciones a corto plazo que eleven la moral de la tropa. A lo sumo, queda el consuelo de que los rivales más directos, excepción hecha de un resucitado Granada, también siguen cosechando tropiezo tras tropiezo. La distancia respecto a la salvación sigue estando a ocho puntos, casi tantos como los que Osasuna acumula en su casillero tras 23 jornadas disputadas, una diferencia que podría enjugarse con un par de victorias seguidas, puestos a agarrarse a un clavo ardiendo.

«Pelear hasta morir»

Aunque suene a repetitivo en las últimas semanas, el grupo está obligado a «seguir peleando hasta morir» mientras queden opciones matemáticas, al menos por una afición que está ahí a las duras y a las maduras, y «a la que necesitamos más que nunca». «Está siendo un año duro y jodido, pero como siempre hemos comentado, ellos son lo mejor que tenemos y hay que pedirles que sigan al pie del cañón, como hacen siempre», comentó David García.

Puesto a analizar el choque contra el Celta, el defensa argumentó que quizá el hecho de que solo se saltase con un pivote defensivo «hizo que sufriéramos un poco más, porque el rival jugaba mucho por dentro y nos fue metiendo en nuestro campo». En cuanto a seguir encajando muchos goles, a su juicio las tareas destructoras se inician en la delantera. «La mentalidad defensiva es un trabajo de grupo», expuso.

Fausto sufre una rotura en el sóleo

Fausto, que ya fue baja este pasado fin de semana, estará en el dique seco entre tres y cuatro semanas a causa de la rotura muscular que padece en el sóleo de su pierna izquierda, diagnóstico que le fue comunicado ayer después de que se le realizase una resonancia magnética.

El futbolista extremeño tuvo que retirarse del entrenamiento matinal del pasado sábado al notar unas molestias durante un lance de la sesión, las cuales han derivado en la citada rotura. Curiosamente, el pivote pacense también se lesionó a mediados de septiembre, en vísperas del encuentro contra los gallegos de la primera vuelta, cuando sufrió un edema en su tobillo izquierdo, lo que le mantuvo alejado de los terrenos de juego durante varias semanas.

Quien no parece que vaya a engrosar la enfermería rojilla es Oier, ya que no tiene en principio fractura en su tabique nasal. En todo caso, hoy será examinado nuevamente por los médicos.N.M.