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bengasi

Las tropas de Haftar vuelven a tomar las instalaciones del Creciente petrolero libio

Las tropas de Jalifa Haftar anunciaron la toma de dos instalaciones petroleras ocupadas a comienzos de marzo por milicias rivales.

«Las fuerzas armadas han liberado la totalidad del Creciente petrolero», declaró Jalifa al-Abidi, un portavoz de las fuerzas favorables al mariscal Jalifa Haftar, que controlan el este de Libia. El líder de los Guardas de las Instalaciones Petroleras, leales a Haftar, el general Meftah al-Megaryef, confirmó la toma de Ras Lanuf y Al-Sedra, dos de las cuatro principales instalaciones del Creciente petrolero, la zona en la que se está desarrollando la guerra por el poder en Libia.

Las Brigadas de Defensa de Bengasi (BDB) se apoderaron el 3 de marzo del complejo petrolero de Ras Lanuf –que incluye un puerto y un aeropuerto– y del puerto cercano de Al-Sedra.

Libia, desgarrada por luchas de poder desde la caída del régimen de Muamar Gadafi en 2011, está dirigida por dos autoridades rivales. Por un lado, el llamado Gobierno de Unidad Nacional (GNA) con sede en Trípoli. Por el otro, un Ejecutivo basado en el este del país y vinculado al mariscal Haftar, fundado por el autoproclamado Ejército Nacional Libio (ANL).

El GNA negó cualquier relación con la escalada militar en la región petrolera y con la alianza heteróclita de milicias islamistas que forman las BDB, pero los analistas del International Crisis Group dicen que mantiene vínculos «complejos y ambiguos» con las BDB y que «el ministro de Defensa del GNA y otros miembros apoyan al BDB».

Avance de las BDB

Las BDB fueron expulsadas de Bengasi por el ANL, que además tomó en setiembre de 2016 el control de las principales instalaciones petroleras –Zueitina, Brega, Ras Lanuf y Al-Sedra–, desde donde se exportaba la mayoría del oro negro libio.

Pero cuando hace dos semanas perdió Ras Lanuf y Al-Sedra, crecieron las dudas sobre su capacidad militar, que debe su superioridad a las fuerzas aéreas y al apoyo de países como Egipto y Emiratos Árabes Unidos, además de apoyos tribales y mercenarios extranjeros. En este ocasión fue la falta de apoyo tribal la que facilitó el avance de las BDB sobre la zona petrolera.

Haftar se ha aproximado también a Rusia, que busca un nuevo punto de influencia en el Mediterráneo. Autoridades esta- dounidenses denunciaron ayer que fuerzas especiales rusas se encuentran actualmente en una base militar en el oeste de Egipto, cerca de Libia, un despliegue que Moscú desmintió. En esta guerra por el petróleo y el poder en Libia se están produciendo ejecuciones sumarias, torturas y otras violaciones de derechos humanos, según la ONU. El Alto Comisariado de Derechos Humanos señaló que existen «serias alegaciones» de ejecuciones de miembros del ANL por parte de las brigadas de Bengasi, así como redadas y secuestros en casas de supuestos islamistas que habría realizado el ANL.