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Violentos combates en Damasco tras un ataque sorpresa yihadista

Un ataque sorpresa llevado a cabo por yihadistas y grupos rebeldes en un intento de avanzar hacia el centro de Damasco provocaron ayer intensos combates en la periferia de la capital siria. Los enfrentamientos en el extrarradio de la ciudad se intensificaron a tan solo tres días de la tercera ronda de conversaciones que, bajo el auspicio de Naciones Unidas, tendrá lugar el miércoles en Ginebra, entre el Gobierno de Bashar al-Assad y grupos de la oposición.

El Organismo de Liberación del Levante, la alianza armada entorno a la exfilial siria de Al Qaeda, y el Movimiento Islámico de los Libres de Sham se hicieron ayer con el control de cuatro posiciones del Ejército sirio en el barrio de Jobar, en el extrarradio de la capital de Siria. El ataque sorpresa provocó violentos choques armados.

Los combatientes, liderados por los yihadistas del Frente Al-Sham, antigua rama siria de Al Qaeda, atacaron a las fuerzas gubernamentales a partir de la posición rebelde más cercana al centro de Damasco, en el barrio de Jobar, una importante línea del frente debido precisamente a esa proximidad. La ofensiva comenzó con la explosión de dos coches bomba y varios kamikazes en dos zonas de Jobar, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).

Desde el 14 de marzo, el Ejército y sus aliados imponen un cerco a tres barrios del extrarradio nororiental de Damasco: Barze, Al-Qabun y Tishreen, dominados por facciones rebeldes y yihadistas, que intentaron abrirse camino entre las zonas bajo su control en Jobar y los citados barrios.

Según el OSDH, la ofensiva relámpago era un intento de aliviar a los rebeldes que soportan los ataques del Ejército sirio en los barrios del norte de la capital, desviando la atención de las fuerzas del régimen en este frente. Los combates continuaron durante todo el día y se produjeron al menos veinte bajas.

«No es una escaramuza, es un intento de ganar terreno» por parte de los insurgentes, afirmó Rami Abdel Rahman, director del OSDH, que precisó que los insurgentes avanzaron en siete áreas y tomaron el control de edificios en la plaza de los Omeyas y posiciones en la fábrica de Karash y en la empresa de electricidad y alrededores, entre los barrios de Al-Qabun y Jobar. El Ejército sirio, que bloqueó los accesos a la plaza, respondió con una docena de ataques aéreos. de morteros y artillería en los alrededores de Damasco.

La televisión estatal indicó que el Ejército estaba «desbaratando un ataque terrorista».

Estos combates en la capital suceden unos días antes de una nueva ronda de negociaciones prevista a partir del miércoles en Ginebra, bajo el auspicio de la ONU, en presencia de representantes del Gobierno y de la oposición. Todos los esfuerzos diplomáticos, respaldados por la ONU o no, han fracasado en el intento de encontrar una solución a este conflicto, que arrasa Siria desde hace seis años y que ha dejado ya más 320.000 muertos y millones de desplazados y refugiados, dando lugar a una grave crisis humanitaria.

En diciembre se negoció un alto el fuego con ayuda de Rusia, aliada de Al-Assad, y Turquía, que apoya a los rebeldes, a pesar del cual han continuado los combates en el país.

El Ejército iraquí, a las puertas de la Ciudad Vieja de Mosul

Intensos combates tenían lugar ayer al oeste de Mosul, donde las fuerzas iraquíes intentan romper la defensa del Estado Islámico (ISIS) a la entrada de la Ciudad Vieja, objetivo estratégico para arrebatarles la ciudad. Los helicópteros del Ejército ajustaban sus posiciones en torno a la histórica mezquita de Al-Nuri, situada en el centro de la Ciudad Vieja –donde Abu Bakr al-Baghdadi llamó en julio de 2014 a todos los musulmanes a seguirle tras proclamar su califato–, para permitir a las fuerzas de tierra que comiencen ya su ofensiva sobre este símbolo, cuya recuperación podría suponer una importante victoria sicológica contra el ISIS, cada vez más acorralado en el oeste de la que una vez fue su bastión en Irak. Situada en la orilla occidental del río Tigris, la Ciudad Vieja es un dédalo de callejuelas cuya configuración y densidad de población hacen difícil el avance de las fuerzas iraquíes. La Policía federal y la Fuerza de Intervención Rápida, apoyadas por varios helicópteros y equipadas con fusiles de asalto, avanzaban cerca del Tigris, con el objetivo de atravesar el puente Al-Hadidi.GARA